Era por la mañana, sobre las 09:00 mas o menos, no estaba muy atenta al reloj, solo podía pensar en lo que me había dicho el chico de enfrente, en su reacción a lo del videojuego, ¿qué habría querido decir con eso?
Me levanté y me di una ducha, me puse mis jeans negros y una camisa blanca de tomorrowland, y salí de la habitación para desayunar, mi hermana no estaba en casa, asi que como me aburría, decidí salir a darme un paseo por el centro comercial porque antes de ayer me llegó un mensaje de un amigo diciéndome que hoy llegaban los peluchitos del juego Mario Bros.
Llegué a la tienda de videojuegos, y, como tengo la misma suerte de un pavo con sobrepeso en navidad, ahí estaba mi vecino, justamente mirando los muñecos que yo quería.
- O no, ¿en serio? - Dijo entre sorprendido y enfadado
- Pues sí, si te molesto te largas, no quiero más movidas, coge el peluche que quieras y dejame en paz - Le respondí, no tenía ganas de discutir, y menos por un peluche.
Ambos cogimos el mismo peluche, el de Yoshi, nos miramos y por alguna razón que desconozco me perdí en su mirada, aunque fuese un idiota, tenía unos ojos preciosos
- ¿En serio, de verdad quieres el mismo que yo?
- Sí, llevo tres días esperando que lleguen los putos peluches, asi que, si no quieres movidas, dámelo
- Y por qué tendría que dartelo
- Eres bipolar en serio tio - Le quité el peluche de las manos y me dispuse a pagarlo cuando noté que alguien me levantaba
- ¡SUELTAME IMBÉCIL! - Le grité con mucha furia, le gente se nos quedaba mirando, pero me daba igual
- Cállate, la gente nos mira - Me quitó el peluche y lo pagó, mientras yo forcejeaba, pataleaba y le pegaba
Salimos de la tienda...