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— Abre los ojos, Iseul. — Oigo la dulce voz de NaYoon cerca de mí mientras me sacude con cuidado por mi hombro derecho. Dejo escapar un gruñido como respuesta, arrugando el rostro con disgusto. — ¡Yah, despierta mujer!

Con mucha pereza obligo a mis parpados a abrirse entretanto dejo escapar un gran bostezo. Parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz del corredor y también para enfocar mejor la imagen ante mí, ya que en un comienzo es algo difusa. Percibo un leve dolor en mi espalda y cuello debido a la mala posición en la que me encontraba durmiendo y no puedo evitar quejarme por este en voz baja. Arqueo mi espalda y muevo mi cabeza, escuchando el tronar de mis propios huesos por cada movimiento que realizo.

— Al fin llegas — farfullo con una expresión que es una mezcla entre la molestia que me invade al recordar lo sucedido y el sueño que tengo.

NaYoon, quien realmente parece haberse esmerado mucho en su atuendo y maquillaje para ir a ver a sus suegros, frunce sus labios rojos en una mueca de enfado que me parece indignante teniendo en cuenta que soy yo la que tuvo que dormir en el corredor.

— Pudiste haber ido con SoYou en vez de quedarte durmiendo aquí, en el pasillo.

— Viajó a Daegu porque su madre está enferma — me excuso, fijando mi vista en el limpio y suave cobertor azul que cubre todo mi cuerpo. Mis cejas se juntan en confusión e involuntariamente vuelvo a bostezar, provocando que mis ojos se nublen por el exceso de líquido.

— Pues, debiste aceptar la oferta de Chen e ir a refugiarte en su apartamento. Te puedes resfriar con el frío que hace aquí. — Me regaña como si de mi madre se tratara. Se coloca de pie bajo mi fulminante mirada, alegando entre dientes que sus tacones negros la están matando.

— Sabes muy bien que jamás haría eso.

La idea de estar a solas en el mismo apartamento que él, me aterra y desagrada. ¿Quién sabe qué tipo de cosas me podría hacer? Tal vez él no es tan tierno y bueno como le muestra a todo el mundo y yo no quiero ser la primera que conozca su lado más oscuro. Puede ser que esconda un raro fetiche, el cual prefiero no enterarme o.... horribles secretos que serían perfectos para contar en una noche de Halloween. No lo sé, hay gente muy rara en este mundo a decir vedad y cualquier cosa se puede esperar.

Se deshace de sus zapatos en un profundo mutismo. Tras terminar, cruza sus brazos bajo su inexistente busto en una actitud imponente, mirándome desde arriba con ojos comprensivos y algo cansados que no sé si contribuirle a la hora o a algo más.

— Iseul, debes ir a ver a alguien que te ayude con tu problema, cariño. — Desvío mi mirada de su rostro a otro lugar, huyendo de sus oscuros orbes que me ruegan en silencio porque les haga caso a sus palabras. — Sé que la idea no es llamativa, pero... Debes hacer algo con tu problema. Escondiéndote en tu habitación cada vez que puedes para evitar cruzarte con algún hombre, no te ayuda en nada — habla y se toma una pausa a la espera de que diga algo. — Te estás perdiendo de muchas cosas, amiga. Lo que haces no es vivir.

Mi nariz pica y parpadeo varias veces seguidas en un intento por disipar las lágrimas que se acumulan en mis ojos y nublan mi vista. Ella tiene razón, lo admito, pero...

— Y si... No funciona ¿Y si yo no tengo arreglo, NaYoonie? ¿Y si no puedo superarlo? — interrogo en un susurro ahogado y con mi mirada pérdida en la nada, atemorizada ante esa idea.

Soy consciente de que me estoy perdiendo de muchas cosas a causa de mi fobia hacia el género masculino y, millones de veces, me he aburrido con mi propia soledad. Me he deprimido a mí misma preguntándome cómo sería el poder salir con mis amigas sin que me torture la sola idea de toparme con algún hombre que intente hacerme daño. Idea que aparecía inconscientemente y que, en variadas ocasiones, me obliga a preferir quedarme dentro de la seguridad que me brinda mi apartamento. Y aquello no es lo único que me suelo preguntar, porque también tengo curiosidad en saber cómo sería el tener novio o, simplemente, salir a pasear con un chico teniendo una cómoda y fluida conversación acerca de nuestros gustos, sin pensar en salir corriendo gracias a ese horrible y constante temor que siempre está persiguiéndome como si de mi sombra se tratara.

ANDROFOBIA » KIM JONGDAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora