Capítulo V

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El silencio que mantuvo Sehun de camino hacia la biblioteca preocupó mucho a Suho. En especial cuando se sentaron en una mesa grupal y Sehun se dejó caer en la silla, fijando su mirada en el suelo y olvidando su mochila contra las patas de la mesa. Suho sabía que su amigo ni de lejos estaba bien y eso le dolía, porque sabía que no podía hacer gran cosa para ayudarlo.

Suho tomó la mochila de Sehun y la propia y las dejó sobre la mesa, se acercó con su silla para estar frente a Sehun y le dijo que podía tomarse todo el tiempo que quisiera. Le aseguró que estaría a su lado y que si quería desahogarse por algo él escucharía.

Sehun lo miró de soslayo, con un rostro abatido, y suspiró con pesadez. Pensaba en la increíble suerte que tenía Tao al poseer amigos tan buenos y sinceros. Le daba un poco de envidia, apenas y se llevaba bien con dos personas y no estaba seguro si estaban con él por mera lástima o porque de verdad les agradaba su compañía. Creía que algún día podrían dejarlo sin más por el simple cansancio hacia su persona. Sentía que estaba a punto de perder a uno de ellos.

—Lamento no haberte dicho nada —dijo Sehun de la nada, mirando a Suho—. Cuando me dijiste que te daba pena lo que le había pasado al pretendiente de Tao y que te preocupaba un poco que eso afectara su relación en un futuro... No lo sé, me dio miedo y no quise decirte que fui yo porque temí que te enojaras conmigo.

—Bueno, ahora que lo pienso —razonó Suho con tranquilidad­— en ese momento..., en el momento en el que te lo dije, vos me habías dicho que había ocurrido algo muy malo con tus amigos. Creo que puedo entender por qué lo ocultaste.

—¿No estás enojado? Porque Tao es tu amigo desde siempre y Kris lo es ahora y quizá ellos pudieron no seguir saliendo por mi culpa.

—No estoy enojado. ¿Cómo podría estarlo? Es decir..., eso ni siquiera me corresponde. Además ellos están más que bien, no creo que un viejo malentendido les afecte.

—¿Y si tus otros amigos me odian? —preguntó Sehun con los ojos llorosos.

Suho tomó a Sehun de los hombros y lo miró a los ojos antes de responderle.

—Ellos no te odian. Y aunque te odiaran, no me alejaría de vos. Te considero mi amigo también.

Sehun se llenó de tristeza y empezó a llorar en silencio. Le dolía el pecho y sólo quería volver al tiempo para corregir su error, para volver a tener la oportunidad de elegir y esta vez no equivocarse. Bajó la cabeza y se recargó en Suho cuando este lo abrazó.

Debieron transcurrir varios minutos para que Sehun se calmara. Algo que no le importó a Suho, porque le daba relativamente igual ser el centro de atención en medio de la biblioteca e ignorar el trabajo de aquel día, el cual podía recuperar después. Su prioridad era que Sehun se sintiese mejor.

Cuando Sehun pudo recobrar la compostura se atrevió a contarle a Suho lo que había ocurrido la vez que se topó a Kris después de tanto tiempo. Esta vez le diría más información que «cometí un maldito error, ellos son unos malditos idiotas y ya no son mis malditos amigos».

Resulta que Sehun, en aquella tienda hacía pocos meses atrás, había sentido un poco de pena por Tao al notar que este iba acompañado de Kris en temas románticos. En aquella época no percibía más que asco hacia Kris y rencor por ser tratado como objeto de una simple apuesta por él, Luhan y Lay, a quienes les tomó un gran aprecio en su momento.

Y ciertamente sintió que Tao era una buena persona, o al menos lo suficientemente buena como para ser merecedora de una advertida sobre su acompañante. Lo hizo sin pensar mucho, sólo quería ayudar a alguien cuyas posibilidades de sufrir lo mismo que él fuesen altas.

Retribución sentimental [TaoRis + SuLay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora