Capítulo veinte

159 9 0
                                    

Solté el botón de sus jeans y metí mis manos dentro de estos, tocando su trasero y siguiendo con sus muslos y pantorrillas mientras los bajaba. Ella suspiró y salió de ellos, pateándolos lejos. Siguieron las botas, por lo que me acuchillé frente a ella y ella se agarró de mis hombros, alzando dócilmente uno de sus pies y luego el otro hasta sacarlas.

Finalmente vestida únicamente en ropa interior, me tomé unos cuantos minutos para admirarla. Al terminar quité esta de su cuerpo y la llevé a la bañera, tomando su mano mientras metía cada centímetro de su gloriosa piel bajo el agua.- ¿Está bien?

-Está riquísima. -Ella se hundió más en el agua mientras yo mantenía su cabello fuera de esta. Cuando recostó su nuca contra el borde, alcancé uno de los jabones perfumados y me dediqué a bañarla.

Enjaboné mis manos y toqué su cuello, masajeándolo suavemente y trazando cada una de sus venas que podían verse por la transparencia de su piel. Después me deslicé a sus pechos y mentiría si no dijera que les di una atención especial, probando su peso con mis manos y apretándolos, acariciando sus pezones endurecidos y pellizcándolos entre mis dedos.

Escuché sus gemidos salir de sus labios entre abiertos. Sus ojos estaban cerrados y su cuerpo relajado. A pesar de que no podía ver nada de él a través de las burbujas, habría apostado a que si deslizara mi mano entre sus piernas, éstas estarían ya abiertas.

Suavemente me deslicé por su estómago, trazando cada una de sus costillas y amando a su ombligo. Ella se rió y estremeció a partes iguales, trayendo otra sonrisa a mis labios. Sonriendo besé su cabeza y me acerqué más por detrás de ella, de modo que ahora su cabeza pudiera reposarse contra mi pecho y no contra el borde duro de la bañera.

Me dejé guiar por su mano que tomó la mía bajo el agua, llevándome a uno de sus muslos, deslizando mi mano arriba y debajo de este antes de llevarlo hacia la parte interna. Allí mi propia mano acarició suavemente la tierna carne, volviendo de nuevo a las rodillas y de nuevo hasta estar a menos de cinco centímetros de su núcleo.

Ella gimió fuertemente y metió sus uñas en mi brazo mientras intentaba llevarme a su clítoris, sonreí contra su cuello húmedo mientras lo evadía, pellizcando esa piel suave donde se une el muslo con el trasero. Ella jadeó fuertemente y gruñó, tomando mi muñeca con más fuerza.

Me reí suavemente entre dientes y dejé que me llevara contra su entrada, donde permití a mis dedos explotar, deslizarse contra sus labios y subir para acariciar ese pequeño nudo de nervios.

Ella se sacudió, retorciendo sus piernas bajo el agua y apretando la bañera con sus manos que de pronto habían salido para intentar agarrarse a algo. Repartí pequeños besos en su cuello y detrás de su oreja mientras la tocaba, sintiéndola temblar contra mi pecho y mis brazos.

Segundos antes de que se viniera, me detuve, dejando escapar una risa cuando ella se quejó fuertemente-No niña, quiero que te vengas en mi boca la primera vez, la segunda será alrededor de mi miembro.

Le ayudé a levantarse y me ocupé de soportar la mayoría de su peso porque sus piernas estaban temblorosas. Como un bebé, me encargué de secarla por mí mismo, besando cada centímetro nuevo que dejaba en mi camino. Entonces junto a la toalla, la alcé en mis brazos y la llevé a la cama, depositándola encima de los chocolates.

Ella me miró, estaba jadeante y fuertemente sonrojada. Lentamente me alejé de la cama y comencé a desnudarme, me deshice de mi camisa y de mis pantalones, quedándome delante de ella en unos bóxers blancos. Ella sacó su lengua y lamió sus labios mientras repasaba con su vista mi cuerpo, quedándose en cada uno de mis tatuajes.

-¿Me quieres niña?- Ella asintió con su cabeza suavemente y me indicó que me acercara a ella. Obediente arrastré mi cuerpo sobre la cama hasta quedar encima del suyo-¿Eres virgen?

The girl of my eyes - Holding you tight 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora