—Es necesario que te vayas — le digo a Álex, no quiero que se vaya.
—Si amor, es algo muy importante — se disculpa, me abraza — volveré lo más pronto — me da un beso casto — Gabriel no será ningún problema, seguramente mañana va salir — Alex el problema es que él esté en la casa, conmigo a sola ese es el maldito problema.
—Claro.
—Bueno me voy cuídate amor — me da otro beso casto — vamos — salimos de la habitación —Amigo no sabes cómo lo siento — se disculpa Alex mientras bajamos las gradas — pero es una emergencia, te queda en tu casa — se separa de mi — cuidas a mi esposa — le da un abrazo Gabriel me mira y me giña el ojo.
—Claro amigo, no te preocupes — tocan la puerta.
—Debe ser el chófer — Alex se acerca a mí y me da un beso — Adiós amor te llamo mañana cuando pueda — me da un abrazo, lo acompañó hasta el auto.
—Adiós — le doy otro beso y le abrazo — Te amo, nunca lo olvides — le susurro.
—Y yo a ti — entra en el auto y se va.
Miro mi casa con miedo, dios tengo miedo de hacer alguna locura, está haciendo frío así que no me queda de otra que entrar.
Al abrir no hay rastro de Gabriel me relajo alzó las copas y la botella y llevo a la cocina. Seguramente ya se fue a su habitación, la botella en mi mano está un poco más abajo de la mitad, me la bebo toda necesito contratar mis nervios.
Cierro y abro mis ojos varias veces creo que tome muy deprisa el vino, boto la botella veo un vaso de agua sin más doy la vuelta para irme pero me encuentro con Gabriel de pie, sin camisa solo con su pantalón.
¡Joder! Sí que tiene un cuerpo de Dios griego, maldita sea que le pasa y que me pasa a mí.
—Aléjate de mí, yo amo mi esposo lo que pasó fue un error — digo tratando de sonar lo más segura posible, se ríe débilmente.
—Lo siento, pero no te creo, apuesto lo que sea que si te tocó estas húmeda — sus palabras alteran mis nervios. Vamos Sandra no lo hagas. Con pasó segura camino para salir de la cocina he ir a mi habitación, pero Gabriel me sujeta del brazo, me para posa sus manos en mi cintura y me sube al mesón de la cocina rápidamente, abre mis piernas y se coloca en medio.
—Bájame — le pido en un susurro suplicante, no lo puedo hacer esto a Álex, él no se merece esto.
—No te escucho guapa — cierro mis ojos al sentir sus manos subir por mis piernas desnudas, debajo de mi vestido — Eso disfruta, solo disfruta — su voz me hipnotizaba, bote mi cabeza hacia tras al sentir sus dedos en mi sexo.
— ¡Ah! — gimo me recuesta en el mesón abre mis piernas, rompe mis bragas y siento su lengua jugar con mi sexo, arqueo mi espalda al sentir como chupa mi clítoris. Todo mi cuerpo es fuego, deseo es lo único que siento no pienso en nada solo en su boca que devora mi sexo —No pares — le suplico sentía como mi cuerpo llegaba al límite y me corrí en su boca, arqueando mi espalda — ¡Ah! — mi respiración agitada, mi pulso acelerado y mi sexo palpitando por más.
—Te ves tan hermosa, así sonrojada, abiertas las piernas — su voz me prendía, la forma tan directa como lo hacía me excitaba más, Alex jamás me habla así — Vamos preciosa abre más tus piernas — excitada lo hago mientras él se saca el pantalón.
—No esto no está bien — regreso en mí por unos instantes, esto no está bien intento cerrar mis piernas peo no me deja — Gabriel — susurro suplicando, pero siento como de un solo golpe me penetra — ¡Gabriel! — gritó pero de placer.
—Eso grita mi nombre — dice mientras se mueve dentro de mí, comienza a sacarme el vestido hasta dejarme totalmente desnuda. Sus labios devoran mis pezones que están duros, los muerde y gritó de placer.
Sus caderas se movían rápidamente mientras él no dejaba mis pechos, su manos también estimulaba mi clítoris, haciéndome arquear la espalda.
Todo mi cuerpo era fuego, placer a cada movimiento rítmico que realizaba dentro de mí, más me excitaba, más fuerte gritaba.— ¡Ah! — gritó cuando me vengo al igual que Gabriel que se corre dentro de mí. Muerde mi hombro mientras se viene dentro de mí y yo aruño su espalda.
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Una noche de traición (+18)
Short StoryHistoria corta erotica. Ella tenía al marido perfecto, trabajador, responsable, cariñoso y leal. Cero pasión e intensidad. El problema ella quería más, más pasión y más placer. Un hombre, una amistad, una noche, alcohol, casa sola y un deseo inco...