... 2000 años atrás...
Ya habían pasado 3 meses desde que a Miriam la habían separado de los suyos y había sufrido no solo por los cambios si no por el mal trato de ciertas niñas. Miriam cuidaba al niño con Theresa por la mañana y por la tarde veía clases de muchas cosas que una doncella debe saber. Cada mañana era una tortura, ese niño la había separado de su madre y constantemente veía como su madre le cargaba y le daba amor cuando a ella desde hace mucho tiempo no recibía un abrazo de su madre, como aprendió a leer mejor, escribir y contar, trataba de hacerle cartas a su mama con frases como "te extraño mami", " te amo" o incluso cartas a sus dioses tales como " diosa Maat no te olvides de mí" , en el altar de su cuarto había una canastilla donde colocaba estos papeles y ya había muchos. El recuerdo de su madre y todo lo que ella le enseño aun latía en su corazón y sabía muy bien que nunca lo olvidaría, ni a su mama ni a sus lecciones, muy poco salía al jardín, o al mercado, su vida estaba con el niño y con Theresa "aburrido" pensaba Miriam, poco a poco aprendió a ir tolerando más al niño, ese niño no era más que eso un niño sin culpa de sus males. – Miriam debo salir un momento, cuídalo- le había dicho Theresa hace unos diez minutos, estaban en el jardín, ella miraba al niño que dormía en sus brazos, y quiso caminar lo acomodo con cuidado en sus brazos y camino por el jardín cantándole al niño, eso ya era costumbre, Miriam velaba su sueño y antes de dormir le cantaba al niño y al no hacerlo el lloraba, caminaba con cuidado de no caer " aun no quiero morir" recordó esas palabras "¿Qué es morir?" se preguntó. El niño se despertó y rio y tenía la manía de que al despertar tomaba el cabello de Miriam y jugaba con el mechón hasta que quisiera – hola- dijo Miriam viendo al niño jugar con su cabello – ¿estás bien? Pregunto al niño, cuando estaba cuidándolo ese niño era su única compañía – sabes a mí me hubiera gustado tener un hermanito al cual cuidar y mira los dioses me dieron un niño que cuidar pero escucha no te quiero- y le saco la lengua, él niño imito el gesto y Miriam rio – no me imagino mi vida atada a ti, nunca te querré- dijo caminando, el niño soltó el cabello y movía las manitos como si viese a los dioses y los saludara – y aprenderás muchas cosas y yo te tendré que explicar mucho- seguía ella, pero el niño solo miraba al cielo – oye... Escúchame- grito Miriam y suspiro – ojala crezcas y me dejes en paz- siguió ella. Escucho pasos y se giro era Sorei – hola niñera- dijo ella riendo Miriam se asustó ella siempre la fastidiaba y lloraba a solas, pero ahora era diferente Miriam tenía que cuidar del niño – déjame- dijo Miriam segura apretando al niño - ¿miedo?- dijo Sorei que miro al niño – ¿hago reverencia por el futuro rey?- y rio, ella hace un mes cumplió siete años y estaba insoportable –aléjate- grito Miriam, la otra niña rio – Miriam estoy lejos- la niña volvió a apretar al bebe "dioses protéjannos" "dios Jonsu, tu que proteges de malos espíritus, protégeme de la maldad de Sorei" oraba Miriam en su interior "diosa Maat, hazme justicia" - ¿Qué te hice Sorei?- pregunto Miriam – llegar- contesto la niña que se acercaba a Miriam, ella retrocedía con cuidado llevaba una vida muy valiosa con ella y debía cuidarla como nada y con todo. Sorei se colocó en frente de Miriam – si él se cae te ira muy mal- dijo con una sonrisa en los labios – déjalo- grito Miriam – déjanos- insistió, Sorei le quito el niño a Miriam - ¡dámelo!- gritaba Miriam " no puedes llorar" se decía Miriam, Sorei lo coloco en el piso y empujo a Miriam quien cayó al piso – eres una tonta- y le jalo del brazo, cerca de donde estaban estaba el Río Nilo, Sorei la llevo hasta allá, Miriam solo pensaba en el niño que lloraba como si supiera que pasara, Miriam sonrió por el niño – lindo rio ¿verdad?- Miriam miro al rio, ellas estaban en una especie de colina había unos 3 metros de distancia con el rio y sus rocas – Sorei no- grito Miriam quien jalaba su brazo pero solo se lastimaba - ¡cállate tonta¡- grito Sorei, Miriam sentía miedo por ella y por el niño, las lágrimas salían - ¡ te odio!- le dijo Miriam a Sorei quien se encogió de hombros – eres una estúpida, aquí nada es fácil nueva- Sorei empujo a Miriam quien se dobló el pie – no le hagas nada- dijo Miriam – no estoy loca. Yo no quiero morir, morirás tu por ser inútil- ella rio y empujo a Miriam quien cayó al rio se golpeó con una piedra en la rodilla, se levantó con un dolor horrible en la rodilla y la vio llena de sangre, estaba mojada, era muy pequeña para poder subir a la colina, pero tenía que llegar con el niño, ella lloraba – Maat ayúdame- dijo y empezó a ver cómo podía llegar con el niño, habían unos espinos se acercó y vio que si pasaba por allí podría subir más fácil y llegar con el niño "valor" se dijo a sí misma, tuvo miedo de pasar por allí, pero escucho el llanto del bebe y paso, sentía dolor, esos espinos le hacían daño paso por ellos, al salir su vestido estaba sucio, mojado y con rasguños, su rodilla le dolía y tenía rasguños que le ardían pero más allá de eso tenía dolor en su corazón, dolor por la maldad de la gente, dolor porque no era justo, dolor por escuchar al niño llorar así, como pudo subió la colina y corrió hasta el niño, ella se arrodillo sin importar el dolor y lo tomo en sus brazos, así el pesaba más, lo abrazo y le beso la frente – no llores mi niño rey- sonrió – mi niño rey- el lloraba – aquí estoy- y le canto, él bebe se calmó y tomo un mechón mojado de Miriam y le agradeció a los dioses por este niño. Como pudo camino hasta el castillo pero antes de llegar Theresa grito – ¡Miriam!