C40

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'¿Se han hecho Mortífagos, verdad?'

Will detuvo el coche y miró a Anthea entre sorprendido y preocupado.

'¿Qué sabes tú de eso?'

El coche que venía detrás de ellos frenó bruscamente haciendo chirriar las ruedas. Faltaron milímetros para que chocaran. El conductor del coche tocó el claxon con furia y sacó la cabeza por la ventanilla e empezó a insultar a Will. Pero a Will poco le importaba que lo estuvieran poniendo verde en ese momento o que acabara de colapsar la carretera.

'Eh...Will...' - Anthea miró por el retrovisor. - 'Quizás deberíamos hablar de eso en otro lugar.'

William Landry fijó la vista al frente y arrancó de nuevo. Seguía guardando la compostura y esa aura de elegancia, calma y altivez que lo envolvía no había desaparecido, pero estaba absolutamente desconcertado porque su hermana le había dicho lo que él justamente le quería ocultar. Miró a Anthea y vio que la chica miraba al frente y que, para su sorpresa, estaba llorando. Se sintió aliviado, pues acababa de descubrir que su hermana no era partidaria de lo que habían hecho sus padres.

Iba a hablarle pero Anthea justo se encaró a él. Las lágrimas cayéndole mejillas abajo contrastaban con aquella cara de enfado y aquella mirada llena de ira.

'¿Tú no verdad?' - Preguntó mordazmente la rubia, más en tono de amenaza que no de súplica. - 'Tú no lo eres.'

'¿Un Mortífago?' - Will sonrió divertido. - 'No gracias, aún no me he vuelto loco.'

'¿Seguro?' - Le repitió Anthea sin cambiar la expresión.

'¿Te tengo que dar una prueba?' - Preguntó esta vez Will Landry algo enfadado. - '¿No te basta mi palabra?'- Así como Anthea no estaba acostumbrado a que lo cuestionaran.

'No, prefiero que me enseñes el antebrazo izquierdo.'

William Landry rodó los ojos, aparcó el coche a un lado de la carretera y se arremangó ambas mangas de su túnica. La pálida piel de Will Landry era lo único que cubría sus brazos. Anthea se desplomó en el asiento de cualquier manera y sonrió. Se secó las lágrimas.

'¡Pensabas que era uno de ellos!' - Le replicó Will algo indignado. - 'Te llevo diciendo toda mi vida que la sangre de una persona es lo de menos por que lo creo, hermana. No por amor al arte.' - Le giró la cara. - 'Además, te recuerdo que este verano me caso con Ayleen y que es mestiza. Y creo que no hace falta uqe te recuerde el revuelo que se montó en casa cuando se lo dije a papá y a mamá'

'Lo sé, lo sé...' - Dijo Anthea riendo. - 'Perdoname Will, es que últimamente las cosas están muy mal, y bueno, siempre pueden ir a peor.'

Los dos hermanos se miraron sonrientes.

'¿Me vas a decir ahora como sabes tú que mamá y papá se han hecho Mortífagos?'

'Me lo dijo Nick Devoir.' - Respondió Anthea sentándose bien en el asiento. - 'Pero supongo que tú sabes más que yo sobre eso.'

'Sí, supongo que sí...' - Will hizo una mueca de desagrado y se rascó la nuca. - 'Es Tom Riddlel, aquel que te presentaron en la fiesta de Navidad. Se rumorea que planea dar un golpe de estado y esta ganando adeptos para que lo apoyen. Y bueno...todos los nobles están embelesados con su discurso de la sangre limpia y una estirpe pura.'

'Sí, ya estoy al corriente de lo que dice y de lo que pretende.' - Explicó Anthea provocando que su hermano se sorprendiera aún más. - 'Pero sigue, anda.'

'Dígamos que los seguidores de Riddlel o Lord Voldemort, como él dice que se llama, han formado un grupo...o mejor dicho, un ejército.' - Will apoyó la cabeza en la cabezera dela isneto y miró al techo. - 'Anoche, los Devoir y los Malfoy vinieron a buscar a mamá y papá para que se unieran a ellos...y ellos se fueron corriendo, como si la vida les fuera en ello, diciendo que sería un orgullo servir al "Señor Oscuro".' - Miró a su hermana. - 'Y aún no han vuelto...pero cuando lo hagan, regresaran con ese tatuaje que se hacen todos los seguidores de Riddlel en el brazo.'

Un quizás de James y Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora