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Capítulo 8: "¿Serías mi Alpha?"

Pov. Yoongi:

Intenté seguir gritándole a Hoseok para que me explicase, pero fue en vano, ya que me ignoraba. Me rendí y me enfoqué en intentar volver a casa. Saqué mi celular para fijarme la hora, pero este estaba apagado.

Sin batería, genial.

Tuve que preguntar por varias personas hasta llegar al hotel, ya que me había perdido entre tantas calles.

Cuando al fin llegué al hotel, ya era seguramente más de media noche, esperaba que todos estuviesen dormidos. Me sorprendió encontrarme a Jimin durmiendo en el sofá, temblando de frío. Mi primera impresión fue correr a abrazarlo luego de cerrar la puerta.

- Jimin... cariño... ¿Estás bien? Cariño... -Empecé a murmurarle a su oído.

Pasé mis labios por su mordida, para intentar despertarlo.

- Jimin, bebé... -Al ver que no despertaba ni se inmutaba, me dispuse a levantarme y dirigirme a la habitación con Jimin en brazos.

Luego de tomar todas las frazadas que encontré en la habitación (Eran unas tres) y colocarlas sobre Jimin. Me recosté a su lado, entrando en la cama también con él. Le dejé un leve beso en los labios.

- Te amo... -Dije.

- Yo...también Yoongi... -Dijo medio dormido.

Luego de decir eso, caí en los brazos de Morfeo, durmiendo con Jimin entre mis brazos.

Pov. Hoseok:

Seguía caminando con Yoongi gritándome por detrás, pero esos gritos no duraron tanto, ya que se detuvo momentos después.

Al fin paró de gritar ese idiota.

Llegué a una farmacia y pedí medicamentos para la fiebre, me los dieron, los pagué y salí rápidamente de aquel lugar.

Espero que Kai esté bien.

Fui corriendo, creía que Yoongi estaría esperándome fuera para hacerme el típico interrogatorio de madre preocupada, pero no estaba, para mi suerte. Entré rápidamente a la casa de Kai, fui a su habitación y lo vi despierto.

- ¿Kai? ¿Qué haces despierto? Sigue durmiendo...ten, te compré medicina ya que tienes fiebre -Dije acariciándole el rostro.

El asintió, tomó su medicina y se recostó en la cama.

Se ve realmente hermoso...

Pov. Kai:

Me desperté en el momento justo para escuchar la puerta principal abrirse.

Debe ser Hoseok.

Traté de sentarme en la cama, pero la cabeza me dolía demasiado. Mis oídos zumbaban y mi frente ardía. Fuertes martilleos golpeaban mi cabeza. Hoseok llegó a la habitación y se percató de que estaba despierto.

- ¿Kai? ¿Qué haces despierto? Sigue durmiendo... -Me dijo sentándose en la cama, a un lado mío- Ten, te compré medicina, tanto llorar te provocó fiebre.

Me acercó el frasco con el jarabe y luego acarició mi rostro. Su suave mano me hizo sentir mejor. Medí la cantidad justa, y tomé el medicamento.

Sabe horrible...

Cerré mis ojos y sacudí la cabeza lado a lado. Hice una mueca de asco y le devolví el frasco a Hoseok. Este se rio y lo depositó en la mesita de luz, para acto seguido recostarse en la cama.