-¿Qué estamos haciendo aquí? -Pregunté a Zach.
Acabábamos de bajar del autobús, mas bien, él me hizo bajar a la mitad de la nada. Solo había bosque de un lado y bosque del otro. Estábamos frente a un sendero y los dos cargabamos con nuestras respectivas mochilas. Habíamos salido temprano de la escuela.
Me tomó de la mano.-Solo sígueme.
Me hizo cerrar la boca con un beso en el dorso de la mano.
Tiró de mí cruzando la carretera y nos adentramos a un sinuoso sendero cubierto de follaje seco producto de los pinos altos. Caminamos durante lo que me pareció media hora, nuestros pasos crujían por una que otra rama que pisábamos. Varias veces tropecé, sí, yo era torpe hasta cuando caminaba.
A lo lejos se oía el rumor suave y lento de lo que imaginé que podría ser un riachuelo con una pequeña cascada.
Más tarde confirmé mi hipótesis y nos detuvimos a hacernos unas cuantas fotos, en realidad Zach me obligó a posar sobre una piedra en medio del arroyo, fue todo un reto llegar hasta allá sin mojarme las botas. Después de que sacó la foto me percaté de que la había puesto de fondo de pantalla.-¿Me puedes explicar a dónde vamos?
-Es una sorpresa. -Me guiñó un ojo y me besó la mejilla.
Caminamos durante unos minutos más hasta que ya no hubo árboles, en vez de eso... nada, ¿acaso era por vistas como esta que en el pasado pensaban que la tierra era plana? Era un acantilado muy alto, el viento soplaba demasiado fuerte y hacia un poco más de frío, pero la hierba estaba verde y cuando me acerqué más, a lo lejos podía contemplar el mar azul, estaba tan impresionada por la maravillosa vista que me quedé con la boca abierta.
Crecían entre la hierba florecillas blancas y rosadas y púrpuras, y todas resistían el embate del viento despiadado que azotaba con fuerza frente a ellas. De lejos parecían salpicaduras de pintura en una gran mancha verde.-¿Te gusta? -Preguntó Zach.
-Me... Es hermoso... Me encanta.
Tiré mi mochila en un movimiento casi automático.
Me acerqué más y más con mucha cautela hasta que estuve a escasos metros de la orilla. Zach me detuvo tomándome por los hombros.-Hasta ahí, no avances más. -Ordenó serio sujetándome con fuerza con voz autoritaria.
Desde aquí podía escuchar el embate de las olas chocando fuertemente contra las rocas, lograba ver un poco de espuma de mar. Quise acercarme más pero Zach no lo permitió.
-¿No te dan ganas de gritar?
Asentí.
-Hazlo.
-Pareceré una loca.
-Solo estamos tú y yo, y yo sé que solo estás loca por mí.
Me reí y le dediqué una mirada insegura antes de gritar con todas mis fuerzas. Pero claro mis gritos no eran nada comprados con la majestuosidad de las olas y el viento zumbando en mis oídos.
Zach se unió a mis gritos y de un momento a otro ya éramos dos locos gritando con todas sus fuerzas. Admito que me sentí liberada, relajada y desestresada. Si hubiera sabido antes que gritando me liberaría de tanta mierda emocional... bueno, supongo que mi familia ya usaría tapones para los oídos.Zach me abrazó y me besó muy intensamente ahí en la orilla de los acantilados. Que el frío casi nos congelara lo hacía aún más fervoroso. Después comenzamos a lanzar piedras desde una distancia considerada, definitivamente no quería morir hoy y mucho menos chocando contra las monstruosas rocas grises de abajo.
Zach se sentó en la hierba mientras yo seguía admirando todo, había sacado ya de su mochila un par de sandwiches y jugos en lata. Me invitó a hacerle compañía y me tumbé de sentón en la hierba aplastado una que otra florecilla, me disculpé en silencio por que mi trasero las estuviera asfixiando.
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Paciencia
RomanceNirvana Rose tiene decenas de complejos sobre sí misma. Nirvana Rose no tiene un bonito cuerpo, ni mucho menos un novio. Nirvana Rose no tiene muchos amigos. Nirvana Rose es una chica insegura, no forma lazos afectivos con muchas personas, sino...