- corría hacia ella – ¡Por Ra! ¿Qué les paso?- pregunto tomando al niño con temor – a él nada, solo caí- sonrió – Miriam no mientas- dijo Theresa molesta, se escucharon pasos y la mujer del Faraón grito - ¡mi hijo! ¿Qué paso?- ella vio a Miriam y ordeno que la llevasen y la curaran, en el camino se encontraron con Nicolle que enseguida la vio corrió a buscar a su hermano. Una vez en un cuarto con cosas para curar le preguntaron pero no quería hablar - ¿mi niño rey si está bien?- preguntaba una y otra vez y siempre recibía la misma respuesta – sí, Miriam está bien- llego el Faraón muy molesto con su mujer preocupada – habla niña- dijo el hombre, Miriam lloro no pudo aguantar – perdón, yo no quería dejarlo- dijo el Faraón le tomo la cara – Miriam habla- y Miriam conto todo – hiciste lo correcto, protegiste al niño con tu vida- dijo la mama del bebe – busquen a Sorei, será castigada- dijo molesto el hombre – recuerda es una niña- dijo su mujer, la ayudaron a bajar y la llevaban a su habitación y lo último que escucho de la voz de Faraón fue "ratas". Miriam no sabía lo que sentía era una unión de tristeza, dolor, angustia y alegría porque su suplica de justicia había sido atendida pero ¿alegrarse del mal ajeno era correcto? Ya no lo sabía, ella solo quería una cosa y era ver a su niño Rey – Theresa quiero ver al niño- había dicho ya como una diez veces por el camino y siempre obtenía la misma contesta –debes curarte, el niño está bien- llegaron a su habitación y Theresa le dijo que se acostara, ella cerro los ojos porque le dolía todo el cuerpo, cada parte, cada cedula le dolía y le hervía la sangre al recordar a Sorei y no entendía que mal le pudo haber hecho para semejante acto. Escucho que abrieron la puerta pero simplemente no abrió los ojos para ver quién era no tenía fuerzas. Escucho pasos y un casi grito que seguramente Theresa callo - ¿es...está muerta?- pregunto una niña "Nicolle" pensó Miriam – no, solo cerro los ojos- contesto Theresa, Nicolle suspiro de alivio - ¿Qué le paso? ¿Estará bien?- pregunto Jonathan, la niña se alegró de que él se preocupara por él, antes de Theresa pudiera contestar Miriam hablo – sí, estoy bien- y sonrió ante esto Jonathan frunció el ceño y desvió la mirada – me alegro- murmuro Nicolle casi se le lanza encima pero Theresa dijo – no, la puedes lastimar, hay que curar las heridas- ella y Nicolle empezaron a agarrar paños para limpiar las heridas Jonathan salió de la habitación, Miriam pegaba grititos cuando pasaban agua ligada con limón por las heridas al cabo de un rato habían terminado la labor, Miriam detallo que tenía vendas en varias partes y suspiro, cuando se vio en el espejo casi llora al ver tantos rasguños se giró y vio que Theresa y Nicolle la observaban – quiero ver al niño- dijo Miriam y Theresa suspiro cansada la niña solo sonrió victoriosa. Al llega al niño lo primero que hizo fue abrazarlo y detallarlo – mi niño rey, estas bien- suspiro le beso y se fue, por el pasillo encontró al Faraón ella hizo la reverencia – me alegra que estés bien y que cuides a mi hijo así, acompáñame- ordenó el hombre ella sintió miedo pero no tenía elección, caminaron y bajaron a unos cuartos muy oscuros y que daban miedo, pero recordó que estaba con el Faraón y tuvo que ser valiente – estos son cuartos de castigos- dijo sonriendo de lado Miriam abrió muy grandes sus ojos miel, llegaron a un cuarto que abrió el Faraón, ella tuvo que esperar a que sus ojos pudieran detallar algo hasta que vio a una niña... - Sorei- dijo sorprendida – tu- dijo ella de mala gana y escucho un ruido de una animalito y vio como la niña se tensó y comenzaron a derramarse sus lágrimas – ratas, ratas feas- gritaba ella - tranquila faltan dos días- rio el Faraón – así aprenderás a no meterte con mi hijo- y cerró la puerta, Miriam sentía dolor ella quería justicias ¿pero esto? Era demasiado pero decidió agradecer que su suplica fuera escuchada por los dioses.
En la noche ya en su cuarto encendió una vela para la diosa Maat, y pensó que el Faraón era muy malo y que la bondad solo existía en la gente que trabaja para él.
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2000 años de unión
Teen Fiction¿Te has imaginado el lado humano de un Faraon? ¿ Sera eso posible? Tutankamón el Principe de Egipto conoce este lado humano, este lado diferente, se da cuenta que Él no es un dios como piensa, esto es gracias a su doncella Miriam ellos desde muy niñ...