Luego de la gran fiesta en el gremio, Lucy y Erza decidieron que era momento de regresar a casa, sabían de antemano que todos se quedarían en el gremio hasta el amanecer y como siempre harían una pelea que dejaría un desastre completo. Lucy no quería que Erza estuviera despierta hasta tan tarde para evitar que luego se sintiera cansada y al mismo tiempo evitar el enojo de la pelirroja. La rubia sabía que una Erza enojaba no quería decir nada bueno. Todos sabían que si Titania se enojaba no había poder humano que la detuviera a menos que tuvieras un pastel de fresas cerca.
Erza solo observaba la sonrisa en el rostro de su maga estelar, la peli escarlata no podía evitar sentir la sensación de calma invadirla, no podía evitar estar feliz al ver que su pareja estaba dejando todos sus miedos de lado. Erza estaba orgullosa de todo lo que ella y Lucy habían podido hacer durante eso onces meses juntas.
El tiempo juntas había empezado a curar todas aquellas cicatrices y heridas que ambas creían que nunca sanarían. Ella había dejado de tener pesadillas sobre su esclavitud, Lucy había dejado de tener pesadillas sobre el ser perseguida por los soldados del consejo mágico solo por su descendencia.
Ambas caminaban tomadas de las manos por las calles de Magnolia, ya nadie les daba miradas raras, ya nadie murmuraban sobre su relación, a nadie le importaba nada, solo esperaban poder seguir viendo las sonrisas en los rostros de las dos magas. Muchas personas en Magnolia y en otras ciudades ya sabían de la relación entre las dos miembros del equipo más poderoso de las hadas. La noticia había causado un revuelo en las ciudades vecinas pero nadie se atrevía a decirles algo a las magas cuando las veían.
—¿Estás bien? —Pregunto Erza al ver a la maga estelar un poco descuidada.
Lucy miró a Erza y le sonrió sin poder evitarlo. —Estoy bien. —Dijo Lucy dándole un apretón a Erza en la mano. —¿Y tú?
Erza noto el tono preocupado de su maga y no pudo evitar sonreír al ver que a pesar de que nada había pasado su novia estaba preocupada. —Estoy bien, solo quería saber qué es lo que te tiene tan desorientada.
Lucy frunció el entrecejo ante lo que Titania le había preguntado. —No me pasa nada, solo pensaba en lo que Hisue y yo hablamos luego de lo de Jellal.
Eso captó aún más la atención de la maga de la armadura. —¿De qué hablaron? —Pregunto Erza con curiosidad.
—Jellal mencionó que para que Hisui pueda tomar el trono tiene que tener un hijo. —Lucy hizo una pausa para mirar a Erza y esta asintió entendiendo lo que la rubia le estaba diciendo. —Hisue quiere tener un hijo, pero no sabe como decirle, los preparativos de la boda tendrán a Yukino ocupada. Además, no quiere que Yukino piense que solo quiere tener un hijo por el trono.
—¿Por qué no solo espera después de la boda? —Inquirió/pregunto Erza mientras abría la puerta de su departamento.
—Eso fue lo que le dije. —Suspiro Lucy.
—¿Qué te dijo ella?
—Dijo que lo haría pero eso no quitaba de que tuviera miedo de que Yukino dijera que no.
—Ciega. —Murmuro Erza rodando los ojos. Lucy dejó salir una risita al ver que Erza había notado la mirada de Yukino cuando ella dijo que Erza y ella iban a tener un hijo.
........
Quinto mes de embarazo.
Decir que Erza había tenido cambios de humor era poco, la maga de la armadura había puesto a todo el gremio de FT de cabeza, nadie sabía cómo calmar a Erza cuando estaba triste, enojada, deprimida, etc. La cosa se ponía mucho peor cuando Lucy no estaba cerca de Erza para evitar que la reina de las hadas cometiera la catástrofe más grande del mundo o en otras palabras destruyera en el gremio con todos los miembros dentro, bueno, a excepción de Asuka.
Lucy despertó, aún se sentía cansada, la noche anterior había llegado de una misión con los chicos y como siempre las cosas se habían puesto difíciles para ellos. La rubia entreabrió los ojos para ver que Erza estaba dormida, el rostro tranquilo descansando en el hueco del cuello de la rubia. Lucy pasó su mano por los cabellos escarlatas mientras su mano libre estaba acariciando el vientre abultado de su novia.
Lucy sintió el movimiento en el vientre de Erza y no pudo evitar que lagrimas se formaran en sus ojos, su bebe estaba respondiendo a su toque. La rubia siguió moviendo su mano, sintió que con cada movimiento que hacía su bebe respondía, era como si pudiera reconocerla aun sin haberla visto.
La maga estelar sintió como Erza se movió y dejaba salir un suspiro de satisfacción. La rubia miró el rostro de su novia, Lucy no podía ocultar la felicidad al ver que Erza se sentía a salvo en sus brazos.
Lucy recordó que Levy le había dicho que ahora Erza empezaría a estar más apegada a ella. La maga de la escritura había estado investigando sobre la descendencia de la maga estelar hasta el punto de viajar a Crocus para hablar con Rey y pedirle información. Claro, el Rey se había negado al inicio porque no quería revelar cosas muy íntimas sobre su naturaleza pero al escuchar que solo quería información para ayudar a Lucy y Erza él accedió a hablar.
El embarazo iba normal en todo lo que cabía, solo que ahora Erza estaría mas apegada a Lucy por que el bebé necesitaba sentirse más protegido. Sentirse seguro al tener ambas figuras maternas le ayuda a formar un fuerte lazo con ambas.
Lucy con sumo cuidado se levantó de la cama y se dirigió a preparar el desayuno, con ayuda de Virgo logró conseguir unas flores para Erza. La maga estelar estaba feliz de que todo lo malo que había pasado en su corta vida estaba siendo recompensado poco a poco.
Cuando Erza despertó, la maga estelar subió el desayuno a la habitación sorprendiendo a Erza ya que la pelirroja pensó que al estar muy cansada Lucy sería la última en despertar. Pero no había sido de esa manera.
—Buenos días, Hermosa. —Saludo Lucy sonriendo al ver un tinte rosa aparecer en las mejillas de su novia.
—Buenos días. —Murmuró Erza aun sin poder ver a la maga estelar al rostro.
Lucy acomodo la comida en la cama para que no se cayera y ambas empezaron a desayunar, un silencio cómodo mientras se robaban miradas, se daba sonrisas y de vez en cuando besos.
Erza quería que todas sus mañanas fueran de esa manera tan calmada, llena de alegría y amor. Lucy no podía evitar sentirse completa. Erza miro como Lucy recogía todo y lo llevaba a la cocina para luego verla entrar en la habitación un ramo de flores. Erza podía reconocer las flores de magnolia pero la otra flor no.
—Reconozco las flores de Magnolia. —Dijo Erza.
—Las otras son flores de Almendro. —Dijo Lucy mientras le daba flores a Erza. —Las Magnolias significan nobleza, pureza y amor por la naturaleza mientras que las de Almendro significan el despertar o el que está despierto.
—¿Por qué escogiste estas flores? —Pregunto Erza con curiosidad.
—Las Magnolias por lo noble y puro que eres, el amor que tienes por todo a tu alrededor. Las de Almendro porque hoy toque tu vientre y sentí como nuestro bebé se movía ante mi tacto, era como si supiera que soy su madre.
Erza dejo las flores en la cama y se levanto, tomo el rostro de la maga estelar y sin dudarlo la beso, la beso como si fuera la primera vez que lo hacía, como si la rubia hubiera regresado de una misión de años y ansiaba el contacto entre ellas. Lucy no tardó en responder al ver, sus dedos se enredaron en los cabellos fuego de Erza. Sus cuerpos se pegaron en busca de más contacto. Ambas querían sentir el calor de la otra, Lucy tuvo cuidado con el vientre de su novia. No quería lastimar a su bebé.
Erza metió sus manos debajo de la camisa de Lucy, empezó a acariciar el abdomen de esta para luego sacarla camisa. El beso cada vez iba subiendo de tono pero a ninguna de las dos les molestaba en lo absoluto. La camisa de Erza fue la primera en caer al suelo. Ambas se separaron para tomar un poco de aire y volver a besarse como si no hubiera un mañana.
La ropa empezar a estorbar pero cuando Lucy estaba por quitarle el sostén a Erza, Natsu y Happy aparecieron en la ventana.
Lucy escondió su rostro en el cuello de Erza, se sentía frustrada y ahora tenía que buscar la manera de cómo calmar a sus hormonas. Además el problema en sus pantalones le incomodaba. Erza dejó salir un suspiro de fastidio.
—¿Qué quieres Natsu? —Pregunto Erza al ver que Lucy estaba demasiado mortificada como para hablar. La pelirroja frunció el ceño, no había visto a Lucy actuar de esa manera en unas semanas. Titania miró el calendario y se dio cuenta de que estaban en la semana de luna llena.
La pelirroja entendió que en esa semana Lucy tendría sus sentidos en un cien por ciento y todas sus emociones estarían al máximo, lo que quería decir que sus hormonas le iban a estar haciendo la vida imposible.
Erza empezó a trazar círculos en la espalda de Lucy, en ese lugar donde debería de estar la cola de la rubia. Erza sabía que ese lugar era un punto sensible en la maga estelar y que eso le ayudaría a calmarse.
—El viejo que pidió que les echara un vistazo y que les dijera que fueran al gremio más tarde. —Dijo Natsu un poco apenado por lo que había visto.
—¿Qué es lo que pasa? —Pregunto Erza.
—No lo sé. —Dijo Natsu encogiéndose de hombros.
—Okay. —Suspiro Titania. —Iremos al gremio más tarde.
Natsu solo asintió junto a Happy pero ninguno de los dos hizo un ademán para hacerle saber a Erza que ya se iban, entre más tiempo Natsu y Happy se quedaban en la ventana más irritada se sentía Erza al ver que los dos no entendían que necesitaba estar a solas con su novia.
—¿Algo más? —Pregunto Erza.
—¿Qué le pasa a Lucy? —Pregunto Happy al ver que la maga estelar no había salido de su escondite desde que ellos les habían interrumpido.
—Nada. —Dijo Erza con dificultad al sentir los labios de Lucy en su cuello. —Nos pueden dejar solas. —La maga de la armadura sabía que tenía que hacer que amigos se fueran.
Natsu y Happy decidieron dejar a las chicas solas por el bien de su salud mental. Erza suspiró en alivio al ver que los chicos las dejaban solas pero no pudo seguir reteniendo un gemido cuando Lucy mordió ese punto sensible en su cuello.
La pelirroja hizo que Lucy saliera de su escondite para besarla sin dudarlo ni un segundo. La ida al gremio podría esperar unas cuantas horas, ellas tenían cosas más importantes que hacer.