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Recomendación: Para disfrutar más de él presente capítulo, les pido escuchar "The Scientist"-  Coldplay
(multimedia)

Espero que les guste.

La situación se volvía cada vez más grave.
La situación se estaba saliendo de control.
Esta situación, era Aludra.
Pronto sus padres no serían capaces de controlarla, todo se venía abajo, todo lo que a través del tiempo fueron construyendo e inculcándole. La mejor solución, la única solución en esos momentos era "el plan". Pero no serviría de nada, si no se enfrentaban a la idea de convencer a la terca de Aludra.
Ella no lo sabía, pero sus creadores la habían estado vigilando constantemente, frente a cada nuevo descubrimiento que ella hacía sobre él extraño planeta tierra. Se suponía que eran una constelación unida, que un lazo los mantenía uno cerca del otro, se suponía que eran una familia.
Pero la situación era totalmente diferente, a ellos les importaba casi nada todas las tonterías que vagaban por la mente de su "hija". Sólo les importaba, que ella fuera como ellos, que fuera "normal". Durante el tiempo que había transcurrido, Alwaid y Bercrux le habían dejado pasar todo a la joven estrella. Pero ahora...
¿Que quiere amor?

¿Que quiere una familia?

¿Que ahora tiene una amiga?

¡Esas eran abominaciones! Tontas ideas infundadas por los seres habitantes del planeta Tierra. No entendían la desesperación que tenía Aludra por descubrir cosas que a ella no le correspondían. Por sentir aquello que sólo le pertenecía a las débiles mentes y débiles corazones de los seres humanos.
No para un ser superior como ella, claro que no.
Por más molestia que ellos tratasen de mostrar, en el fondo el dolor los embargaba. Dolía pensar de que tal vez todo el esfuerzo que habían puesto en criarla no había servido de nada. Dolía la idea de que, tal vez la culpa sea de ellos, que tal vez hayan cometido algún error. Tal vez, nunca le dieron todo lo que ella quería. Tal vez, ellos no eran suficientes.
Claro que no lo aceptaban, y tal vez nunca lo harían, pero a pesar de esto ella era suya. Su creación, y la querían demasiado. Aunque no supieran que era aquel sentimiento, este vivía dentro de ellos.
¿Qué habían hecho mal? ¿En qué se habían equivocado? ¿Por qué tenía que sucederle a ellos? Existiendo tantas constelaciones en el espacio, justo la desgracia se apoderaba de ellos. Y justamente ahora, que su futuro pendía de un débil hilo. Aquella estrella que formaba parte de su constelación, no era Aludra. Estaba enferma, infectada.

-¿Entonces?- preguntó Alwaid con desesperación.
-Tenemos que decirle, así de simple- contestó el mayor con gran calma.
-¿Pero qué le dirás?- Bercrux comenzó a hartarse de las insensantes preguntas de Alwaid -Solo hay que convencerla, decirle el plan y que se lo trague por completo ¿Qué es lo que aún no logras comprender?- contestó Bercrux con notable molestia. Ninguno se percató de la atenta presencia de Aludra. Sin duda alguna, la pequeña estrella se había hecho bastante sigilosa, oportuna en los momentos justos, siempre con algo listo para decir.
Había quedado estupefacta al escucharlos, no entendía aún el porqué sus padres se empeñaban a decidir que hacer con su vida, el porqué trataban de moldearla según su conveniencia. Pero lo que menos lograba comprender era ¿Qué era aquello que tanto les costaba decir?
Ellos nunca se habían quedado callados, nunca se guardaban nada.

-Ya basta Bercrux, hay que decirle...

Entonces ella decidió intervenir.

-¿Decirme qué?

Con suma cautela, Bercrux decidió explicarle todo, bueno, no todo en realidad.

-Nos ha llegado la hora Aludra

Ni toda la calma del mundo la hubiera preparado para lo que se venía..

-Y debemos irnos muy lejos de aquí, esto ya no es un lugar seguro para vivir. Viajaremos a una galaxia no tan lejos, en la cual podremos comenzar de nuevo con nuestras grandes vidas...

Ahora todo era tan claro, ahí estaba la razón de todo. Su maldito egoísmo y sed de poder no los dejaba pensar claramente y ver como eran en realidad las cosas. ¿De qué vida hablaban? ¿Por qué tenían que huir de algo que tarde o temprano tenía que suceder?
No estaba dispuesta a dejar lo único que le daba razones para seguir con su estúpida existencia.

-Nos desprenderemos uno a uno, tu iras encabezando el viaje. Para alumbrar el camino a nuestro nuevo hogar, cosa que nosotros no podremos a causa de nuestra débil situación. Luego te seguirá Alwaid, y por último iré yo- Aludra los miró con tristeza y desconfianza -está en ti, el destino de los Andrómeda. Tu nos puedes llevar a la gloria y mantenernos con vida, mantener a la familia. Tienes que aceptar... Hija.

Oh no, lo había dicho ¿Realmente había usado aquella palabra?

Sí, realmente la había llamado hija.

No importaba en que circunstancias, ni con que finalidad lo había dicho. Lo único que importaba era que sí lo hizo. Nada se comparaba con la pequeña felicidad por la que Aludra estaba pasando en esos momentos. Una simple palabra y ella ya había caído.

Oh, que ilusa eres pequeña y tonta estrella

A Bercrux y Alwaid no les importaba esperar por una respuesta, por que ya sabían que ahora todo estaba a su favor, y toda la espera fue resumida en siete cruciales palabras en nuestra historia.

-Está bien, por la familia lo haré.

°°°
Hola, yo nuevamente.
Disculpen la demora, pero llego con muchos regalos wiii.
Subiré tres capítulos seguidos, desde ahora la mayoría de estos tendrán una canción especial. Que en lo personal fueron las que me ayudaron en el proceso de escritura de la historia.
Y para finalizar esta tonta y larga nota de la autora decirles que ¡muchas gracias por leer, votar y elegir esta historia! Es demasiado importante para mi.

Los quiero
                    - Tika

Aludra Andrómeda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora