La gente brincaba y gritaba como locos con la música de rave que se escuchaba, la banda aún no aparecía en el escenario y yo ya estaba desesperada por irme de aquí. Estaba sudando como cerdo y mi suéter Gucci se encontraba repleto de suciedad y de maquillaje que he tenido que estar limpiando de mi rostro, Amanda por su parte estaba contenta de la vida, con sus mallas agujeradas, top de cuero y esas horribles botas militares brincando con un chico rubio lleno de tatuajes y de piercings, Chace creo que se llamaba, aún no sé cómo pude dejarme convencer para venir a este lugar.
— ¡Vamos Graciela por favor! Diviértete un poco ese era el punto de que vinieras— gritó Amanda.
— Sabes muy bien que sólo vine aquí por ti, ni siquiera me gustan estas cosas — respondí gritando también.
—Sabes aun no sé cómo somos mejores...—No pudo terminar la frase porque un golpe en el micrófono llamó nuestra atención.
Un chico rubio, alto, con un piercing en el labio estaba colocando su guitarra en su pecho. Otro chico se acomodaba el bajo, un poco más atrás del primero, tenía piel un poco más bronceada que la mía y unos tiernos ojos rasgados, elevó el brazo y pude ver un tatuaje en su brazo izquierdo. El baterista se aseguraba que todo se encontrara en su lugar, tenía el pelo entre un tono castaño y rubio que era quitado de su cara por una bandana. Un cuarto chico salió de atrás del telón, tenía su cabello negro con blanco, era demasiado pálido, se acercaba a un estuche que se encontraba en el suelo y de él sacó una guitarra eléctrica, era bastante guapo.
Los cuatro lo eran.
El chico de cabello raro conectó el amplificador a su guitarra y tomó el micrófono. — ¡Hola idiotas, mi nombre es Michael, estos 3 pendejos y yo formamos 5 Seconds of Summer y va a hacer un placer reventar sus tímpanos esta noche! —Su mirada se viajó por todo el lugar, y en algún momento dirigió justo a la mía, lo tenía justo enfrente, bueno no justo enfrente, unas cuantas personas más enfrente. Sus delgadas cejas se arrugaron en su frente, no pude descifrar su mirada, si era de risa o de algo más.
— Tu nombre —dijo desde el micrófono, desvié mi vista hacia la demás personas intentando averiguar a quien le hablaba.
— ¡Hey tu! No te hagas tonta te estoy hablando a ti, la del sweater "Gucche" —apuntó hacia a mí.
—Es Gucci, y ¿me hablas a mí? —pronuncié algo confundida.
— ¿Ves a otra niñita con un sweater "Gucche" en este lugar?—dijo arremedando de forma estúpida y sin éxito mi manera de hablar.
— No veo a alguien con suficiente clase como para traer uno, ¿no crees?—escupí.
—Tu nombre, rojita — dijo soltando una carcajada.
—Graciela — dije con la cara en alto y la voltee con desprecio.
—Bueno, Grace. Te iba a dedicar la siguiente canción, pero resultaste ser un claro grano en el trasero.
Las baquetas sonaron por el lugar dando comienzo a la canción de estilo pop-rock,música que no era de mi gusto. Todo era demasiado ruido, demasiadas luces.