Capitulo 10

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-¿Qué haces? – Pregunté inquieta. Realmente me afectaba que su tacto chocase sin ningún tipo de impedimentos con mi piel. Me afectaba y me atemorizaba pues la sensación que estaba experimentando ahora mismo, era la de unos días atrás, la sensación que sentía desde que conocí a aquel chico. Esa extraña sensación que se apoderaba de mi sueño, de mí. De todo.

-Ábreme, necesito irme. Por favor. – El me suplicaba.

Sus ojos estaban casi bañados por lágrimas. Algo realmente fuerte debía de haber pasado entre él y mi hermana.

Sin embargo, yo, muy a mi pesar, con mi mano derecha, retiré su preciosa mano de mi brazo y comencé a andar hasta el porche, en el que, subiendo las escaleras, me arrepentí de lo que había hecho.

-Espera. – Le grité. Mejor dicho, le gritamos.

Giré la cabeza y mi hermana aparecía detrás de mí. Aparecía limpiándose los ojos, como si hubiera llorado.

Bajó corriendo las escaleras de aquel porche y se abalanzó sobre Niall, que el abrió sus brazos y la cogió. 

Después de eso, se dieron un apasionado beso debajo de aquel sol de casi Julio, mientras yo, simplemente, me limitaba a mirarlos, envidiándolos. Con cara de empanada. Cara de embobada. La sangre me ardía y la rabia me corría cada vez más rápido por las venas. “¿Por qué no serías tú quién estaba dándole un beso bajo ese sol?” Maldito subconsciente. Cállate.

-Creo que ya no hago falta aquí… - susurré.

-Vamos, entra… - Cameron escuchó aquello último que dije.

Le miré y al instante él me mandó una mirada cómplice. Asentí con la cabeza y nada más entrar al interior de la casa, comencé a subir las escaleras.

-¿Qué te pasa con ese chico, ____? – Cameron.

-¿Qué me va a pasar? Nada.

-¡Vamos! Sólo te faltaba llorar… Mira, yo no sé qué sentirás al ver a Nash ni qué te pasa con él, pero no olvides bajo ningún concepto que es el novio de tu hermana.

-No digas tonterías Cam, yo por ese chico solo siento respeto. Nada más.

Mentía. Claro que mentía. Mi subconsciente me estaba empezando a convencer cuando vi aquella escenita típica de las pelis que no solo sentía respeto por el que era mi profesor de matemáticas.

-Bien. – Cameron me sonrió y me sacudió mi pelo. Después desapareció.

~

Hora de salir de casa. Había quedado con Marcos. La verdad es que no tenía grandes ganas de ir a pasear a la playa, pero sabía que lo necesitaba.

En esa tarde no hice nada más que pensar en la escena de mi hermana besándose con… con él. Me daba rabia, mucha rabia. No la podía controlar. Ni tampoco podía controlar aquello que revolucionaba ese chico en mí.

Me miraba en el espejo de la entrada, ya eran las seis, ya debía de estar cerca de aquí. Junté mis labios intentando que se mezclase el gloss que me había echado, coloqué mi vestido veraniego decorado de rosas y con unas sandalias romanas y sonreí. Hora de abrir la puerta y salir.

Allí estaba. ¡Guau! Ese chico era realmente precioso. Su piel morena gracias a los rayos del sol destacaban muchísimo más esa sonrisa tan preciosa que decoraba su rostro. Dientes blancos y perfectamente alineados.

-Hola. – Sonreí.

-Preciosa. – Sonrió.

Un incómodo silencio mientras que mis mofletes se ruborizaban nos rodeaba.

El novio de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora