Cap: 70 Solo sexo.

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—Ese imbécil, perdón, quiero decir tu primo, ¿era con él con quien pasaste el fin de semana?— Me pregunto Ravi mientras me quitaba mi mochila y se la colgaba en su hombro, —No, si hubiera sido con Lay entonces te hubiera llamado para que vinieras pero por suerte no fue con él, pase mi fin de semana con N— Le dije honestamente a lo que Ravi soltó un suspiro al mirarme desaprobatoriamente, —Creí que ya habían terminado ya que dejaste de ir a sus clases incluso, ¿se reconciliaron?— Pregunto Ravi mientras retomábamos nuestro camino, —Por suerte, es aburrido sin N— Confesé mientras sonreía.


Antes de llegar a la escuela pasamos por una cafetería ya que ni tiempo tuve de comerme mi rebanada de pizza por culpa de Lay, Ravi eligió por mí un emparedado y un licuado de fresa ya que es consciente que no debo consumir cafeína, a decir verdad preferiría comerme un helado pero Ravi me fulmino con la mirada mientras me regañaba ya que un helado tan temprano era mucha azúcar. Al llegar a la escuela Ravi como de costumbre me acompaño hasta mi salón y una vez que se aseguro que estaba sentada en mi lugar se retiro a su salón. Comencé a comerme mi emparedado junto con mi licuado mientras que llegaba N, solo quería que el resto del día fuera lo más tranquilo posible ya que sabia el dolor de cabeza que sería una vez a solas con Lay al llegar a casa pero extrañamente mi suerte no era la mejor este día, los susurros dentro del salón comenzaron a serse cada vez más fuerte, era lo típico de siempre, sobre que me acostaba con los maestros mientras que otros decían que de seguro cuando tenía sexo con Ravi este me encadenaba a la cama, a decir verdad no me molestaba que dijeran eso así que solo seguí comiendo mi almuerzo.


N entro al salón y automáticamente puso orden, por mi parte fui a tirar la basura en el cesto dentro del salón y rápidamente volví a sentarme, N se veía realmente bien, su cabello bien peinado con ese flequillo que cubre su frente y su rostro radiante sin ningún rastro de haber llorado como las últimas veces que me hizo sentir aliviada, —Pasare lista así que guarden silencio por favor— Dijo N dedicándole una sonrisa al salón para después mirarme a mí y sin poder evitarlo le devolví la sonrisa. Al terminar su clase me ofrecí para ayudarle con su portafolio pero aunque había algún que otro susurro en el salón sabía que si me comportaba indiferente ante N entonces si seria mas sospechoso. Tome su portafolio y camine detrás de el por todo el pasillo hasta llegar a su oficina, una vez ahí N saco la llave del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta dejándome pasar primero, —Lo pondré aquí— Le dije sonriendo colocando el portafolio en su escritorio y cuando me di la vuelta N estaba a escasos centímetros de mi dejándome ver aquella sonrisa traviesa que adoro, —¿Estás seguro?, ¿Qué sucederá con las reglas?— Le pregunte al coloca mis manos en su cintura y sin dudarlo N acorto la distancia entre nosotros dejándome saborear sus labios una vez más, su forma de besar es desesperada, como si estuviera a punto de irme y este fuera el final, como si cada segundo contara para afirmar nuestra extraña relación. N acorto nuestro beso entre su respiración agitada y aquel brillo en sus ojos que me resulta irresistible, —Al diablo con las reglas, solo tócame ahora— Me ordeno y tan pronto termino de hablar volvió a besarme pero esta vez fui yo quien tomo el control de la situación, podía sentir su cuerpo estremecerse ante mis caricias pero no era suficiente, quería más de él.


Desabotone su camisa y se la quite, después le quite los pantalones dejando solo en bóxers, era divertido como aun con lo que hemos hecho se sigue sonrojado y eso me gusta, sin poder contenerme mordí su labio inferior logrando que soltara un gemido, nos separamos por falta de aire pero entonces N comenzó a quitarme la ropa, era sexy y lindo al mismo tiempo, sus mejillas sonrojadas mientras estábamos a punto de tener sexo en su oficina de la escuela y como esa piel morena lograba enloquecerme, mi cuerpo estaba comenzando a arder antes las caricias de sus suaves manos, —Hay que hacerlo en el sofá, así no te sentirás incomodo— Le sugerí por lo que N asentó sin dudarlo, dio media vuelta comenzando a caminar hacia el sofá pero...entonces me percate de una marca de beso que llevaba en la espalda, sentí como si mi corazón fuera estrujado un poco, sabía perfectamente lo que eso significaba, N había tenido sexo con alguien más y eso no me gustaba para nada sin embargo no tenía motivos para enojarme con él, nunca establecimos una relación verdadera, solo eran encuentros sexuales aunque teníamos reglas, reglas que supuestamente nos hacían exclusivos el uno por el otro aunque tal vez en estos días todo eso desapareció.

Lluvia de recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora