Día 12

857 61 12
                                    

—Solo espero no caerme, te mataré si pasa eso —alcé mis manos tratando de tocar su cara pero fue inútil.

—Si no te calmas voy a tirarte yo mismo.

—Ok, perdón. Me altere.

—Cualquiera que te hubiese escuchado pensaría que te voy a violar —bromeó. Se que no sería capaz de eso.

—No se a donde estamos yendo así que tal vez... —Me dio un pequeño golpe en la cabeza. No dolió solo quería callarme.

—No digas eso, ya llegamos —bajo sus manos, estaba por abrir mis ojos pero lo dijo— aún no los abras, yo te diré cuando.

—Esta bien, ¿ahora qué hago? —no obtuve respuesta— ¿Martinus? —no podía haberse ido, no escuche nada.

Pasaron segundos y respondió—Puedes abrirlos —le hice caso. El sol no fue problema gracias a los árboles que me proporcionaban una sombra.

Mire a todos lados, las flores que estaba viendo eran más que hermosas. Es un lindo lugar sólo que quería ver a Martinus. Él era mucho más hermoso. Gire y quedó frente a mi, no pude evitar sorprenderme llevando mis manos para que cubran mi boca, estaba arrodillado frente a mi con una pequeña caja color negro.

—Martinus... —Me acerqué a él. Quería abrazarlo pero me detuvo.

—Se que no llevamos ni una semana pero te quise obsequiar algo al igual que tu lo haces —ahora podía ver un anillo. Una lágrima resbaló por mi mejilla, no pensé que esto me sucedería a mi— te quiero.

—Te quiero mucho más —tomo mi mano para poder ponerlo un mi dedo. Era un sueño del que no quería despertar.

Martinus se notaba igual de feliz que yo o mas también. No dejaba de sonreír al verme, lo unico que pasaba por mi mente era, ¿en verdad merezco todo esto? Y la respuesta siempre era la misma, no, no lo merecía.

—No merezco a alguien como tu —mi voz se cortó. Lo queria mucho pero la verdad es que Martinus merece a alguien mejor.

—No digas eso, yo te quiero —se levantó para abrazarme. Mis lágrimas seguían saliendo, quería gritar— me encanta estar junto a ti —respire ondo y lo abracé, muy fuerte que se quejó pero en ese instante quería tenerlo lo más cerca posible, lo tenía pero necesitaba más.

—No quiero que me dejes —susurré cerca de su clavícula.

—Haré lo posible para no hacerlo —asentí.  Quería escuchar un "nunca lo haré" pero creo que está bien, esta fue la verdad— casi lo olvido —se alejó de mi dejándome ver una rosa blanca.

—Es muy bonita —estaba en una maceta pequeña. No entendía que haríamos con ella ¿me la regalaría?

—Vamos a plantarla —la tomo y me la dio. Era algo que nunca pensé hacer pero la idea me agradó. Sería como nuestra hija.

Volvíamos a casa, estaba un poco nublado y no queríamos empaparnos de agua nuevamente. El clima era muy raro aquí.

—Algo que no viste —habló Martinus tomando mi mano —es que en la parte de aquí —sacó el anillo y mostró su parte interna —tiene mi inicial y un corazón, mi corazón.

—No lo había visto —sonreí nerviosa mientras volvía a ponerlo en su lugar, en mi dedo.

—Tampoco esto —alzó su mano. Tenía un anillo similar al mío

—Y ese debe tener mi inicial ¿verdad? —levanté una ceja.

—¿Cómo lo sabes? —llevo su mano a su pecho.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora