Sus padres quieren que sea una chica perfecta, tal cual como su hermana mayor. Madeleine, solo desea ser feliz, ser ella misma, ir a fiestas y vivir un romance como de película. Quitarse por fin el título de la chica más aburrida del colegio.
Nunca...
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Trato de remover la mancha con mis dedos húmedos. Vuelvo a mojarlos en el grifo pero solo logro difuminar un tanto el chocolate sobre mi vestido. Cierro el grifo saliendo derrotada en el baño, al parecer esta es la habitación del hermano menor de Joe, es evidente por los juguetes en el suelo.
Un sonido bien audible, a pesar de las bocinas que estallan de la planta baja, se cuela desde afuera. Mi curiosidad me invita a observar por la ventana, viendo como Wladymir se estaciona en compañía de Kiara. La chica se baja de la motocicleta con una minifalda, además de lucir un corsé rojo acompañado de una chaqueta de cuero. Ella no lo espera, simplemente se dirige hacia acá.
Bajo las escaleras para volver a la fiesta, justo para observar como Kiara ya baila con un par de chicos, mientras que Thompson ni su sombra. Debí imaginarlo, él aun sigue sintiendo algo por ella; a veces, por muchas veces que trates de negarlo, no dejaras de sentir esa atracción irresistible. Kiara podría ser el sueño de cualquier chico con hormonas alborotadas.
Luego de tomar un vaso de ponche, un chico se acerca pidiendo que baile con su compañía, pero descarto su idea. Él sigue insistiendo, y la verdad ya se me hace nefasto, además que me arrepiento de haber venido ya que no ha sido lo que esperaba.
—Dice que no quiere bailar contigo, ¿entiendes?—arruga su entrecejo observando al chico—. Además, ella ya es mi pareja de baile.
Thompson llega a mi rescate inesperadamente, toma mi mano llevándome hasta la pista de baile. Estando ahí la música cobra sentido y trato de moverme siguiéndole el paso a Wlady.
—Lo siento, tengo dos pies izquierdos, soy mala bailando—informo soltando una risita frustrada.
—Solo deja que la música fluya, eres tú y el ritmo nada más.
Le hago caso a sus palabras y trato de disfrutar del momento. La música nos envuelve en una chispa, y se siente bien dejar liberar esa energía que aguarda en tu interior.
La música movida para y una canción lenta es puesta en su lugar. Las parejas a nuestro alrededor se apegan bailando al compás de Eclipse Total. Wlady me ve a los ojos haciendo una morisqueta graciosa.
—Esta fiesta ya me aburrió, ¿quieres salir?—extiende su mano ante mí.
—Esta noche tú eres mi guía a la diversión. ¡Sorpréndeme!
En menos de un minuto, ya me encuentro sobre la motocicleta de nuevo. Esta vez decido negar el casco, sé que es algo descuidado de mi parte, pero no quiero sentirme como Robocop el resto de la noche.
Por el oscuro y frío asfalto conduce el chico hasta un paradero misterioso, mientras yo disfruto del viento en mi cara dejando que fluya de nuevo esa adrenalina. Luego de un gran recorrido, estaciona junto a una gasolinera, bajo con cuidado de no caer de la motocicleta.
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Ya estando con los pies en el suelo, Wladymir pasa su brazo por mis hombros dirigiéndome hacia el Mini-Market veinticuatro horas de la gasolinera. Estando ahí compra un par de helados y unos caramelos, de los cuales no pueden faltar sus chicles sabor sandía.
—No se que le encuentras de divertido a una gasolinera, pero esta bien—afirmo con un alzamiento de hombros.
—Esta no es la parte divertida, el recorrido aun no termina—asegura con un guiño.
Toma mi mano y empieza a caminar en dirección al bosque detrás de la gasolinera, saca su celular de su bolsillo encendiendo la linterna y nos adentramos entre los árboles.
—No es por nada, pero, no eres parte de una secta satánica que quiere darme en ofrenda... ¿verdad?—mi voz sale temblorosa, creo que he visto demasiadas series juveniles de misterio y suspenso.
—Tranquila, sé que a veces puedo parecer el diablo en persona, pero no seas tan paranoica—ríe divertido por mi cuestionamiento. A mi no me parece divertido que mencione al señor oscuro.
Con unas hojas enredadas en mi cabello, y ramas que rasguñan mis piernas, el camino por el bosque se hace cada vez más largo, hasta que por fin llegamos a un pequeño campo despejado con una laguna. Wladymir se sienta junto a un árbol y saca uno de los helados para empezar a comerlo.
Me quedo parada de brazos cruzados viendo como saborea el hielo saborizado. Me acerco un poco a la orilla de la laguna observando el agua, volviendo luego a él.
—Se supone que solo comerás tus golosinas y ya—bufo aburrida de la situación—Esto no me divierte.
Se pone de pie y se acerca a mí.
—A mí si—me da un empujón en los hombros y caigo al agua empapándome por completo.
Empiezo a patalear dentro del agua, pero no logro flotar demasiado, porque la verdad es que no sé nadar. Escucho a lo lejos la voz de Thompson y después él se zambulle dentro del agua, sus manos se atan a mi cintura deteniéndome para no ahogarme. Le doy unos golpes en el pecho enojada.
—¡Pero que imbécil eres, no sé nadar!—exclamo a punto de llorar.
—Lo siento, de verdad no sabía—trata de mantenerse serio, pero se que muere de ganas por reírse de mí.
Me detengo con mis manos de sus hombros, su cabello luce despeinado por el agua, figura una sonrisa para mantenerme tranquila asegurándome que no me soltara. Puede sentir su corazón palpitar contra mi pecho y en un momento menos pensado, desliza sus manos hasta mis muslos atrayendo mis piernas hacia el obligándome a rodear su cadera, no me abstengo. Mi respiración se acelera, sincronizándose con la de él. Nuestras frentes se topan, su aliento de sandía choca con mi nariz y sus labios están por estamparse contra los míos, pero no, lo evito logrando que solo bese mi mejía.
—Esto no esta bien Wladymir, tú sigues sintiendo algo por Kiara—murmuro.
—¿Y si no es así? No sabes lo que yo siento ahora.
—Pero sé que es amar a alguien el cual no te es correspondido, y a pesar de negarlo, enloquecer con una sola de sus sonrisas.
Con sus manos toma mi rostro, quitando los cabellos despeinados de mi rostro.
—Necesito saber si este deseo persistente en mi pecho es real—pasa con sutileza su dedo pulgar sobre mi labio inferior—, solo déjame probar tus labios, no te arrepentirás.
Hay cosas que por más que intentes, no puedes controlar. Porque cuando el corazón así lo quiere, el deseo fluye y la razón se pierde.
Una vez más se acerco a mí, un sonrojo tiñe mis mejías cuando sus labios tocan los míos con sutileza, son tibios y suaves, con un explicito sabor a sandía. Aferro mis manos a su camisa, mi corazón amenaza con salir de mi pecho, es tan fugaz y tan hermoso.
Me fijo en sus ojos color miel, y una sonrisa lasciva se forma en su rostro. Recuesto mi cabeza sobre su hombro, una felicidad y miedo se apodera de mi interior, luego de esto será algo imposible olvidar sus labios.
De regreso hasta la motocicleta, Wlady me ha dado su chaqueta para que me resguarde del frío; vaya que se le dio la idea de quitársela antes de entrar al agua. Me aferro detrás de su espalda, mientras el viaje de regreso a casa comienza acelerando por la carretera.
—Madds—escucho que menciona.
—¿S-si?—cuestiono tímida.
—Me gustas.
🔴🔵🔴
Se que hay alguien en especial que amo este cap... 😏