Capítulo 15

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Lea hizo una bola con el papel y lo lanzó a la papelera. Cogió otro y empezó a escribir pero estaba errando demasiado en la traducción de los textos. Hacía cinco días que no veía a Derek pero no podía dejar de pensar en él, sobretodo después de ver a aquella mujer desnuda en el salón de Ben. Solo habían estado unos días sin hablarse y ya se había acostado con otra, como si ella no fuese nada.

Le costaba concentrarse y por las noches se sentía mas sola que nunca. Jamás pensó que pudiera sentirse tan perdida y sola sin la presencia de Derek. Pero él se lo había dejado claro y ahora debía seguir adelante con su vida. Se acordó que tenía que llamar a Sam para las pruebas así que busco su móvil, el cual siempre estaba en paradero desconocido. Lo conecto y la pantalla se lleno de llamadas perdidas y mensajes: 23 llamadas perdidas de Derek y 17 mensajes. Ignoró los avisos y marco el número de Sam.

Tenía claro que si volvía ver a Derek se echaría a llorar como una cría, y no quería que él supiera cuanto le afectaba. Nunca le había gustado que la gente viera sus debilidades, porque eso hacía que la conocieran a un nivel mas profundo.

Era por la tarde y estaba tirada en el sofá viendo una película de los 50,cuando unas voces provenientes del descansillo la alertaron. Abrió la puerta y vio a Anne y a Ben charlando.

-Ah, hola Lea.-Anne se percató de su presencia.

-Qué tal estás Lea?-preguntó Ben sinceramente preocupado.

-De pena-dijo ella en un suspiro.-Pero el mundo aun no se ha detenido.

-Si necesitas algo yo...-se ofreció Ben.

-Muchas gracias. Eres un cielo, Ben.

-Lea, tengo que comentarte algo-dijo mirando a Anne de reojo. Ellla se dio cuenta de que debía dejarlos a solas y se despidió.

-No voy a hablar con él. Si es eso lo que esperas.

-Lea, esta noche hay un acto benéfico patrocinado por el bufete donde  Derek va a trabajar próximamente está en Nueva York.-Esas palabras calaron al fondo de mi mente. Derek se iba del país, quizás no volvería a verlo jamás, y había tantas cosas que quería decirle: unas buenas y otras bastantes malas, pero por primera vez estuve tentada de contarle a alguien aquello que llevaba soportando en soledad durante años.

-Lea, ven conmigo esta noche a la gala y habla con él. Estoy seguro de que todo es un error. El siente algo muy fuerte por ti y no lo arruinaría por echar in polvo.

-No se que hacer Ben. Una parte de mi quiere ir corriendo hacia él y abrazarle y otra solo quiere alejarse lo máximo posible.

-No soy quien para obligarte a nada, pero es mejor arrepentirte por algo que has hecho que no por algo que nunca te atreviste a hacer.-Lea suspiró y levantó la barbilla decidida.

-Nos vemos esta noche, Ben.

Derek se aflojó un poco la pajarita. Sentía que se asfixiaba. Lo último que le apetecía era estar allí poniendo sonrisas falsas a gente desconocida, pero sus futuros jefes estaban allí y debía dar una buena impresión.

Había intentado hablar con Lea, pero no le contestaba las llamadas ni los mensajes; definitivamente no quería saber nada de él. Tampoco le extrañaba después de que hubiese visto a Tyna desnuda en casa de Ben y a él semidesnudo. Sabia que había intentado ocultarle sus lágrimas y eso le perforó el pecho. Nunca pensó que le dolería tanto ver a alguien llorar, y más a Lea, siempre tan alegre y positiva.

En la otra punta del salón vio a Ben, acompañado de una mujer que estaba de espaldas, hablando con un matrimonio. Derek se quedó mirando a la acompañante de su amigo. Tuvo la sensación de que conocía a aquella chica pero no sabia de qué. Le era familiar. Y cuando ella se giró se percató de que era ella. Lea. Allí estaba, en medio de un montón de mujeres guapas y con sus deslumbrantes vestidos y ella brillaba con luz propia, como si en la sala solo  estuviese ella. Sus ojos se encontraron y permanecieron unos segundos mirándose fijamente hasta que Ben le rodeó la cintura con un brazo y la acercó a él.

RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora