CAPÍTULO 28 | Despiadado

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Narración: Jungkook.

—Siempre es un placer hacer negocios contigo —Él me dio la pequeña caja con el dispositivo nuevo y aprovechó para darme la mano, algo que no me gusta, pero no me podía quejar después de su favor.

—Por supuesto —Mis dos ojos se encontraron con los suyos. Salí de su oficina y luego del edificio, ignorando la hierba que fumaba el hombre y las chicas vestidas como putas enviándome guiños descarados. Me di cuenta de que no había fumado hierba en mucho tiempo, pero yo no siento la necesidad de hacerlo. ¿Tal vez sea porque la última vez que lo hiciste April huyó asustada? Ugh, ¿puedes callarte ya?

Cuando llegué a casa, me di una ducha muy necesaria y me cambié el vendaje en la frente para que no se infecte. April había hecho un buen trabajo curando, aunque era obvio que le era difícil lidiar con la sangre.

Me vestí con una remera de manga corta negra y unos jeans también negros.

No tomé el coche porque la escuela de Jennie estaba a solo unas cuadras de distancia de nuestra casa. En el camino encendí un cigarrillo y dejé que la nicotina hiciera su efecto calmante sobre mí. Pero no podía dejar de pensar en April. ¿Por qué no puedo parar de pensar en ella?, joder. Esto nunca me ha sucedido, pero de nuevo, nunca he conocido a nadie como ella antes.

Ella es... diferente.

Terminé el cigarrillo y tiré la colilla al suelo, ya viendo las hordas de adolescentes en la entrada de la escuela secundaria pública a la que asistía Jennie. La mayoría de ellos eran de color, y una minoría eran asiáticos, así que fue fácil encontrar a una chica de piel pálida y complexión delgada, también conocida como mi hermana. Cuando la vi, estaba agarrada de la mano de Soobin, del que se pasa todo el día hablando. Me acerqué a ellos antes de que él tuviera tiempo de empezar a chupar la cara de mi hermana pequeña.

—Hey, Jennie —Sonreí dulcemente a ella, empujándola lejos de Soobin.

Ella me envió una mirada llena de ira.

—¿Qué estás haciendo aquí, Jungkook? —Me preguntó con los dientes apretados.

—Yo solo pensé en venir y recoger a mi hermanita, ¿No estás contenta de que haya venido? —Le contesté con voz sarcásticamente dulce.

—No tienes ni idea —Jennie dijo en el mismo tono que había utilizado yo.

—Tú debes ser Soobin, ¿eh? —Le estiré la mano al chico que nos miraba con cara de "wtf". Finalmente, tomó mi mano y respondió.

—Sí, ese soy yo —Dijo con frialdad. Me aseguré de apretar bien su mano y me incliné más cerca de su oído.

—Asegúrate de tratar bien a mi hermanita o empieza a despedirte de tu polla —Amenacé.

Cuando nos fuimos, Jennie me enviaba dagas con la mirada.

—Eres tan vergonzoso, Jungkook. Si Soobin deja de hablarme por culpa tuya, te juro que... —Se interrumpió airadamente mientras caminábamos a la casa.

—Solo le estaba advirtiendo. Eres joven y no sabes cómo son los hombres, pero yo sí y yo no quiero que te hagan daño —Suspiré con fuerza. No sé cómo lo hago, pero siempre termino haciendo que se moleste conmigo, incluso cuando estoy cuidando de ella.

—Soobin no es como el resto. Él es un buen tipo —Su voz se volvió de repente de ensueño mientras sus ojos se iluminaron.

Puse los míos en burla.

—Sí, claro. Por cierto, tengo algo para ti —Anuncié.

Ella arqueó una ceja.

—¿En serio? —Una mini sonrisa apareció en su cara.

Los chicos malos también se enamoran; 𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora