『La casa de los Jones』

Capítulo 2 - Que comienze el plan

—Oye, Ana...Ana...An

—¿Qué quieres Sasha?—dije fastidiada ante su actitud negativa.

—Yo, y-yo...tengo miedo —dijo para mirar hacia abajo y entrelazar sus manos.

—¿Miedo?¿Miedo de que?

—De... ¿Y si todo sale mal? y ¿si nos descubren? y ¿Si Edgar no viene? y si...

—Sasha —la agarre de sus mejillas para que me mirara—, todo saldrá bien, ¿comprendes?

—Si pero...

—Ahora has silencio que nos pueden escuchar —dije para acomodarme en un rincón de la habitación y cerrar los ojos.

Ya habíamos llevado a cabo la primera parte del plan, salio tal como lo propuse solo hay que esperar a Edgar para que venga y nos de la señal.

—O-o-oye A-A-Ana —dijo tartamudeando.

—¿Qué?

—A-Abre los ojos.

—Ash —dije fastidiada abriendo los ojos—, pero ¿que?, ¿Qué es lo que le pasa a la luz? —dije mirando hacia arriba al notar como las luces se prendían y apagaban.

—A-Ana esto no esta bien deberíamos irnos, por favor —dijo casi suplicando.

—¡No! ¿Qué te pasa Sasha?, Ya te deje en claro que no vamos a salir de aquí hasta que Edgar llegue, ¡¿escuchaste?! —dije volteando a mirar hacia la puerta con el seño fruncido.

—No.

—¡¿No?! —dije volteando a mirarla furiosa— ¿Sasha...?

—Non invenire magis —dijo susurrando

—¿Que? —dije abriendo fuertemente los ojos, acercándome a ella para tomarla en mis brazos— ¡¿SASHA?!, ¡Sasha reacciona!, ¡Abre los ojos! ¡Sasha! —dije golpeando levemente su mejilla— ¡Sasha!

—¡Vamos! —dijo alguien abriendo fuertemente la puerta.

—¡Ahh! —dije volteando rápidamente hacia la puerta— ¡Edgar! Me has asustado, Edgar ayudame con Sasha, ella se ha desmayado y dijo algo extraño que no entendemos, en otro idioma y...

—Oye tranquila —dijo interrumpiendome— Sasha esta bien.

—¡¿Estas demente?!, ella está... —dije volteando inmediatamente a mirar a Sasha— Sasha, pero si yo...

—¿Tú que?

—Yo, yo te vi y hablaste en un idioma raro y...

—¿Pero que estas diciendo?

—Tú...¿Por qué haces como si no hubiera pasado nada?

—¿Que? ¿Estas segura que no fue un sueño?

—¡No!, yo se lo que ví, además se sintió tan real...

—¡Chicas! —me voltee para mirar a Edgar— No nos queda mucho tiempo...

—Cierto, ¿las tienes? —dije soltando a Sasha para levantarme del suelo.

—Sí, siganme —dijo Edgar

(...)

Esto, esto fue muy extraño, se sentía tan real, la luz del pequeño cuarto, cuando Sasha habló, cuando la sostuve en mis brazos, yo sentí su peso, no puede ser un sueño...

—Fue un sueño Ana, no sigas.

¿Que? Acaso ella...

—¿Ah? A-ah... Yo no quise decir eso —dijo en una voz casi inaudible.

—¿Que?, Oye Sasha ¿Que dijiste?

—¡Llegamos!

Edgar abrió la puerta, entramos, pero él se quedo allí cuidando por si alguien viene.

Sasha y yo nos dedicamos a buscar todos los archivos correspondientes sobre ese día.

(...)

—Señor, sujeto identificado en la zona de archivos, repito, sujeto identificado en la zona de archivos.

—Arrestenlo.

—Entendido.

(...)

—Bien ya esta todo, ¿Lo guardaste?

—Sí, aquí esta.

—Bien, larguemosno.

—Queda arrestado por intento de robo.

—¿Escuchaste eso? —dije mirando a Sasha.

—S-sí.

—Ten agarra la mochila solucionaré esto —dije entregándole mi mochila.

—¡No!, yo lo haré, ten las mochilas y huye.

—Pero... —dije mirandola insegura— bueno, suerte y gracias.

Asintió.

—¡vete!

Me dirijí hacia la puerta tracera pero...

—¡Mierda! ¡Esta cerrado!, necesito las llaves, tengo que volver.

Deje las mochilas allí para que no me estorbaran y regresé.

(...)

—Solo queriamos privacidad, ¿cierto mi amor?

Pero que... Ah... Ya entendí, buena jugada Sasha, después de todo no eres tan tímida.

—¡Hey!, ¡Tsss!, Sasha...

Sasha me miró por el reflejo de la puerta; tenia espejo.

—Las llaves —dije moviendo mis labios sin emitir ningún sonido.

Sasha abrió los ojos.

—¿Usted sabe quien soy? Soy el hijo del jefe de todos ustedes y puedo hacer que lo...

Las luces se apagaron.

—¡Oiga! ¡Oigan!

Escuche algo caer cerca de mí.

La luz se encendió.

¡Ja! eran las llaves, que inteligente amiguita.

Agarré las llaves y salí de ese lugar que me ha causado varios problemas.

(...)

—¿Por qué llegas a estas horas? ¿Has almorzado?

Agache la cabeza.

—¿Qué es lo que tienes atrás?

—¡Nada! —dije levantando la mirada— mis mochilas.

—¿Dos?

—Sí, es que pensaba quedarme en la casa de Sasha y...

—¡¿Sin mi permiso?!

—No no no, si te lo iba a pedir pero mejor quise dormir aquí en mi casa.

—Uhm... Sube Ana, ve a tu cuarto.

Agache la cabeza nuevamente, estaba a punto de subir las escaleras cuando siento que alguien me jala y me quita una mochila, me volteé rápidamente para recuperarla pero... Ya lo había abierto.

—Ana... ¡¿Cómo pudiste?!