Sus suaves y cálidos labios se amoldaban tan perfectamente a los míos que por un instante todo mi mundo se centró en ese pequeño vestidor, mi hermoso y caótico mundo, con cabellos dorados y hermosos ojos esmeralda...
— Adrien... Espera...
Susurré tan pronto pude articular palabra, sin embargo, la forma en como continuaba besándome mientras me aferraba a su cuerpo me tomó completamente desprevenida, el atuendo que tenía para él yacía en el suelo, apoyé mis manos sobre la piel de su pecho... Casi sentía como quemaba ante mi tacto, era tan suave y el sentir el palpitar de su acelerado corazón bajo mis palmas sólo me hacía derretirme aún más ante él, intentaba no dejarme llevar por el calor y la suavidad de sus besos, sin embargo, no hubo nada que yo pudiera hacer en cuanto comencé a corresponder a estos.
Lo siento orgullo, pero mi corazón necesita un poco de vida...
Lentamente deslicé mis manos hacia sus hombros los cuales apreté en cuanto sentí como su lengua se abría paso entre mis labios para finalmente adentrarse en mi boca en busca de la mía, ladee un poco el rostro y una vez que nuestras lenguas se encontraron, comenzaron un lento y delicioso juego de caricias entre ellas.
Llevaba tanto tiempo sin sentir algo como aquello... Cada terminación de mi cuerpo despertó ante aquel húmedo y candente beso, necesitaba de Adrien, de sus besos, de sus caricias, de su aroma, de sus bromas, su encanto, su intensidad, no había nadie en el mundo que me hiciera sentir como él, absolutamente nadie.
Pero estás saliendo con Nathaniel.
Oh, mierda...
Rápidamente apoyé las manos en su torso y lo aparté con un fuerte empujón, él me miró con evidente confusión y sorpresa a la vez, yo no dije nada, las personas paseaban de un lugar a otro fuera del cubículo, si salía en ese momento se darían cuenta de que estaba con Adrien encerrada y podrían malinterpretarlo.
— Y-yo... Estoy saliendo con alguien.
Susurré tan bajo como pude, Adrien abrió los ojos mientras levantaba ambas cejas, no dijo nada, no hizo nada, se quedó observándome por un buen rato mientras ambos respirabamos con dificultad.
— ¿Saliendo? — Cuestionó finalmente mientras llevaba ambas manos hacia la puerta a mis espaldas y de esta forma me acorralaba con su cuerpo.
Su perfecto y varonil cuerpo...
Bueno, después de encontrarme con Nathaniel una tarde cerca de un restaurante éste me había invitado a comer, yo, en medio de la molestia y frustración por la repentina actitud evasiva de Adrien había aceptado y de allí, una salida al cine y otra al antro junto a Alya y Nino habían sido nuestras "salidas"
Asentí a la vez que desviaba la mirada, él se inclinó un poco más hacia adelante para apoyar sus labios en mi frente, la besó y se quedó quieto, mientras mantenía sus labios apegados a ésta.
— ¿Puedo saber con quién?
Solté un profundo suspiro.
— Nathaniel.
Percibí como los músculos de Adrien se tensaron mientras se mantenía sereno, yo me limité a bajar el rostro y juntando toda la fuerza de voluntad que me fue posible, lo aparté de mi para tentar con mi mano la puerta a mis espaldas, en cuanto localicé el seguro lo quité para rápidamente abrir la puerta y salir de la forma más apresurada intentando que nadie notara que él estaba allí.
— Lo siento... — Susurré una vez fuera del cubículo y apoyé mi frente contra la puerta de éste.
¿Que ah pasado?...
• • •
Mis manos temblorosas intentaban coser la bastilla del pantalón que Adrien llevaba puesto, un incómodo silencio nos envolvía, no me atrevía a levantar la mirada hacia él, quien estaba de pie frente a mi, sobre un banquillo.
— Entonces... ¿Nathaniel?
Oh, mierda... Ya te habías tardado Agreste.
— ¿Que pasa con él?
— Aún juega con barbies — Soltó Adrien de golpe, yo levanté la mirada frunciendo el ceño ante él.
— Como si tu no lo hicieras.
— ¿Disculpa? Yo juego con Max Steel.
No pude evitar soltar una risa ante sus tonterías.
Y luego soy yo quien se porta como niña ¿No?
— Creo que ya está listo — Dije mientras cortaba el hilo sobrante con mis tijeras, me puse de pie y retrocedí un par de pasos para observar al seductor hombre frente a mi. Ese traje estaba literalmente hecho a su medida, no era como si todo en mi colección hubiera sido inspirado en él, comenzando por el nombre "Corazón esmeralda" Los colores que predominaban en cada uno de mis diseños eran los colores favoritos de Adrien, Negro, gris y verde.
Carajo... ¡Deja de desnudarlo con la mirada!
— Entonces... ¿Me sienta bien?
— Perfecto...
Noté como torció los labios en una traviesa y burlona sonrisa.
— Quiero decir... Te ves bien — Me encogí de hombros simulando desinterés, rapidamente me giré y tomé mi cajita de costura para dejarla en una mesa a mis espaldas, escuché como Adrien bajó del banquillo de un salto y sus pasos resonaron por la estancia mientras se acercaba a mi.
— ¿Te gusta?
Me paralicé al sentirlo tan cerca de mi... Nuestros cuerpos no se tocaban, sin embargo podía sentir como el calor de su cuerpo me acariciaba la piel desnuda de mi espalda (Por el vestido de pronunciado escote trasero que había elegido para ese día)
— ¿Que cosa? — Pregunté en voz baja.
— El Ronald Mc Donald's ese...
Dios, no queria reírme, ¡No en un momento así! Apreté los labios con fuerza mientras intentaba controlar mi respiración.
— Es amable.
— Eso no fue lo que te pregunté — Masculló.
— Bien, es guapo.
Sentí como se acercó un poco más y apoyó una de sus manos contra la parte baja de mi espalda, me estremecí por completo ante su tacto y me quedé completamente quieta, apretando mis manos contra la mesa frente a mí.
— ¿Más que yo?... — Susurró cerca de mi oído, yo solté el aire de mis pulmones lentamente intentando no girarme hacia él y agarrarlo a besos.
— ¿Porqué tanto interés en eso? — Fue lo único que se me ocurrió decir ante su pregunta.
— Vanidad, supongo.
Rodé los ojos, ese hombre era increíble.
— Pues eso no es algo que me corresponda a mi decir — Me encogí de hombros para finalmente girarme hacia él, al hacerlo, me encontré con su atractivo rostro y justo sobre sus labios, esa burlona sonrisa, otra vez.