No lo puedo creer, no puedo creer su estúpido comentario, hace dos días me aleje de mis amigas, de quienes eran mi familia, y me viene con esas putas preguntas, y esas conclusiones de que mi hogar era un lugar de mierda, pues no, éramos amigas, nos queríamos, nos cuidábamos entre nosotras, mientras una lloraba la otra le tendía pañuelos y cuando una se iba, estábamos todas tristes por días, incluso meses. Y que mal educada he sido, me tendría que haber quedado en la mesa, por respeto a Marie y Williams, que me han tratado con cariño, desde que iban a visitarme al orfanato, pero que puedo esperar de un niño rico, por más que sus padres lo eduquen con humildad, ellos nacen así, siendo unos idiotas, pero creen que están siendo amables y no, no es así. Tendré que ir a pedirle una disculpa a Marie y Williams.
No paraba de llorar, decidí ir al baño a lavarme la cara, e irme a dormir. Tuve suerte de que Marie o Williams no vinieron a preguntarme por mí, supongo que entendieron que necesitaba estar sola, no sentí un ruido, la casa es muy silenciosa. Me puse el pijama que primero encontré y me metí en la cama. Mañana seria otro día.
Me desperté creyendo que ya era sábado por la mañana, pero no, eran las 3.30 de la madrugada, y tenía mucha sed, estuve a punto de tomar agua del grifo, pero decidí ir a la cocina a tomar algo.
Intente hacer el menos ruido posible en el camino a la cocina, no quería despertar a nadie, y menos al idiota de Phillipe. Bajo las escales, y cruzo la sala de estar, busco la luz de la cocina, pero no la encuentro, entonces comienzo a caminar en la oscuridad alumbrando con el móvil, hasta llegar a la nevera, saco una botella de agua mineral y comienzo a buscar un vaso, pero no lo encuentro por ningún lado.
—En el estante de arriba, a la derecha, detrás de las copas. —Escucho que me dicen, me espante que me tiro casi toda el agua de la botella encima, genial. La luz se enciende.
—Gracias. —Digo fríamente, era ese maldito.
—No es nada, te asuste, lo siento, no podía dormir y vine a beber agua, pásame la botella cuando termines. —Me dice parándose a mi lado.
—Toma. —Le digo, sin ni siquiera mirarlo. Me doy la vuelta para irme, pero me toma del brazo.
—¿Qué? —Le digo con seriedad, haciendo que me suelte.
—Nada es solo que, quería pedirte disculpas, no sabía que era un estúpido comentario, estaba un poco molesto lo que pasa, creí que era una hermana pequeña, o sea, más pequeña, pero podríamos intentar llevarnos bien, si estás de acuerdo claro. —Me dice sonriéndome.
—Si, está bien, nos vemos. —Le digo sonriendo falsamente.
Subo a mi habitación, maldito idiota, ahora se cree amable, ya sé que no me quiere aquí, yo tampoco quería estarlo, pero sus padres decidieron adoptarme, no puedo hacer nada por él, ni por mí. Mejor me voy a dormir. Hasta las ganas de beber agua se me han ido.
A la mañana siguiente me despierta la luz entrando en la ventana, había olvidado cerrar las cortinas, decido bajar a la cocina a ver si hay alguien despierto, pero antes voy a ducharme y ponerme algo de ropa deportiva, para salir a despejarme o algo, termino eligiendo unos leggins Adidas y un top a juego.
Al llegar a la cocina solo esta Julieta cocinando, tengo suerte, así no tendré que disculparme con Marie o con Williams, hasta dentro de un rato.
—Hola Julieta, buenos días. —Le digo, sonriendo.
—Buenos días, querida, ¿Cómo amaneciste? —Me pregunta, sonriendo.
—Muy bien, el colchón es muy cómodo. —Le digo riendo.
—¿Qué quieres desayunar? —Me dice mirándome.
—No lo sé, un batido de frutas. Quiero ir a correr, o al gimnasio. —Le digo apuntando hacia afuera.
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Camille
Teen Fiction¡¡maldita sea Camille, nunca entiendes nada de lo que intento decirte!! -Me grito, con los ojos rojos, a punto de llorar. ¡¡ Y tu nunca entiendes mis estúpidos chistes, Phillipe, es prácticamente lo mismo!! - Le grito, intentando imitarlo, colocánd...