Capitulo20: Levantarse después de caer

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Una tenue luz entraba por la ventana, el silencio inundaba la habitación. Y ella con los ojos abiertos pero incapaz de levantarse permanecia tumbada en la cama, con solo la toalla cubriendo su cuerpo, el pelo aun mojado y los ojos rojos del llanto.

No sabia exactamente como habia salido de la ducha, ni como habia llegado hasta la cama. Solo que se encontraba alli, sumida en el silencio, en si misma. Sin importarle nada, nadie.

Unos suaves golpes en la puerta resonaron en la habitación, sin embargo ella ni se molesto en mirar aquel trozo de madera, siguió recostada y con la mirada vacia.

-Dana, abreme –Walter hablo en voz baja al otro lado -¿Estas bien?

Ni una respuesta, ni una reacción, solo silencio.

-Dana, puedo abrir la puerta, lo sabes –Walter suspiro –Tengo la llave, entrare.

Silencio.

Finalmente se escucho el sonido de la llave en la cerradura y después el movimiento del tirador de la puerta, para que esta se abriera con un tenue chirrido.

-¿Dana? –Walter asomo la cabeza, recorriendo la habitación con la vista hasta llegar a la cama. –Dios santo, niña –y atraveso el espacio que le separaba de ella rapidamente. Coloco una mano en su brazo –Estas helada –agarro la sabana y la cubrio con ella, la miro a los ojos -¿En que estabas pensando?

Pero Dana no respondia, tampoco le miraba, era como si no estuviera alli.

-¿Qué te ha pasado? –Walter fruncio el ceño y paso las manos por sus brazos restregando la sabana y ayudandola a entrar en calor –Dana, mirame –suspiro al ver que ella se negaba a responder, se recosto a su lado y la abrazo –Esta bien, si no quieres hablar, solo estare aquí, a tu lado.

De nuevo el silencio inundo el lugar, Walter la abrazaba fuertemente mientras la miraba con tristeza.

-¿Por qué no puedo olvidarme de el? –Y Dana al fin hablo, pero su voz sono rota

-Porque no podemos gobernar nuestro corazon –Walter respondio con tristeza

-¿Crees que habria sido una buena madre? –Dana giro levemente el rostro para mirarle

-¿Qué? –Walter fruncio el ceño –Claro que si. Estoy seguro de que en un futuro seras una gran madre, tendras muchos hijos, te casaras con un buen hombre y viviras en una pequeña casita junto a la playa.

-Eso era lo que yo pensaba hace un año. Sueños, solo eran eso –Dana volvio a apoyar la cabeza en la almohada –Resulto que ese hombre con el que pensaba formar una familia me traiciono, me estaba usando. Mi padre termino muerto. Perdi a mi hijo. Y termine en una maldita carcel en la que tenia que pelearme constantemente para sobrevivir. –Una lagrima resbalo por su mejilla –Ahora no se quien soy, no se lo que quiero.

Walter se quedo en silencio, sorprendido por lo que ella acababa de confesarle y al mismo tiempo dolido al vislumbrar lo que ella guardaba en su interior.

          

-Eres Dana Evans, la hija de Giovanni Evans –Walter tomo su mano y la apreto –Eres una mujer fuerte, luchadora, que ha sobrevivido a la peor traicion de todas, que ha luchado por los suyos, que ha sabido luchar en la carcel. Estas aquí, libre, luchando por volver a dirigir tu vida. Tu eres Dana Evans y nadie, absolutamente nadie puede quitarte eso. –Se levanto de la cama y la miro –Tus padres estaran orgullosos de ti, estoy seguro de eso.

-No puedo –Dana le miro a los ojos –No puedo seguir con esto

-Claro que puedes –Walter le acaricio el rostro –Tu llegaras hasta el final. Tu lograras terminar con todo esto y ser libre. Seras libre para vivir tu vida. Y gracias a ti, nosotros tambien lo seremos.-Se paro ante la cama –Y ahora levantate de ahí y arreglate. Demuestra a todos que no podran contigo.

-Gracias –Dana se incorporo despacio en la cama –Gracias por ser como un padre para mi

-Tu eres una hija para mi –Walter la miro a los ojos – Y ademas, le prometi a un gran amigo que cuidaria de su pequeña.

Despues de decir eso, Walter salio de la habitación cerrando la puerta tras el. Dana permanecio unos minutos mas sentada en la cama y finalmente se levanto. Se paro ante el espejo que habia en la habitación y dejo caer la toalla. Miro su cuerpo, observo la cicatriz en su estomago producto de un disparo.

Habia sobrevivido, habia sobrevivido a un intento de secuestro, a un disparo, a un accidente de coche, a un aborto, a una carcel, a que le destrozaran el corazon. Un hombre no acabaria con ella y menos el hombre que ya le trajo el dolor a su vida en el pasado. No, Dana Evans se levantaba después de caer.

-Pronto todo acabara –se hablo a si misma –Y al fin encontrare la paz.

 

 

 

 

 

Walter atraveso el pasillo caminando a paso decisivo, bajo las escaleras y se dirigio a las habitaciones del servicio. Ni siquiera llamo a la puerta, la abrio de golpe sin importarle si alguien le veia.

-¿Pero que? –Nestor se giro hacia el mirandole sorprendido -¿Pasa algo?

Walter no respondio, en dos zancadas estuvo ante el y agarrandole por el cuello de la camiseta lo empotro contra la pared.

-Si te acercas a ella, sin tan solo la miras –Walter apreto la camisa entre sus puños –Te juro que estaras bajo tierra antes de que parpadees. ¿Me has entendido?

-No puedo hacer eso –Nestor le miro a los ojos –La quiero

-Si la quisieras te alejarias de ella –Walter apretó la mandíbula –Le haces daño. Tu sola presencia la daña.

-Ella me ama –Nestor lo desafio –Lo se

-¿Te ama? –Walter lo solto bruscamente -¿Ama al policia? ¿O ama a Kevin? No son los mismos. Uno era mentira y el otro destruyo su vida.

Del Lado De La LeyWhere stories live. Discover now