[D I E C I S I E T E]

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—Calmate por favor.—pidió el pelinegro con calma.

El rubio le miro desafiante y siguió dando vueltas a su habitación.

—¡No me calmes¡.— exigió.

Ambos se encontraban en la mansión de Gold. En su cuarto mas específicamente. La "pareja" discutía por la llamada de Navidad.

—A ver.— dijo el rubio llevando sus manos a la cabeza — ¿Para que demonios te quería?

—Ya te lo eh dicho es solo una amiga. —explicó nervioso —Nada importante.

El rubio echaba humo por las orejas.

—¿A si?— contesto molesto — .Pues quiero que le dejes de hablar.

El lado posesivo del mayor se daba a notar. Fred lo miro con miedo y negó dando unos cuantos pasos hacia atrás.

—No. No voy a dejar a mis amigos solo por ti. Tu y yo no somos nada.

Afirmo sin titubear aun que el valor amenazaba con irse, comenzó a flaquear.

—¿Como que no somos nada?. ¿Y los besos? ¿Y las sonrisas?.—se acerco peligrosamente al mas bajo y lo tomo por los hombros —¿Que? ¿Me vas a decir que solo fue un rato para ti?

—Claro que no. ¡Yo te quiero!— grito—. Solo que nunca me lo pediste. —bajo la mirada.

El mayor le soltó de golpe arrojándolo contra la cama.

—No me digas que eres fan de esas idioteces.— agregó — Tu,— lo señalo — eres mio y ya. Así de simple.

El azabache le observo con miedo una ves mas. Se levanto de la cama y se acerco al mayor.

—No hables de mi como si fuese un objeto. —le pidió — Acepte las citas por que quería conocerte. Por que me gustas. Por que quería...,quiero intentarlo.

El rubio lo vio sin expresión y se mordió la punta de la lengua.

—¿Te acostaste con ella?

—¿Que?.

—Lo que oíste. Dime la verdad.

Fred negó ¿Como se atrevía?. No respondió y se alejo.

—Eres un idiota.

Se acerco a la cama para tomar su celular.

—!Dime si lo hiciste¡— le grito nuevamente mientras se acercaba a el.

—Ya te eh dicho la verdad. No tengo nada más para ti.—Sentencio caminando a la puerta y después la abrió —Si quieres hablar después me llamas.

Antes de que Fred pudiera cruzar la puerta el otro la cerro de golpe y lo volteo tomándolo bruscamente por los hombros.

—!Tu no te vas hasta arreglar esto¡.

—!No hay nada que arreglar¡— le grito — Tu y yo no tenemos nada de que hablar.

Gold se harto de las groserías de Fred.

La mano del rubio impacto contra la blanca mejilla de Fred. Fred término en el suelo cubriendo la zona golpeada.

—¿Pero que?— dijo entre sollozos.

El rubio reacciono.

—¡Lo siento!— se disculpo y se hincó al lado del menor.—Perdón, perdón.

Repitió la misma palabra unas veinte veces.

«Perdón».

—No. No fue mi intención. Mi mano se movio sola. No supe que hacer. — le dijo con nervios. —Perdoname por favor.— lo abrazo.

El chico seguía en shock.

—Esta bien. Te, te perdonó.

Grave error.

—Gracias,gracias cariño.

Lo aprisiono en su pecho. Y acarició su cabello.

—Te prometo que no volverá a ocurrir.

Pero que mentiroso.

El menor asintió sin saber que decir.

—Cariño.—Su voz de pomada había vuelto. —Quiero que seas mi pareja.

—Si. Esta bien.— dijo mientras se forzaba a sonreír. El rubio le sonrió y lo beso.

—Te quiero.— le susurro quedito.

—Y yo a ti.

Ambos seguían en el suelo. Abrazados.

Claro que no seria la ultima pelea, ni el ultimo golpe o la ultima mentira.

A partir de este punto no había vuelta atrás.

Ya no tenía opción ni mucho menos salvación.

1:40 a.m. y yo no podía dormir sin escribir esto.

En fin. Saben que se viene lo mejor y lo que mas les hará daño.

Pero de esto habla el libro después de todo es "Dañino".

◻ Dañino ◻ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora