Amanda se desplomó en el sofá justo cuando el reloj marcaba las ocho en punto. El día que estaba teniendo estaba siendo de lo más cansado y aún no se había acabado. Después de irse a clase, y tras una parada para comer de apenas media hora, se había dedicado a estudiar y tras dos horas más, se había acercado a un centro comercial cercano a su casa con una de sus compañeras de piso.
Necesitaba algo bonito para esa noche pero no estaba segura de haberlo encontrado. Sus curvas no eran muy compatibles con las tiendas femeninas coreanas pero por fin en una había encontrado un vestido negro de corte abierto que parecía sentarle bien. Siguió mirándolo durante cinco minutos e hizo un mohín con la nariz. Ya no se sentía tan segura de querer llevar aquello.—Ya arreglate o no llegaremos a la cena— le dijo Bea, su compañera de piso — no quiero llegar tarde.
Bea era una chica latina de pelo negro y liso y ojos oscuros que se había convertido en inseparable de Amanda en cuanto entraron al piso. En total eran cuatro chicas, contando con Lee y Becka. Lee había venido desde china y Becka era inglesa, y todas estaban en Corea estudiando, aunque Bea y Amanda estaban haciendo lo mismo. Había sido una suerte coincidir en el mismo piso, por lo que no se separaban para practicamente nada en todo el día.
Una hora más tarde las chicas salieron preparadas de casa.
La cena de clase era en un restaurante que estaba bastante lejos pero aquella noche se habían prometido no reparar en gastos, así que cogieron un taxi hasta allí. Cuando llegaron aún no habían llegado todos sus compañeros pero sí algunos chicos de intercambio, entre los que estaba Ian, que les saludó con la mano y se acercó a ellas en cuanto las vio. Ian llevaba desde prácticamente el primer día coqueteando con Bea, por lo que a Amanda no le hacia mucha gracia cuando estaban los tres solos porque parecía que era solo ella la que se daba cuenta de que Ian veía a su amiga nada más que como un trofeo a ganar. Se metieron en el restaurante para esperar a los que faltaban y se bebieron la primera copa. Amanda no solía beber cuando salía a cenar, pero realmente ese día le hacía verdadera falta. Hacía un mes y medio desde su llegada a Corea y estaba realmente susceptible. No quería darle importancia y trataba de no pensar en ello, pero no había vuelto a saber nada de Namjoon y eso le molestaba un poco. Entendía que estaría ocupado por ser quien era pero le hubiese gustado haber podido saber de él en alguna ocasión, tras lo que había pasado, y no solo por las noticias que leía en internet. Agitó la cabeza, se terminó la copa de un sorbo e intentó volver a la conversación. Al cabo de 20 minutos comenzó la cena, y el alcohol siguió estando presente en cada momento, por lo que cuando salieron del restaurante pasadas dos horas camino de una discoteca, tanto ella como Bea iban bastante perjudicadas.Sus compañeros coreanos les llevaron a una de las discotecas más pijas de todo Seúl. Les habían dicho que solía estar plagada de famosos y todos estaban realmente ilusionados. Algunos esperaban ver a BlackPink, que al parecer iban de vez en cuando por allí. Había muchísima gente fuera, pero no les costó demasiado entrar: uno de los compañeros era el hijo de uno de los dueños, y todos pasaron gracias a eso.
Cuando entraron Amanda se quedó con la boca abierta: realmente el sitio era muy elegante. Estaba dividido en varias zonas y desde la entrada se veían tres alturas. En la más alta había una barra de bar, mesas de diseño y taburetes, desde donde parecía estar la gente más elitista. También se distinguían sofás blancos
y bajos, y había lámparas de araña que le daban un aspecto extraño. Aquel lugar parecía más íntimo. En la segunda y la más baja, un montón de gente bailaba sin parar al ritmo de la música. Los suelos imitaban el cristal y había un montón de flashes de colores. Amanda y Bea se acercaron a la barra a pedir algo.
—Realmente esta será la última Bea, no me apetece beber más...
—¡Ronda de chupitos para todos!— la interrumpió en ese momento Ian, que se puso a hablar con la camarera para pedirlos.
—De verdad que no puedo, no debería...
—Venga va tía, solo uno y ya está— le dijo Bea.
—Eso, va, todos vamos a tomarlo— Ian le puso ojitos y Bea lo imitó. Amanda puso los ojos en blanco pero aceptó. Un poco más no le haría daño, ya que aunque llevaba bastante tiempo bebiendo, habían cenado mucho y ella tenía bastante resistencia al alcohol.
Pero al final a ese chupito siguieron otros tres más y para cuando se fueron al centro de la pista todavía con la copa que habían pedido intacta, la cabeza empezó a darle vueltas.
Bea, Ian, ella y otros dos compañeros, entre los que estaba el dueño del garito, se pusieron a bailar casi en el centro, lo cual no hizo si no poner peor a Amanda al cabo de unos pocos minutos:
—Tía creo que no me encuentro bien—le explicó Amanda a Bea al poco tiempo. Quizá debería de sentarme un rato.
—Oh, espera, le diré a Ian que nos vamos a los sofas de arriba, para que nos busquen si eso.
Amanda esperó y vio que Ian se lo decía a los chicos y todos se movían hacía ella.
—N-no hace falta de verdad chicos
—No te preocupes, estamos todos un poco cansados así que estar arriba más tranquilos tampoco nos vendrá mal— le dijo con una sonrisa muy dulce Taeyang, uno de los chicos coreanos, guiñándole un ojo.
Amanda le sonrió nerviosa pero apartó la mirada. Él le intentó coger la mano pero ella se deshizo de la suya, disimulando.
Todos subieron a la zona alta, donde se podía hablar mejor y entre risas pasaron la siguiente hora... Y llegaron más chupitos para todos excepto para Amanda, que cada vez se encontraba peor.
Al cabo de un rato, Kwan, el otro chico, se levantó y fue a buscar más bebidas. Taeyang se sentó al lado de Amanda y estuvieron hablando un rato. Cuando este se levantó para ir al baño y a buscar a Kwan, Bea le guiñó un ojo y se pegó más a Ian.«Genial, como pase algo voy a hacer de sujetavelas» pensó Amanda que cada vez se sentía más borracha a pesar de haber dejado de beber hacía un rato, y decidió que no tardaría en irse. Pero lo peor estaba por venir.
—Kwan no está, no lo encuentro por ninguna parte— gritó Taeyang por encima de la gente— ¿te parece si vamos a buscarlo? —y le tendió la mano.
Amanda titubeó mirando a su alrededor para ver que decía su amiga pero entonces el chico se acercó a su oído y le susurró: así les dejamos intimidad.
Entonces ella miró de reojo y se encontró con una carita que hizo que Amanda pusiera, una vez más, los ojos en blanco, resignada. Bea e Ian estaban casi pegados, así que le tocó la mano a su amiga, le indicó con un gesto que se iba abajo y esperó su aprobación.
Dos minutos más tarde se encontraba bajando con su compañero por las escaleras.
—¿Se les veía bien juntos eh?— preguntó el chico mientras se abrían paso.
—S-si, bueno... ¿donde crees que está Kwan? Es muy raro que no aparezca— dijo Amanda mirando hacia la zona de baile— yo planeaba dejarte con él e irme a cas...
Entonces el chico tiró bruscamente de ella y sus labios se tocaron.
—Lo siento Taeyang pero no...— dijo separándose, pero él no la escuchó y
volvió a besarla
—¡Para! No quiero hacer esto, lo siento, busquemos a tu amigo y así podré irme y
—¿En serio vas a decirme que no ahora? Vamos, le he dicho a Kwan que se fuese un rato por ahí para dejarnos intimidad...—cada vez que intentaba pegarse era más incómodo y la chica solo podía caminar como podía hacía la salida, que cada vez parecía estar más lejos.
—No estoy interesada, y no deberías haberle dicho eso, no he hecho nada para que pienses que...
—Venga ya, ¡no dejabas de mirarme! además si no te convenzo es porque no has pasado un rato conmigo, venga, ven aquí— le dijo y se aplastó contra su espalda palpándole los pechos con sus manos
—¡¡Para!! ¡Suéltame! — dijo Amanda reprimiendo las ganas de darle un guantazo.
Entonces la chica se mareó, tropezando y Taeyang la arrinconó contra una pared e intentó besarla de nuevo.
Amanda, cabizbaja, intentaba zafarse de nuevo, pero cada vez estaba peor y empezaba a ver borroso.
Lo último que sintió fue una mano que cogió la suya con fuerza y tiró de la muchacha para apartarla de él.
Sus ojos se encontraron entonces con unos que conocía muy bien, pero que hacía tiempo que no veía.
Namjoon.
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My Demian
FanfictionAmanda es una chica que se traslada a vivir a Corea por estudios. Una vez allí empieza a soñar con cosas que escapan de su entendimiento, pero que parecen reales. ¿Qué pasaría si ya te conociera... en sueños? #BTSFanfic