20€ en mi bolsillo, frío, sol cálido en mi cara

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Ahí estaba otra vez,

amada intemperie,

esta vez con los cojones llenos, 

y los bolsillos vacíos,

más vacíos que aquella vez cuando...

joder que dura la vida a veces, 

y que emocionante es la dureza,

mi bosque espeso y oscuro estaba ahí,

desde luego iba a pasar mucho frío sin ese culo hermoso y cálido,

pero así era el amor,

si el amor no era lo suficientemente comprensivo,

la libertad acababa,

tarde o temprano,

reclamando su parte.

No puedes comprarla,

mi libertad se paga con sangre e intensidad,

sueños,

quizás con una parte de tu alma.

Y ni siquiera eso es suficiente, 

para lo que ahora tengo,

veinte euros en mi bolsillo, 

frío,

y el sol cálido en mi cara.

Cartas desde el InframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora