Epílogo

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Recuerdo ese día como algo mágico, algo irreal.

El ver cómo brotaban raíces de árboles, plantas, arbustos. Nuevos Ríos se crearon, los mares provocaron miedo al ver como venían las tormentas solo para limpiar sus interiores.

Tener la fortuna de poder vivir el momento en que el mundo cambio.

Un mundo lleno de vitalidad y paz.  Daba la espina de que todo iba a salir bien.

Que incluso este podía ser el paraíso que te prometen al momento de morir.

Aquellas casas que quedaron en pie, las pocas casas. Se llenaron de hierba, dándole paso a un hogar más natural. Aquellos que morían de enfermedades la vida les dio otra oportunidad.

Los más pequeños tuvieron la esperanza de volver a jugar en un lugar con aire limpio a sol y sombra.

Quienes apreciaron con más dedicación a la madre naturaleza.

Pues después de la tormenta viene la calma junto con un paisaje despejado.

Observo el reino donde habitaba. Y que por cierto, he podido regresar.

Es como si todo hubiera sido forrado con un manto verde.

Flores por aquí, flores por allá.

El olor a lluvia siempre embriagaba a todos. Y eso lo sabía pues después de todo ellos nos regalaron una segunda oportunidad.

De por sí lo amaneceres eran espectaculares, los de esta nueva era. Parecían ficción.

Algo de lo que no pude dejar de sorprenderme era que unas increíbles alas hacían sombra en las calles de la ciudad. Del reino.

Eran muchísimas sombras que sobre volaban el reino y puedo jurar que en todo el mundo.

La hada retomó sus alas para poder alzarse en gloria.

Y vaya que lo había hecho de maravilla.

Hisiu E. Fiore.

La sensación de estar preocupado me había durado un año entero al ver la destrucción casi total de la humanidad.

La era de la magia parecía terminarse dando paso a una oscura realidad.
Una realidad llena de dolor, odio, crueldad, abusos.

Mirar hacia atrás y observar que nuevas vidas venían en camino gracias a Levy, me hizo reflexionar. Nosotros los humanos somos unos simples muñequitos, que si alguien quiere matarnos, desapareceremos en un segundo. Y quedaremos olvidados.

La vida no sólo era odiosa, si no que, si veías más allá de la neblina, podías ver un rayo de luz.

DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora