Un nuevo amanecer

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-"¿Qué haces aquí?"-, escucho la voz de una niña, la cual por su tono de voz se escuchaba un tanto preocupada. –"¿Estás bien?"-, me volvió a preguntar... Yo por otro lado seguía llorando, al ser una noble no podía dejar que alguien me viera llorar.

-"Déjame sola"-, dije entre sollozos. Podía sentir la nieve que caía como una pequeña brizna.

-"Ven... Juguemos"-, levanto mi cabeza y la miro. Era de mi misma estatura, su cabello largo y sedoso de un tono oscuro, mientras que sus ojos eran de color violeta.

Su mano estaba extendida esperando a que yo la recibiera, cuando estaba a punto de sostener su mano me despierto. Me siento en la cama y suelto un suspiro.

-"¿Quién es esa niña?"-, digo en voz baja.

Ese día solo recuerdo escapar de casa fue hace seis años pero no recuerdo conocer a ninguna chica. Me levanto y abro las persianas de mi habitación y siento como la luz del sol me enceguece durante unos segundos.

Desde mi cuarto lograba ver gran parte del pueblo, lograba ver a los plebeyos que con ansias de un nuevo amanecer iban a trabajar para ganarse el pan de cada día. Por alguna razón siempre me siento inferior a ellos aunque debería ser al revés.

-"Debería dejar de pensar en ello"-, suspiro y me dirijo a la ducha. Después de un refrescante baño regreso a mi habitación... Es raro que no tenga criadas siendo una noble... Bueno la familia si tiene pero ninguna esta a mi cuidado.

Me termino de vestir y bajo hasta el campo trasero, el cual no tenía ninguna flor. En el camino tengo que pasar por la sala de estar y allí estaba mi hermana menor junto con mis padres. Se veían elegantes tomando té.

-"Apresúrate. Te están esperando"-, dice mi padre.

-"Ya lo sé... Padre"-, acelero mis pasos y voy al campo ese donde tenía que ir todos los días.

-"Llegas tarde como siempre"-, mi maestro era el hijo mayor de la mano derecha de mí padre, el cual era el general de guerra más importante del reino.

-"Lo siento... Leo"-, él me mira y se acerca a mí.

-"No soy tu amigo, no me llames por mi nombre... Soy tu maestro porque me toca así que coge la maldita espada para poderme ir a casa"-, odio su actitud tan agresiva conmigo, no entiendo su desprecio hacia mí. Nunca le he hecho nada.

Tomo la espada de madera que estaba en el suelo, no sabía si esta vez me atacaría a matar como siempre... Yo creo que soy su saco anti-estrés. Se abalanza contra mí con su espada de madera y bloqueo el primer ataque pero luego con un movimiento rápido me da con todas sus fuerzas en mi pierna izquierda.

Intento resistir como puedo de pie... Mi pierna esta temblando, lo miro con una expresión de dolor y enojada. Doy varios pasos hacia atrás como puedo para mantener la distancia, le sonrió y al parecer eso le molesta.

-"Te lo he dicho muchas veces, mira bien los movimientos de tu enemigo"-, se vuelve a abalanzar sobre mí y bloqueo tres golpes seguidos, él no me dejaba contra atacar siempre es defensa.

De un movimiento muy brusco me desarma para luego patearme y hacerme caer.

-"¿¡Qué demonios te pasa!?"-, cuando iba a levantarme, él coloca su pie en mi pecho evitando que me parara del suelo.

-"No se para que se esfuerzan en alguien como tu..."-, comienza a presionarme más el pecho... Mi arma estaba realmente lejos de mí alcance, así que intento enterrarle mis uñas para que me soltará pero no son muy largas.

Al final eleva su pie y comienzo a toser inmediatamente. Puedo sentir su mirada de desprecio, después de unos instantes escucho como escupe al suelo.

-"La lección de hoy se acabo"-, me levanto como puedo y veo como se retira lentamente.

Me sacudo un poco el polvo y la suciedad, al intentar dar un paso mi pierna me comienza a doler de nuevo... sonrío e ignoro el dolor. Subo de nuevo a mi habitación y en la sala de estar no habia nadie.

-"Esto será un moretón..."-, miro mi pierna y me pongo una venda para cubrirlo. –"Mucho mejor... Supongo"-, me levanto y me coloco una ropa vieja que tenia... Tenía buena vestimenta pero prefería usar esta para poder ir al pueblo sin que me reconocieran.

Me coloco la capucha y me marcho, en la entrada estaban los guardias los cuales me ignoraron como siempre... Después de salir de la zona "noble" llegue al pueblo, podia escuchar a los mercaderes hablar y gritar sobre sus productos.

Gente pasando por todos lados, era maravilloso... suelto un suspiro y veo una niña intentando robar una manzana. Tomo su mano cuando estaba a punto de cometer el acto y ella comienza a temblar. Estaba totalmente asustada.

-"Señor, me da esa manzana por favor"-, le digo al mercader.

-"Claro son 2 monedas bronce"-, busco en mi bolsillo y le doy una moneda de plata. Él me intenta devolver las 98 monedas de cobre y yo niego con la cabeza.

-"Muchas gracias señorita, es usted muy amable"-, le devuelvo el agradecimiento con una sonrisa y le doy la manzana a la niña.

-"Aquí tienes, pequeña"-, ella me mira y sonríe para luego irse hacia un callejón.

-"¡Lárgate de aquí!"-, escucho la voz de hombre y al girarme veo como una chica que tiene algunas cuantas vendas sucias sale de una pequeña tienda, para luego caer al suelo por culpa del empujón del dueño del establecimiento. Todo el mundo ignora eso y sigue con lo suyo.

Me acerco a la chica lentamente, ella aún seguía en el suelo y veía como recogía algunos pequeños panes.

-"Oye... tú"-, antes de poder tocarle el hombro ella se levanta inmediatamente y sale corriendo.

-"¿Qué ha sido eso?"-, me pregunto a mí misma.

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⏰ Last updated: Jan 12, 2018 ⏰

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Flor de inviernoWhere stories live. Discover now