El comienzo de una larga historia

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Hola, me llamo Jaime y bueno, te voy a hacer un pequeño resumen de mi vida hasta ahora.

Tengo 16 años, cumplo 17 en octubre, y voy al único instituto de mi barrio, un instituto de niños ricos en el que no pinto nada. Me han expulsado de dos colegios por mal comportamiento (por peleas que yo no empecé pero sí acabé) y mis padres me han dicho que a la próxima me internan, así que lo único que me queda es aguantar las burlas y no meterme en ninguna otra pelea... si fuera tan fácil...

Es lunes por la mañana y tengo clase de física a primera, así que imaginaros las ganas que tengo de levantarme... exacto, ninguna. Me levanto media hora tarde y cuando veo el despertador me pongo a vestirme rápido mientras hago la cama y cojo dinero para desayunar en el instituto. Voy corriendo a la parada mientras veo el bus llegar... e irse sin mí. Un magnífico comienzo de semana, vaya. Además llueve, y me he dejado el paraguas en casa, así que me quedo bajo la lluvia empapándome durante diez eternos minutos hasta que al fin pasa el siguiente bus. Cuando al fin llego a clase, sin haberme dado tiempo a desayunar, me siento al lado de mi mejor amiga Pati, que me echa la bronca como cada vez que llego tarde.

- Le he tenido que decir que estabas en el médico para que no dijera nada.

- Gracias, gracias, mil gracias .

- Pero es la última vez ehhh.

- Sí sí, tranquila - Le digo esbozando una sonrisa porque los dos sabemos que no será así.

-JAIME, ENCIMA QUE LLEGAS TARDE NO ME DISTRAIGAS A PATI. - Me grita la profe y no podemos evitar reírnos.

Tras la hora de física y una aburridísima hora de mates toca un breve patio de 20 minutos que, irónicamente, son donde empieza mi infierno en el instituto.

- Hombre, pero si es el bicho raro. - Me dice riéndose Santiago.

Para que os hagáis una idea, recordar todas esas series y películas de institutos americanos donde el capitán del equipo de fútbol americano es un matón y además el chico más popular del instituto. Bien, pues ese era Santiago, el capitán del equipo de fútbol (no americano) que tenía a todas las chicas a sus pies y que, por supuesto, había ido a tomarla conmigo desde que llegué.

- Te he llamado, subnormal. O es que además de ciego también estás sordo cuatro ojos?

Ah, se me había olvidado mencionar que soy miope, no demasiado, pero lo justo para tener que ir con gafas si no quiero llamara "mamá" a una desconocida en la cola del supermercado. Pero tranquilos, no estoy sordo.

- Déjame Santiago. - Le digo con los ojos en blanco, ya harto de sus insultos diarios.

- ¿Qué has dicho repelente? - escucho de fondo a todo el equipo de fútbol riendo de fondo, como con cada cosa que dice, por poco graciosa que sea para variar.

- Pues que me dejes ya en paz, que estoy cansado de que siempre tengas que insultarme a mí, ¿llevas ya 5 años así y aún no te cansas? - Le digo poniéndome frente a él.

Voy a remarcar que aunque sí que está fuerte, mide tan solo 1.60 mientras que yo mido 1.80 así que a mi lado, bueno, digamos que no parece demasiado alto.

- ¿Me estás retando, subnormal?

Aun que me moriría de ganas de partirle la nariz, debo recordar lo que me pasaría si me metía en otra pelea, así que agacho la cabeza y me doy la vuelta.

- Oh, ¿el nene tiene miedo? - Me dice Santi acabando con mi paciencia.

Me giro rápidamente enfadado para darle un puñetazo directo a la cara, cuando me encuentro a una chica entre él y yo mirándome a los ojos.

- En serio, parecéis niños pequeños peleándoos por una tontería. 

Y... esa es Rubi. La chica más perfecta del instituto. Una mirada en la que perderse, un pelo larguísimo y ondulado, unos labios preciosos que dibujan la sonrisa más bonita sobre la faz de la Tierra y, bueno, la novia de Santi...

De repente Pati me agarra del brazo tirando de mí mientra me quedo embobado mirando a Rubi.

- Vayámonos ya, al final solo vas a conseguir que te echen y no vas a poder volver a ver mi preciosa cara. - Me dice Pati en una mezcla entre enfado y risa.

Pati es así, aunque tiene novio, siempre me dice cosas como esa, porque bueno, para eso somos mejores amigos y estamos mal de la cabeza.

- ¿Me acompañas a la biblioteca? - Le digo a Pati cuando ya se me ha pasado el enfado.

- Vale, pero prométeme que no te vas a pelear con ese chico, ya sabes que es imbécil, pero no quiero que te tengas que ir de aquí y no voy a estar siempre para salvarte el culo.

- Vale, trato hecho...

Últimamente en este instituto me encanta ir a la biblioteca. No es que tengan unos libros increíbles ni nada, pero, ¿a que no os imagináis a un matón en una biblioteca? Bien, pues eso lo convierte en mi búnquer personal, donde se a ciencia cierta que nadie me va a hacer más daño del que me hará a la vista un libro mal escrito o al corazón un buen drama.

Tengo mi clase de inglés, un par de exámenes seguidos que me ocupan el patio completo y una clase de química que decido saltarme para salir antes y no cruzarme con nadie a la salida. Sin embargo, me encuentro a Rubi y me acompaña a la parada de bus.

- Lo siento por lo de antes Jaime. Ya sabes que a veces Santi se pone algo agresivo...

- Y sin embargo sales con él - Susurro esperando que no me oiga.

- ¿Qué has dicho?

- Que lleva siendo así ya 5 años, tranquila, ya me voy acostumbrando.

- Ya... bueno adiós, que yo tengo que usar la otra parada. - Esboza una sonrisa de oreja a oreja y se va corriendo para no perder su bus.

Espera un momento... se sabe mi nombre. ¿La chica más espectacular del instituto de sabe el nombre de un inútil como yo?

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⏰ Last updated: Mar 04, 2018 ⏰

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Un amor singularWhere stories live. Discover now