Aunque ciertamente, hay algunos idiotas que se van sin darme nada.

Lo que recibo es una miseria pero no puedo quejarme porque al menos me alcanza para vivír al día, y ciertamente no me molesta, me da igual, ya que soy solo yo. Es mejor que ser payasito callejero, a quien diablos haría reír con la cara de culo que me cargo, nadie, al contrario, correrían lejos de mi.

Y como era de esperarse, parece que el puto destino tuviera algo en mi contra.

Un auto blanco se detiene y un tipo pide amablemente que limpie sus vidrios, me tapo totalmente con la sudadera y la capucha enorme que tiene, además de un cubrebocas de un color distinto, uso vestimenta de hombre. ¿Por qué?, bueno, porque es cómoda, porque me gusta y porque gracias a esta ropa puedo pasar desapercibida.

Solo unos pantalones rotos que adquirí de algún lugar que nadie debe ssberlo, así que nadie siquiera le pasa por la cabeza que soy una mujer.

Al estar más cerca del auto blanco noto esa cara familiar, quien maneja es Kim SeokJin y va acompañado de sus pedazos de aborto a los que él normalmente llama amigos. Eso incluye al dienton, quien platica alegremente con él siendo su copiloto, su sonrisa abarcando casi medio rostro.

Es tan lindo.

Hago mi trabajo, no saben que soy yo y no tendrían porque saberlo. Pero me pone nerviosa que el niño no deje de mirar cada movimiento que hago, cuando lavó, cuando limpio. Al terminar me bajó y el saca su mano sonriendome, me entrega unas monedas y yo las tomo.

—Gracias señor limpiaparabrisas.

Deja las monedas en la palma de mi mano, su mano toca la mía y eso causa sensaciónes en mi cuerpo, algo nuevo que no se que significa. Él también parece sentir las mismas sensaciones, se da cuenta de ello, porque me observa como queriendo ver más allá de mi o tal vez, esta sospechando quien soy.

Pero, simplemente me doy media vuelta y me voy, me alejo para ir a la otra calle cuando el semaforo marca rojo otra vez y a ellos les marca verde. Entonces se marchan, pero a pesar de ello sentí como el niño seguía mirando a mi dirección.

Debo olvidarme de eso y seguir trabajando.

El miércoles, es el día que tendré que reunirme con el chico para enseñarle métodos para que no repruebe su estupida materia. Aunque si eso pasa no me afectaría en nada de a mi.

Y lo que pasa ahora es que se perfectamente que no podré hacer eso. No puedo dejarlo plantado o que repruebe, no cuando se bien que pude ayudarlo.

No se que diablos me pasa con él. Me odio.

Cambio mi ropa de trabajo a algo más decente, bueno lo que normalmente yo uso como algo decente, camino hasta el parque puntual y lo veo que ya está ahí. Y sonríe cuando me ve e inmediatamente se acerca a mi.

Me gusta la gente puntual, aunque no he tenido a nadie que llegue tarde o temprano, bien definitivamente no hay nadie, fin.

—Estoy listo noona.

Estas preparado porque listo no creo.

—Bien al grano.

Respuestas claras y cortas, con eso es suficiente.

Lo bueno de este pequeño y no tan visitable lugar es que hay bastantes árboles que cubren las bancas de alrededor. Nos sentamos en uno lejano de la civilización, que tampoco es que haya mucha.

Lo veo sacar su libro, libreta, lápiz, colores, todo en orden. Que más va a sacar de esa cosa tan pequeña que llama mochila.

—Bien noona, comencemos.

OK, me parece genial.

—Bien.

[.  .  .]

—Entonces te darás cuenta que al sumar las moléculas en cada sustancia ambas deben darte en mismo resultado.

Entiendelo.

—¿Sino me sale noona?

Te metes un tiro en la cabeza por tonto.

—Le agregas más sustancias hasta que ambas tengan lo mismo.

Asiente.

Dejo que resuelva las demás sumas químicas. Lo observó concentrado, como es que se ve tan jodidamente hermoso con solo mirar una libreta.

Estoy enloqueciendo, basta ya.

Su lápiz se mueve de arriba a abajo mientras el carbón de la punta hace fricción con la hoja.

Hace borrones y luego nuevamente escribe.

—Mmmmm... Listo noona, creo que entendí.

Me enseña su cuaderno, veo cada una de las operaciones que hizo, todo tan limpio, tiene una perfecta caligrafía, bien hecha y luego lo resultados son simples y perfectos como él. Basta.

Basta Mate, estas pensando estupideces.

—Bien con esto es más seguro que pasas el examen.

Es inteligente el chico.

—Y todo gracias a noona.

Lo sé, lo sé.

—Bien, me voy, adiós.

No tengo que hacer más aquí.

Automáticamente se pone de pie cuando yo lo hago, guarda todas sus cosas en aquella pequeña mochila roja que cuelga rápido de su brazo.

No me ve mientras cierra su mochila por completo.

—Es tarde noona, debo acom...¡¡NOONA!!

Pero ya camine lejos. Ni tanto.

No tarda mucho en llegar a mi lado.

—Tienes razón —le digo —, es tarde así que, ve a casa niño.

Habló sin siquiera verlo con las manos dentro de mí sudadera.

—Mamá dice que un caballero debe llevar a casa a una chica cuando la noche cae.

Y tu señora madre tiene razón, solo que no soy cualquier chica, soy Seo Mate. No va a pasarme nada.

—Genial, pero, eso no va conmigo, ve a casa.

—Noona, por favor....

Súplica que acepte, pero es tan obvio que no pasará, no quiero que sepa done vivo ni hoy ni nunca. No me gusta estar rodeada todo el tiempo, es asfixiante.

–No soy simplemente una chica.

Que quede claro.

–Y eso lo se noona, pero...

Nada.

–Ve a casa antes de que comiences a fastidiarme.

Sigo caminando y me doy cuenta que el ya no, se fue. No, solo detuvo sus pasos y no mueve ningún musculo hasta que volteo a verlo.

Esta cabizbajo. Mierda.

–Lo siento noona, solo quiero que este bien.

Palabras que apenas logre escuchar perfectamente. Su tono es triste y me jode que teniendo la oportunidad de largarme no lo haga, y en su lugar quiero que no esté así.

–Lo siento chico, pero es verdad eso de que quiero ir sola a casa.

Lo veo bien cuando sus labios se expanden nuevamente mostrando esa jodidamente hermosa sonrisa, asiente y se acerca a mi de nuevo.

–Bien noona, pero hablemos de nuestra próxima cita ideal.

Genial.

. . .

Gracias por leer. Denle amor a mis historia, se los agradezco.

#SanMinnie

Hate.  ~Jungkook- BTS ~ [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora