El patin acuático se deslizaba por un mar en calma. Estaba a 100 metros de la orilla.
-¡Eh Juan!-dijo Daniela-. ¿Nos tiramos al agua?
-Venga va. ¿Vas tu primera o voy yo?
-Tu porfaaaa-dijo con una sonrisilla.
-Vale pero que conste que lo hago por el favor que me hiciste con la bici hace un año.
Juan se tiro al agua de cabeza por el tobogan del patín. Se zambulló en el agua, que estaba bastante templada. Estuvo nadando y buceando un rato.
-¿Ves algun animal?
-De momento no Dani. Anda, baja ya.
-Bucea hasta el fondo para comprovarlo.
-¡¿Qué dices loca?!- Hay más de quince metros seguro.
-¿Pero lo ves?
-No, solo veo oscuro cuando miro abajo.
-¿Sabes que?...¡Atrapame anda!-dijo Daniela riendo.
-¡Seras!-Juan se puso a nadar hacia el bote mientras se reía. Daniela se puso a pedalear con fuerza y al poco tiempo estaba a mucha distancia de Juan.
-¡Jajajajajaja! ¿Ahora que?
-¡Ya veras cuando te pille!-Exclamó Juan desde la lejanía. De pronto vió como algo circular y azul subía hacia la superfície. Una medusa enorme, de medio metro de diámetro. Exclamó un grito. Al poco rato empezó a ver más medusas que subían desde las profundidades.
-¡Daniela! ¡Ven corriendo con el patín que estoy rodeado de medusas!
Daniela se puso a pedalear, pero se horrorizó cuando vió que entre Juan y el patín había un buen trozo de agua repleto de medusas que flotaban lentamente en la superfície.
-¡¿Pero que cojon...
-¡Joder corre!-Juan empezaba a ponerse histérico-.¡Ayyyyy! ¡Me ha picado una!-Un dolor punzante y extremo le empezó a subir por la rodilla donde se había producido la picadura.
-¡Ya voy Juan!-Daniela veía como las medusas desaparecían debajo el patín que iba cobrando velocidad. Juan notaba las picaduras por todo el cuerpo en su intento de acercarse al patín. Empezó a sentir que sus extremidades no le funcionaban, sus intentos por mantenerse a flote fallaban. Se hundió y entonces vió un paisaje totalmente maravilloso, el agua repleto de medusas azul liloso cuyos tentáculos se movian lentamente al son del agua.
-¡Ya estoy aqui!-gritó Daniela. Pero juan ya no estaba-¡No por favor!-Se lanzó al agua y al cabo de dos segundos se dió cuenta de su error. Con la fuerza de su salto ya había tres metros de distancia entre ella y el patín llenos de medusas que la empezaron a picar mientras ella intentava volver al plástico flotante con pedales y tobogán. Pero no pudo tocarlo antes de que sus brazos le jugaran una mala pasada por el dolor de decenas de medusas picandola. Se empezó a hundir y cuando miró abajo vió a Juan inconsciente rodeado de medusas dirijiendose hacia el fondo. Dió una bocanada de agua y tosió, pero cada vez que tosía tenia que aspirar más agua. Al cabo de un minuto su corazón dejó de funcionar y siguió a su prometido hacia el fondo del mar.