Capítulo Uno: Sin Muro, Sin Esperanza

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Capítulo uno: Sin muro, Sin esperanza

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Capítulo uno: Sin muro, Sin esperanza

La joven princesa miraba, perdida en sus pensamientos, el fondo del cristalino estanque. En la lejanía de sus pensamientos apenas podía ver como los peces de colores nadaban en las aguas de la maravillosa alberca. Ella solo podía pensar en su padre; el emperador estaba mal de salud y todo gracias a la caída del muro que separaba su reino humano del de Youkais. Ese muro había sido levantado hacía treinta años, cuando su madre, la emperatriz, era la sacerdotisa más fuerte de todo el Imperio. Desde la creación del muro demonios y humanos habían permanecido en sus reinos en paz. Pero tras la muerte de su madre el muro empezó a caer y caer, y todo el mundo estaba a la espera de dos cosas; que el muro se recuperarse gracias al poder que se albergaba en la princesa o que el muro callese y que fuesen invadidos. Pero todo esto se podría evitar, la joven princesa lo sentía y por eso ella se encontraba en ese estado. Quería salvar a su pueblo, a como diese lugar.

La princesa Izayoi era la única hija que habían tenido el emperador y la Emperatriz. La niña había crecido en el palacio con el cuidado eterno de sus padres, cosa algo rara, su educación la impartieron sabios del reino y sacerdotisas. Su madre, Midoriko, la había enseñado todo lo que sabía antes de dejarla, todos los días la emperatriz y su hija viajaban al templo donde las sacerdotisas practicaban y oraban. Pero la muerte de su madre destruyó la confianza del emperador con el templo de las sacerdotisas y prohibió a su hija volver, también la negó otras clases que sin duda necesitaba para ser emperatriz. Pero tanto ella como el reino, sabía que la idea de su padre, en contra de la de su madre, era desposarla y quien gobernase sería su marido y no ella.

Izayoi se levantó del banco en el que se encontraba y marchó hacia el interior del palacio. Caminó por los pasillos arrastrando el pálido kimono rosa, todos los que la veían hacían una leve inclinación de la cabeza que ella detestaba, antes ellos solo la hablaban con respeto y eso era suficiente pero esta era una de las cosas que habían cambiado. Cuando la joven llegó al despacho de su padre, miró a los guardas apostados y con un suspiro tocó a las puertas. Cuando pasó a su interior la valentía seguía intacta y con la fuerza que tenía habló

-Padre.

-¿Ocurre algo hija?

-Tengo una solución para el problema del muro.-el emperador se levantó de su asiento mirando sorprendido a su hija, se acercó a ella y coloco sus manos sobre los hombros de ella mirándola con alegría.

-¡Por fin! Gracias a Kami que tienes tus poderes.

-No es esa la solución, padre- la consternación de Izayoi era palpable en su voz.

-Hija lo lamento, yo solo esperaba...

-Padre, dejadlo, entiendo la importancia de mi fuerza espiritual, pero...esperaba que me escuchaseis, algún día seré reina y me preocupo por mi pueblo, dejadme explicaros mi idea.

-Habla.

-Habla

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1ºEl Rey & La Princesa-Saga El SengokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora