El niño que se ahogaba

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Cierta vez, en un río un poco profundo y turbulento, estaba un niño ahogándose y con grandes fuerzas de gritos, pedía auxilio.

En ese momento, pasó un viajero, y cuando el niño lo vio, le pidió ayuda para que lo saque de su terrible problema. Sin embargo aquel viajero solo se quedó de pie observándolo y se puso a regañarlo por ser muy imprudente y llegar a dicho estado.

El niño, haciendo un gran esfuerzo para mantenerse a flote, reunió nuevamente fuerzas, y pidió a gritos ayuda al hombre diciéndole: "¡Señor, por favor, deje de hablar, primero ayúdeme y luego me regaña todo lo que usted quiera!"

"No sirve aconsejar sin ayudar. Un buen consejo debe de ir acompañado de una mano."

Fábulas de EsopoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora