Lights Down Low

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20/03/2023
Tokyo
Aeropuerto
3:00PM

—¡Llegamos a Tokyo!—Jimin sonrió frente a su teléfono, en videollamada con Minho y los demás.

—Tienen que tomarse muchas fotos papa, ¡Y ir a disneyland!—Minho hablo emocionado, saltando en el sofá de la mansión Jeon.

—Eso haremos, mocoso, pero ahora tenemos que irnos porque ya llego el auto—Jungkook hablo tomando la cintura del más bajo, y dejando un beso en su mejilla.

Jimin sonrió, y luego de despedirse de todos colgó la llamada. Jungkook y el decidieron viajar de un día a otro, Jeon debía atender unas cosas en Tokyo así que decidieron que ese sería su destino. Y vaya que valió la pena, no habían salido del aeropuerto aún y Jimin ya saltaba de la emoción.

—¿Te gusta?—Jungkook le sonrió al azabache, y ambos separándose por los paparazzis subieron a la camioneta evadiendo las preguntas de estos.

—¿Qué si me gusta?, ¡Me encanta!, todo es muy lindo, ¿En serio iremos a Disneyland?—Park sonrió sentándose en el regazo de su novio, picoteando sus labios suavemente.

—Claro que si, es más, vayamos esta noche para inaugurar el viaje, ¿Hecho?—Jungkook sonrió sacando su cámara comenzando a grabar. No sabía porque capturaba todos esos momentos ya que planeaba que sólo fuera el primer viaje de muchos, pero que más daba.

—¡Hecho!, estoy emocionado—Jimin sonrió.

El viaje les estaba sirviendo de escape a ambos, últimamente el trabajo de Jungkook junto a las crisis de Jimin y Jeongmin en su camino les estaba haciendo estragos en la relación, necesitaban recordar porque estaban juntos, y necesitaban saber que pueden con todo.

—No más que yo, amor—Jungkook sonrió, cariño y amor se reflejaba en sus ojos y ya muy lejos había quedado aquel estúpido plan.

Porque, ¿A quién engañaba?, cualquiera se daría cuenta estando en su lugar que tener en tu vida a Jimin es como presenciar una lluvia de pétalos de cerezo.

8:00PM

—Minho me dijo que le llevemos un peluche de Sully—Jimin sonrió colocándose la chaqueta de cuero negra, saliendo de la habitación de la mano del castaño.

—¿Sully es el monstruo azul, no?—Jungkook rasco su nuca aún de la mano del más bajo, entrando al gran auto y ordenándole al chofer llevarlos a Disney, y casi como acto reflejo saco su cámara, empezando a grabar.

—Si, de Monster Inc—Park sonrió abrazando a Jeon el cual besó su rostro cariñosamente, grabándolos a ambos sonrientes.

Hablaron de cosas vanales y tontas durante un corto tiempo hasta que sintieron el auto estacionar, y sin poder evitarlo sonrieron al ver el gran letrero de Disney sobre ellos.

—¡Llegamos!—Jimin grito emocionado y Jeon hizo una mueca, abriendo la puerta luego de agradecerle al chofer.

—Si amor, llegamos—Jungkook río al ver a su novio bajar, parecía un pequeño niño, y podía jurar que incluso sus ojos derramaban inocencia.

Inocencia que estaba en una gran ausencia unas horas antes, mientras se preparaban para venir al gran parque.

Jimin había tenido una crisis y Jeon tuvo que abrazarlo hasta inmovilizarlo, calmandolo hasta que el ataque de panico abandono su cuerpo, ambos hablaban de sus vidas, pero casi como algo obvio su situación actual salió a flote, los errores del pasado también y terminaron gritandose incoherencias y estupideces sin sentido, desencadenando un ataque de panico en Park, y desesperación en Jeon.

Su pequeño infierno seguía desatandose de vez en cuando, pero así como esto pasaba llegaba la calma, porque para ellos el amor siempre le ganaba a la guerra.

—¡Vamos a las tazas!—Una vez dentro del parque y con sus entradas en mano Park jalo al menor llevándolo a las tazas y comenzando a hacer la fila con el.

—Hoy tenemos que irnos temprano amor, recuerda que mañana debo trabajar aunque no quiera—Jimin hizo un puchero, y pasando las manos por el cuello de Jeon lo beso

—Lo se... Sigo pensando que es injusto que hayas convencido al director para que me dejara la semana libre cuando tu vendrías a trabajar—Park rodó los ojos al escuchar la risa de Jungkook.

—Se que te gusto que lo hiciera, por algo estas aquí conmigo—Jungkook le guiñó un ojo y ambos entraron al juego sentándose en una de las grandes tazas, la cual comenzó a girar luego de unos minutos.

—Esto marea—Jimin río, ajustaba la diadema de Minnie en su cabeza cada tanto y Jungkook sin poder resistirse sacó su cámara, comenzando a grabar al más pequeño el cual reía y hablaba sin parar.

—Te amo—Jeon hablo apagando la cámara, y Park lo miro sonrojado.

—Y yo a ti—El juego se detuvo por lo cual ambos bajaron, comenzando a caminar de la mano por todo el parque. Algunas personas los miraban con asco, otras con ternura, pero no podía importarles menos.

—¡Pasen adelante, solo por hoy tenemos bodas simbólicas!, ¡Selle el amor eterno junto a su pareja en el increíble parque de Disney!—Un hombre hablando fuerte llamo la atención de los chicos, los cuales luego de sonreír fueron al pequeño kiosco entrando.

—Hola, ¿Vienen a casarse?—Una amable joven disfrazada de Cenicienta los recibió, la cual sonreía tierna al verlos juntos.

—Así es, ¿Debemos traer algo?—Jungkook hablo sonrojado, haciendo a Park sonreír ampliamente.

—Oh no, tranquilos, son bodas ficticias así que su presencia es suficiente, vengan por acá—La rubia los guió a un pequeño altar donde un hombre mayor disfrazado de el sacerdote de la misma película esperaba levantado.

—Miren que tenemos aquí, hace tiempo no venía una pareja tan hermosa—El hombre mayor hablo sonriente, y luego de preguntar sus respectivos nombres empezó con la ceremonia.

—Jeon Jung Kook, ¿Aceptas a Park Ji Min como tu legítimo esposo?, para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, ¿Hasta que la muerte los separe?—El viejecito hablo sonriéndole a ambos hombres los cuales entrelazaban sus manos, con lágrimas de felicidad en sus ojos.

—Acepto—Jeon hablo con la voz algo rota, y tomando la pequeña mano de Park, tomo de su bolsillo una caja aterciopelada sacando un anillo y colocándolo en el dedo del ahora sorprendido Jimin.

¿En que momento compro ese anillo?

—Y tu, Park Ji Min, ¿Aceptas a Jeon Jung Kook como tu legítimo esposo?, para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, ¿Hasta que la muerte los separe?—Jimin sonrió tomando el anillo.

—Acepto—Su voz se quebró, y luego de poner el anillo en el dedo del castaño lo abrazo fuerte, recibiendo un aplauso de cenicienta la cual fue testigo de la hermosa ceremonia de ambos chicos.

Amaban pertenecerse, y amaban amarse.

To build a home (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora