–¿Son disparos? –pregunta Rune y me mira como si yo fuera el único responsable. Siempre es así.
–Damia no pudo convencerlos con las palabras. –Erik me ayuda a levantarme. Entonces aprovecho el descuido de mi hermano para darle un abrazo, lo había extrañado mucho.
–¿Ya terminaste? –me pregunta luego de unos segundos. Tarareo en respuesta mientras me separo.
–Para tu suerte eres hermano de Orión, o sino ya te hubiera roto la cara. –le amenaza Erik haciendo que Rune ladee la cabeza.
–¿Quién es él, Orión?–me pregunta ignorando por completo al castaño de ojos verdes. Eso lo irrita aún más.
Los disparos se escuchan cada vez más cerca –Debemos irnos Rune, esto será una masacre. –le digo a mi hermano. Él parece pensarlo, entonces se quita la cosa metálica que tenía en su rostro y también su collar mientras escuchamos los gritos de Maia.
–¡¿Qué estás haciendo?! ¡No puedes irte Rune!
En ese momento vemos que un guardia beta entra a la habitación y apunta su arma hacia Maia, se supone que trabaja para la familia Santoro. ¿Por qué apunta hacia la chica?
–¿Francis? –murmura ella teniendo los ojos bien abiertos. También está sorprendida. En la habitación se escuchan tres disparos, pero el que cae es el beta con heridas en el pecho. Yo quedé aturdido por los disparos ya que me encontraba muy cerca de Erik. Él disparó.
–Y-Yo... yo... Eh, él...–Maia está paralizada y balbucea cosas sin sentido.
–¿Qué está pasando? –Rune llama mi atención mientras me sacude de un lado al otro –¿Por qué el guardia de su hermano la atacó?
–Porque él fue quien atacó también a la familia Lobos para crear enemistad, quiere ser el único heredero. Damia vino a advertirle al jefe de la familia Santoro pero no resultó. –le explico de forma resumida.
Rune baja la mirada y se inclina para recoger el collar que había arrojado al suelo.
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–Debemos irnos, Orión. –Erik toma mi brazo pero no me iré de aquí sin mi hermano.
–Rune viene con nosotros. No lo dejaré. –respondo mirando al castaño. En eso veo a mi hermano caminar hacia Maia, le colocaba ese collar, le queda un poco grande, y también le ata las manos con la correa que estaba en la cama.
–¡Espera! ¿Qué haces? –ella sale de su estado de shock cuando Rune la sube sobre su hombro.
–Ahora tú eres mía. –le responde con una tenebrosa voz, eso deja a la beta sin palabras –¡Vamos! –nos ordena y salimos de la habitación. Debemos salir de la casa y evitar a toda costa encontrarnos con algún guardia de los Santoro. Ellos no dudarán en eliminarnos y todo por un gran mal entendido.
–¡Abajo! –exclama Erik mientras levanta su arma, frente a nosotros aparece un guardia. El alfa está a punto de disparar pero Erik lo hiere en los brazos y para acabarlo yo le doy un fuerte empujón para golpearlo contra la pared. El alfa queda inconsciente y seguimos adelante.
–¿Desde cuando sabes pelear bien? Recuerdo que siempre te pateaba el trasero. –comenta Rune mientras corremos. Yo escucho la risa de Erik y eso me avergüenza.
–No es cierto, yo te gané muchas veces. –respondo de regreso. De repente veo a un guardia salir de una habitación que está a mi derecha. Él intenta golpearme pero sostengo su brazo y lo doblo, se escucha un "track" seguido de un grito de dolor.
–¡Orión usa tu arma! –me grita Erik –¡Y cállenla! –ordena mientras mira a Maia sobre el hombro de Rune. Así que nos detenemos por un momento y él baja a la beta.
–¡Suéltenme! ¡Ayuda, ayuda! –son sus últimos gritos antes de que Rune le cubra la boca con su mano derecha.
–Cierra la boca y escucha, tu hermano Max está loco y te quiere ver muerta. Te sacaremos de aquí pero debes guardar silencio, ¿Okey? –le dice mientras la mira a los ojos, la expresión de Maia cambia y noto sus mejillas muy rojas.
–Okey. –responde en medio de un suspiro mientras le desatan las manos. Se los dije, Rune es muy bueno hablando en situaciones extremas.
Entonces continuamos con nuestro escape. Ahora los gritos ya no atraen a más guardias y podemos movernos libremente por el segundo piso –Tomemos el ascensor. –digo cuando veo las puertas brillantes frente a nosotros.
–Bien. –nos dirigimos hacia allí pero Maia nos detiene y señala la pared.
–Por aquí. –nos indica –Es un pasaje secreto que usaba de niña. –agrega dando unos pasos hacia la pared y al tocarla la misma se abre como una puerta. No muy confiados entramos en el pasaje cuando escuchamos disparos al otro lado del pasillo lujoso.
–Es un espacio muy estrecho. –digo sintiendo una presión en mi pecho. Siempre es igual, me aterran los lugares cerrados. Los demás continúan mientras yo quedo paralizado, siento que las paredes cada vez se hacen más angostas y que me aplastaran.
–¿Orión? –Erik regresa por mí y a un par de metros más veo a Rune y a Maia –¿Qué tienes? ¿Te hirieron? –me pregunta arrodillándose a mi lado porque yo estoy hecho bolita en el suelo.
–No, es... Odio los espacios cerrados. –digo nervioso y mi respiración está agitada, creo que aquí tampoco hay aire. ¡Moriré!
–Primero que nada tranquilízate. –Erik coloca sus manos sobre mis hombros, haciendo que me siente, y me mira a los ojos –Todo está bien, debemos movernos para salir de aquí. –murmura mientras una de sus manos sube hacia mi mejilla derecha.
En ese momento veo una mancha de sangre en su hombro, es una herida de bala –¡Estás herido! –exclamo olvidando por completo mi miedo. Él está herido.
–Estoy bien. –responde sonriendo. Pero no me importa lo que diga, yo rompo la manga de mi ropa con un poco de dificultad y le pido a Erik quitarse la ropa.
–¿Mi ropa? –me mira con las cejas muy levantadas, está sorprendido –No podemos hacerlo aquí, además hay menores mirando Orión. –murmura señalando disimuladamente a Rune y a Maia.
¿En qué está pensando?
–Tal vez cuando terminemos la misión y estemos en mi cuarto. Ahí seré todo tuyo. –susurra sonriendo de lado.
–Voy a vendar tu herida. –digo teniendo el trozo de tela en mis manos. En ese momento el rostro de Erik se vuelve muy rojo.
–Ah, si... Claro. –sus manos retiran el saco de su traje negro al igual que su camisa blanca. Descubriendo un poco su pecho y el hombro lastimado.
–¿Q-Qué están haciendo? –pregunta Rune molesto y un poco incómodo ya que su voz tiembla. Ahora recuerdo que él ni nadie de mi familia están acostumbrados a ver una pareja de hombres.
–Erik está herido. –respondo porque no es el momento de explicarle todo y, tal vez, no lo entendería.
Regreso mi mirada hacia el castaño y lo veo tocar su herida, luego retira su mano teniendo la bala entre sus dedos. ¡¿Cómo hizo eso?!
–Ahora puedes vendarla. –habla arrojando la bala machucada lejos. Entonces lo hago, teniendo mucho cuidado y deteniéndome cuando lo escucho quejarse o hacer una mueca.
–¿Te duele? –le pregunto al terminar vendar su herida. Sé que sanará por completo en dos o tres días, pero igualmente debe ver a algún médico.
–No, está bien. –susurra levantando mi mentón, trata de besarme pero Rune nos está mirando. Así que me pongo de pie haciendo que Erik casi caiga sentado.
–Eh, sigamos. Ya los retrasé demasiado. Lo siento. –me disculpo con todos y camino al frente del pequeño grupo.
En ese momento siento una presencia a mi lado y espero que no sea Erik tratando de adentrar su lengua en mi boca. Suspiro aliviado cuando veo a Rune.
–Lo que pasó hace un momento fue raro. –me dice en un tono preocupado. Eso me hace bajar la mirada para ocultar mi rostro sonrojado. ¿Como debería decirle? Debo darle la noticia de una manera suave y cuidadosa.
–¡Awwww! Son muy tiernos, tu hermano y su novio son tan lindos, Rune. –grita Maia sonriendo mientras se cuelga por el cuello de mi hermano. Él detiene sus pasos y levanta su mirada hacia mí, se ve confundido y sorprendido al principio pero su rostro se torna amenazante y macabro. ¡Seré historia!