Tómalo

14.8K 2.1K 760
                                    

Cinco años han pasado desde que me fui de esa ciudad alejándome de mi pasado; cinco años desde que nuestras miradas se encontraron por última vez. Después de posponer mi viaje, por fin he regresado.

Una interminable noche de febrero, harto viento en la zona; siento nerviosismo mientras paseo mi maleta por la oscura calle. Me encantan las estrellas de este lugar, me hacen recordar cuando tenía tiempo para admirarlas de camino a casa cada viernes; ellas también me observan como si me perdonaran por haberlas abandonado... suspiro.

Aunque las cosas no han cambiado demasiado por aquí, hay ligeros detalles diferentes; no me entretengo viendo, sólo quiero llegar pronto a casa de mis padres.

Y lo vi, fuerte y seguro, confiado, el cabello que ya no era de un rubio llamativo, sino de un negro fugaz. Sus ojos azul tormenta se llevaron mi respiración... Ángel.

Abrí la boca de la impresión, luego tragué fuerte y tomé el control del nudo en mi estómago. Mi corazón golpeaba con fuerza en mi pecho.

–Buenas noches –apenas podía oír mi voz–. Lamento molestarte pero, ¿eres... eras luchador?

El chico llevaba una mochila, parecía apurado, pero se detuvo. Me observó por tres segundos antes de contestar...

*****

–No –sonreí, el destino nos había entregado uno frente al otro una vez más.

–Yo... te vi, hace años –confesó.

–Pero, yo no recuerdo haberte visto antes –mentí.

Mentí porque temía, porque a pesar de haber soportado golpes y varios huesos rotos, jamás fui fuerte en mi corazón; y vi esos ojos marrones (¡Oh!... claro que eran marrones), los vi entristecerse, los vi humedecerse, y como deseé no haber dicho esa frase.

– ¿Ángel? –su voz temblaba.

–Ese no es mi nombre –condené mi destino–, lo siento –di la vuelta. Caminé sin mirar atrás, justo como en cada pelea, cuando salía a la calle a toda prisa, sólo para no encontrarlo entre las filas de gente.

Caminé recordando cuando me rendí de perseguirlo, las noches de incertidumbre, de imaginar lo que "habría sido", una simple mirada a las gradas de esa noche y mi mundo se volcó sobre él. Ahora, con el valor de tantos años, por fin me hablaba sin que nada se interpusiera entre nosotros.

Fijé mi vista en terminar de recorrer la calle con paciencia. Llegaba tarde a mi tren.

*****

¡No te vayas! ¡No me dejes! ¡No me mientas!

Como si pudiese decir eso. No me quería cerca, eso me quedaba claro, perdí mi oportunidad hace mucho.

Tomé aire mientras seguía dudando de hacer algo.

*****

– ¡Mi nombre es Heyler!

Detuve mi paso y giré para verle. Él chico de ojos marrones no se había movido tras gritar eso.

–Y yo soy Rafael –saber su nombre me hizo responder emocionado.

– ¿Por eso "el Ángel"?–. Caminé hasta él, que parecía nervioso, pues no me miraba.

–Te equivocas –quería comenzar con todo.

– ¿Me equivoco? –quedamos frente a frente, pero no contesté–. ¿Sigues sin recordarme?

– ¿Crees que habría vuelto si no?

Sus ojos se iluminaron.

–Lo... siento.

– ¿Y porque te disculpas?

–No lo sé –rió. Sonreí–. ¿Por qué mentiste?, creí que moriría.

– ¿Por qué siempre salías corriendo?

– ¿De las luchas?–. Asentí para que continuara–. Mis padres no saben a dónde iba los viernes luego de clases.

–Vaya –deseaba regresar a ese tiempo, sabiendo lo que sé ahora, no era mucho pero todo hubiera sido diferente.

–Así es.

– ¿Quieres continuar con esto en otro sitio?

–Claro –arrastró la maleta–. Oh, pero debo ir a dejar mi equipaje.

–Te acompaño.

–Okey –caminamos un poco incómodos–. ¿Ibas a otro lado?

–Ahora no.

*****

La historia tendrá un capítulo extra por Navidad, esperenlo♡.
Mientras pueden pasarse por mis otras historias.
LoVe.

Así nuestras miradas |•COMPLETAWhere stories live. Discover now