Capitulo 17

6.8K 524 8
                                    

Él mantenía la vista fija en el camino y repentinamente estaba en silencio. ¿Se había enfadado?.
-¿Te ha ido bien ésta tarde con las fotografías?-pregunté para romper el hielo.
-Si-respondió él sin indicios de emocion. Genial, si estaba enojado.
-¿Desde cuándo te gusta la fotografía?.
-Desde pequeño.
-¿Vas a continuar con tu tono cortante o debo besarte para que estés contento?-pregunté. Juro que intentaba evitar decir eso, pero...
-¿Quién dijo que quería que me beses?-preguntó ofendido. Su patético tonito no me hizo dudar.
-Oh por favor, no finjas Christopher. No sé a qué estás jugando, pero estás volviéndome loca.
-No, tú me estás volviendo loco a mi, ¿sabes?. Dime algo, ¿no te atraigo o simplemente te haces la difícil?.
-No seas riduculo...
-Dímelo-insistió él y detuvo el auto a un costado de la calle. Volvió su mirada fija en mí y se me hizo un nudo en el estómago. ¿Un nudo o mariposas?. ¿Mariposas?, eso suena tan estúpido. Definitivamente un nudo-Te alejas de mí cada vez que estoy cerca tuyo, ¿normalmente eres tan reacia a las personas?.
-No sé con que intenciones te acercas. No te conozco, lo único que sé de ti es que estás casado. ¡No sé que diablos pretendes!.
Solté el cinturón de seguridad y me bajé del auto casi corriendo, lo que me costó un zapato. Maldito tacón, voy de aquí para allá contigo y nunca te has roto. Me lo quité y comencé a caminar descalza y sin tener la menor idea de dónde estaba.
La calle lucía tan oscura y fue allí cuando recordé que nunca le había dado la dirección de mi casa a Christopher. ¿En dónde demonios estábamos?. Él se bajó del coche con una mirada arrogante y me observó. Suspiré enfurruñada.
-¿Qué?-pregunté tajante y acusadora.
-Vuelve al auto, no sabes ni dónde estamos.
-No volveré allí. No sé si eres un psicópata o un violador. Déjame en paz.
-¿Psicópata o violador?-repitió y soltó una carcajada irónica-¡Cuando te besé no te quejaste!.
Apreté los dientes contenido una sarta de maldiciones que quería sacar a la luz y me acerqué con la cólera a flor de piel.
-¿Me preguntas por qué me alejó de ti?. Oh vamos, no seas perdedor. Lo único que quieres es que me acueste contigo. ¡Tienes esposa, idiota! ¡Ve por ella y déjame en paz!-le grité en la cara, enojada. Él arqueó una ceja.
-¿Estás enojada porque no me alejó o simplemente por qué ese beso significó algo para ti?.
De tantas preguntas que podía hacer, justo tenia que cuestionarme esa. Pero que manera de darle al clavo, Dios mío.
-Te dije que no significó nada-volvi a mentir con la frente en alto. Él frunció el ceño y negó con la cabeza.
-Si después de esto vuelves a decirme lo mismo, prometo que te dejaré en paz-dijo. Lo observé confundida e intrigada.
Cuando quise darme cuenta de lo que ocurría, él ya tenía su boca sobre la mía y me apretaba entre sus brazos. Sus cálidos, suaves y ardientes labios se movían sobre los míos, como si estuvieran desesperadamente hambrientos. Christopher me estrechó contra su cuerpo y paseó sus grandes manos por mi espalda, haciéndome jadear entre besos.
<¿Para qué negarme?, si luego de cinco segundos no lo he detenido es porque en realidad quiero esto>
Hundí mis manos en su cabello y atrajé su rostro al mío queriendo más de él. Mordí su labio inferior y él soltó un gruñido apretando sus manos en mi cadera. Esto es condenadamente embriagador.
Me detuve cuando ya no tenía aire y me quedé quieta. Puse mi cabeza sobre su pecho y tenía la respiración jadeante e increíblemente acelerada. Él acarició mi cabello haciéndome volver la vista a sus ojos.
-¿Qué sigue ahora?-pregunté en voz baja y muerta de frío.
-No lo sé.
Me aparté un poco, sintiendo las piernas entumecidas del frío. Caminé hasta la puerta del copiloto y entré al coche, disfrutando de la calidez de su interior. Christopher me observó desde afuera y sonrió de lado. De nuevo.
<Vélez, has eso sólo una vez más>
Él me guiñó un ojo y supe que realmente estábamos jugando con fuego y aquí comenzaba nuestra partida.

Mi Stripper Personal &gt;Christohper Vélez y Tú&lt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora