La Amiga De Yaya //Jos Canela//

Cap 14- Hablemos...

Necesito hablar con ella.

~Si hablas con ella se va a molestar~

Pero aún así necesito saberlo.

~Que te lo diga ella~

Ni si quiera se de quién soy novio.

~Ahí si ya no te puedo ayudar~

Recojo todo y me aseguro de no habrir ninguna otra carta.
Voy por un banco mucho más grande con el cual alcanzó suficientemente como para arreglar todo.
Y entonces, me llama la atención una caja rosa, decorada con listones azules y moños rojos, la acerco y la bajo colocando la caja sobre la cama de Amanda.

*Suena el celular*

//Llamada Entrante//
(Bonita ♥)

-¿Jos?

-Hola- respondo confundido ¿Con quién estoy hablando?

-Perdón por lo de mi padre.

-¿Ah?

-Te cerró la puerta de mi casa ¿Estas bien?- me pregunta.

-¿Yo?¿Quién eres?

-¿Qué?- pregunta demasiado confundida.

-Nada...

-Jos...?- se queda un momento callada- ¡¿Habriste las cajas?!

-¡Amanda!- en el momento en el que me grita reacciono, demonios la cagué no llevamos ni UN día juntos y ya la cagué.

-¡José responde!- dice enojada, lo supuse ahora me odia.

-Si...- antes de que diga algo la interrumpo- pero te juro que casi no leí nada.

-¿Pero si leíste? Te dije "No habrás ninguna caja" ¡Te lo dije!

-Perdón, perdón, bonita por favor perdoname.

*Cuelga*

Me colgó ¡Genial! ¡Me colgó! Tengo que hablar con ella.
Me dejo  caer sobre su cama para pensar en todas las cosas que pueden pasar ahora. Si tan solo no hubiera levantado la bendita caja...
Tengo que ir a su casa a hablar con ella, necesito aclarar que fue un accidente y que, bueno, si las quería leer pero... No quería que se enojara conmigo.
Me paro y me dirijo hacia la sala prendo la luz y agarro mi chamarra en la cual busco mis llaves, me lleva un rato encontrarlas pero ya las tengo, agarro ambas cosas, me dirijo hacia la puerta y antes de agarrar la perilla alguien habre la puerta.
La veo, su cara ¿Lloró? Me ve y me abraza inmediatamente, yo también la abrazo y sin dejar de abrazarla nos metemos al departamento, cierro la puerta con mi pie y alzo su cabeza para verla, tiene los ojos cerrados.

-Vamos, habre los ojos- le digo.

-Están rojos-me dice.

-No importa, mírame...- digo y habre los ojos- Mejor.

-Jos... Lo siento- me mira y yo la miro extrañado.

-¿Por qué? Tu perdoname a mí no debí haber habierto esa caja.

-¿Qué viste? ¿Qué leíste?- pregunta llendo a su habitación.