- ¿Qué hacías anoche?
Unas ojeras oscuras pintaban un lienzo en el rostro de George
- Eh-estaba con unos amigos
- Tu no eres de tomar
- Pues, quise hacerlo
- No lo haces, nunca lo haces
- Siempre hay una primera vez
- Para ti no, si se trata de alcohol. Dime ¿Por qué tienes esas ojeras?
- Mandy, pasé la noche con unos amigos
- Bien, voy a creerte. Aunque me duela decir que no lo hago, voy a hacerlo.
Aunque sea una falacia, aveces hay que sacrificar algunas personas para poder salvar a otras. ¿No es eso lo que dicen?, pues la verdad es que ciertamente hay que acabar con ciertos parásitos para salvar otros culos inocuos.
La noche anterior, si bien fue llena de vigor y adrenalina, absolutamente nadie quería pasar por eso. Tal vez y solo tal vez el coronel, quien el supuesto asesino había descuartizado y comido los restos de la señora Manson hace varios días. O el hermano menor de Joe al que recientemente fue asesinado en el enfrentamiento contra el ex convicto. Sarah y Zack seguían dormidos para las cuatro de la mañana, Mandy esperaba a George sentada en el sofá de la habitación con las luces apagadas, como si hubiese sabido que George iba a venir prontamente, y eso fue lo que pasó, vino apenas Mandy llevaba unos minutos sentada con un café oscuro y con una pequeña cucharilla dando vueltas removiendo el azúcar del fondo. Una conversación incomoda les arrebata el tiempo, unos cinco minutos, pero los más largos que cualquier persona podría vivir.
Enterraron los cadáveres en unos pastizales lejanos a la entrada de Wilton, la policía nunca se daría cuenta de esto. ¿Como es que un escritor vino a parar en cómplice de asesinato?, la cólera de la revuelta hacia las muertes y desapariciones que recientemente se habían dado a conocer e el pueblo. Los crepúsculos, los atardeceres, el rocío de la hierba virgen son lo más atractivo del pequeño pueblo, los trigales y molinos por igual. Pocas veces llovía, la anomalía de hace una semana aproximadamente en donde llovieron gotas negras nunca se había visto en ningún lugar aún no mencionado, se descarta la idea de que fuese contaminación ya que en Wilton muy pocas fábricas están en funcionamiento, unas cuantas plantas de procesamiento y algunas confiteras.
El reloj marca las cinco y cinco de la mañana, del treinta de Abril, a las seis saldrían de nuevo a casa, después que la hubiesen limpiado por completo, el asesino estaba muerto y ningún mal podría pasar ahora. Ninguna persona volvería a morir de manera sádica, ni Charles Manson habría cometido un asesinato de cierto grado de morbosidad, George y Mandy estaban más tranquilos al enviar a los niños a la secundaria y poder caminar por los parques en la tarde, Sarah salir con sus amigos y Zack quedarse hasta la madrugada jugando con su PlayStation, Mandy viendo series empalagosas por televisión y George escribiendo hasta las once de la noche. Volver a los sábados comunes y corrientes y no a esperar a que atrapen al psicópata que ha estado matando a los niños en los jardines de juego o desmembrando a las mascotas de otros.
El tiempo vuela y despiertan a los chicos a las cinco y cuarenta de la mañana, Sarah es la que más tarda en hacerlo, Zack como cosa rara estaría de pié en menos de cinco minutos y vistiéndose, ella no, tiene que vestirse con su ropa de negro para ser feliz, tardan minutos. George y Mandy están activos desde temprano, con seis cafés y varias tostadas por la madrugada se reponen y salen, el motel tiene dos pisos, con nueve cuartos en cada hilera, la pintura es de color azul pastel con rosa oscuro, algo cutre pero no importan apariencias si estás desesperado en una noche y solo tienes 9.88$ como para pagar el hospedaje o quieres tener relaciones sexuales con una prostituta que probablemente te contagie el Sifilis.
- Nos vamos en cinco minutos ~ Dijo Mandy
- Ahh-ehh ¿Ehh? ~ Aun dormida Sarah se queja
- ¿A donde vamos ahora mamá? ~ Pregunta Zack
- Ya deben de haber limpiado la casa de la plaga de ratas que había ~ Respondió George
Les ocultaban a los chicos cualquier evidencia de que pasó algo siniestro en la casa, estarían más inseguros mentalmente si supieran que el perro fue asesinado de manera horrenda. Por supuesto, posteriormente les dirían que el perro lo adoptaron unos granjeros y estaría más felices con ellos.
- Ya nos vamos niños, George ¿Y las llaves del auto?
- Aquí las tengo Mandy ~ Se saca las llaves del bolsillo
- Perfecto, podemos irnos- Tengo hambre mamá ~ Dice Sarah
- Cuando lleguemos desayunarás, George más tarde va al mercado pero puedo comprar algo en la cafetería
- Súper ~ Responde
Mandy y Sarah salen del cuarto y caminan por el pasillo abierto pasando por delante de las puertas del motel, cruzan y más adelante hay una cafetería, entran por la puerta con rejillas de madera y con una cortina de palanquilla, el sol proyecta los rayos a través del cristal haciendo que se vea de un color naranja, Zack sigue al dúo para comer, George no se queda atrás. Todos se sientan en una mesa para cuatro, de esas que están pegadas a la pared de modo que es curva con asientos blancos y relucientes. Una señora gorda los atiende, les otorga a cada uno el especial del día, "Chuleta, papas y café", si bien no era un desayuno, cuando se tiene hambre se come de lo que sea. Piden el especial, Sarah un helado de sabor a fresa y Zack una malteada de banano. En menos de quince minutos le traen la comida caliente, unos camioneros se sientan en la parte de atrás, la familia habla de las salidas que planearan, el colegio había suspendido clases por las tormentas y los disturbios con los asesinatos y demás. George toma un cuchillo y un tenedor y empieza a comer, igualmente los otros. Detrás de ellos hablan de que encontraron unos cadáveres en un pastizal, el de un chico y un ex convicto.
- ¿Sabes Albert?, encontraron dos cuerpos en la madrugada
- ¿¡Si?!, ¿Como a qué hora?
- A golpes de las cuatro a cinco de la madrugada
Casualmente la hora que había llegado George con ojeras y un extremo letargo.
- Señor, ¿Podría hablar de otra cosa? Estamos comiendo ~ Exclama George
El camionero de 1.87m se voltea y ríe
- ¿Perdón bastardo? Puedo hablar de lo que quiera, cuando quiera y donde quiera
- Óyeme enfermo, estamos comiendo, cansados y nos queremos ir de este maldito lugar y nos estás empeorando el día, ¿Te parece si cerraras tu estúpida boca? ~ Dice Sarah- Uhh, p-ponle carácter a esa niña hermano
Mandy observa a Sarah sorprendida, siguen desayunando y el cocinero, dueño del lugar enciende el televisor, las noticias anuncian un triple asesinato en la madrugada en una casa de campo, en donde los cuerpos fueron mutilados y quemados, todos los animales de la granja murieron y los hijos de los granjeros desaparecieron, eran tres desaparecimientos de un solo golpe más un triple asesinato. George deja de comer, apoya las manos sobre la mesa en forma de carpa, el corazón le late aceleradamente, el asesino entonces no había muerto y ellos habían matado a un inocente, el grupo de personas en la noche anterior habían asesinado a un falso asesino.
- Nos vamos chicos, llévate el helado y la malteada, nos vamos a casa ~ Anuncia George
En la mesa dejan el dinero, los platos no estaban vacíos pero al menos desayunaron un poco, era hora de irse del lugar para quedarse en casa hasta nuevo aviso policial.
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Los oscuros
HorrorEn lo más rotundo de una eterna oscuridad, se escuchan los gritos sollozantes de lo que alguna vez fué una vida humana, la agonía mientras la bestia maldita come los restos putrefactos de un cadaver en una luz obscura que no se es posible imaginar. ...