¿En realidad como empezó todo ese desorden?
Al inicio encontró varias cartas anónimas en el buzón de correo de su casa, después de haberlas ignorado y enviado directamente a la basura sin siquiera abrir el sobre al ver el nombre de su remitente o después de abiertas ver la molesta letra o saber sobre la pulcra redacción de quien estuvo enviando tantas cartas con insistencia.
Al inicio le molestó leer toda la retahíla redactada solo para al final citar un lugar en Nishi Shinjuku, a veces en lugares concurridos otras veces en restaurantes tradicionales, después de dos semanas de recibir alguna invitación finalmente aceptó; no era porque le estuviese cumpliendo el capricho a ese molesto sujeto que siempre vestía de negro, en realidad era porque su curiosidad no le dejaba dejar de pensar en que nuevos planes tendría el sujeto que provocaba caos el 99% de las veces en Ikebukuro.
Para cuando se decidió a ir fue algo que sin duda siempre recordaría como algo bizarro e incluso surrealista; básicamente no había llevado su clásica ropa de barman, era fin de semana y había aprovechado para estrenar un atuendo nuevo que le había regalado su hermano menor, eran prendas de diseñador, lo cual le hacía lucir un poco más atractivo y fresco que con su habitual uniforme.
Al llegar al lugar le pareció interesante, podía ver gran parte de la ciudad desde allí, demasiado ostentoso para su gusto, pero, no podía quejarse, de hecho, tal vez podría invitar a su hermano en agradecimiento por todo, de todas formas, tenía algunos ahorros, no específicamente eran para gastarlos en comida, pero su hermano siempre merecería lo mejor de su parte.
Al llegar pudo visualizar a través de las ventanas el atardecer y su contraste con el color marrón que adorna la mayor parte del lugar, el ambiente es demasiado acogedor como para querer irse y ya es demasiado tarde para arrepentirse porque a pesar de la ira que siente por ese sujeto de nombre Izaya, le complace hacer algo fuera de lo ordinario, porque está seguro de que no será capaz de idear algún plan macabro o de envenenarlo con algún químico que no le hará ni cosquillas en su organismo, además está lleno de personas e Izaya no es capaz de asesinar a alguien directamente.
Pasa a través de las mesas acompañado por una de las personas que trabajan en el lugar hasta que le indican en donde está sentada la persona que le hizo aquella invitación, en la mesa ya hay algunas cosas de comer, pero no son precisamente sus predilectas, más la forma en la que están servidas parecen más apetitosas de lo que alguna vez pudo esperar de aquellos platos.
Sin despejar la mirada de la comida y con Izaya mirándolo fijamente sabe que no hay vuelta atrás por las malas y que deberá actuar sin violencia si no quiere pasar el resto de sus días intentando pagar el mobiliario de un sitio tan costoso.
En la mesa hay suficiente sushi para ambos, lo cual explica porqué no han pedido su orden y porqué hay dos palillos de su lado de la mesa.
—Pensé que seguirías ignorando mis invitaciones— Izaya sonrió y pudo visualizar sus ojos rojizos fijamente —¿Te has tomado el tiempo de leer alguna de mis cartas?— Esa sonrisa traviesa que tanto le caracterizaba dejaba ver a simple vista la respuesta de Shizuo —No, no he leído ninguna de tus cartas, solamente la última— Pero en realidad no había sido así, mintió, como lo haría ese sujeto que tenía en frente —¿A qué se debe el invitar a tu enemigo a un lugar tan costoso?— La reacción de Izaya fue más inesperada de lo que pensó Shizuo; Pasó por entre sus manos los palillos un poco nervioso y los puso sobre una base de madera —La respuesta es muy simple, Shizu-chan— Esperó lo peor, algo como "porque he mandado a secuestrar a tu hermano en lo que tu y yo hablamos" o un "Nuestra tregua se acabó" de por si llevaban sin pelear en un rango de seis meses, en los que ni siquiera se vieron mucho en lugares que transitaban en común en algún lado de Tokio —¿Es una declaración de guerra u algo que hará que mi ira vuelva a hacer que destroce todo?— Izaya hizo un gesto con la mano, simulando un "no inventes" más una risita nerviosa que según Shizuo sonaba como a algo malo —Me gustas— solo bastaron esas dos palabras para poner su mundo de cabeza.
La cena transcurrió en silencio la mayor parte, fue de las mejores cenas de su vida, de una u otra forma amena, incluso por más vergonzoso que pudiese sonar, casi acabaron haciéndolo en un baño público cercano al lugar...
Solo bastaron menos de dos meses para que aceptara la proposición de Izaya, nunca supo si fueron las palabras convencedoras de él o si de verdad estuvo alguna vez listo para todo lo que eso conllevo.
Recordar eso fue un poco triste, si el Shizuo de ese entonces hubiera pasado por la situación actual o si ambos Shizuo hubiesen estado al mismo tiempo en esa situación, de seguro el Shizuo del pasado lo hubiese golpeado, de seguro el Izaya de ese entonces también se hubiese decepcionado.
Se levantó de la cama en busca de una toalla, una taza con agua y un botiquín, no sin antes vestir a su amante con una camisa sin mangas y una pantaloneta.
El termómetro marcó 39.5°C, para cuando puso el paño con agua tibia sobre Izaya; unos minutos después pudo verle abrir lentamente los ojos, aún debía buscar la causa de la fiebre tal vez sus supuesta pareja puede decirle que ha pasado, pero duda que pueda decir algo específico como solía decirlo él cuando aún lo recordaba todo —Menos mal despiertas, Izaya— Shizuo puede ver claramente que los ojos medio abiertos de Izaya luchan por mantenerse así, comprende un poco ahora lo mucho que debe estar cansado, según algunas búsquedas aleatorias en internet ha podido comprender medianamente el significado de las palabras técnicas de los exámenes médicos que leyó anteriormente, le relaja un poco el hecho de ver esos pálidos ojos rojos. Por ahora quiere que el bastardo que tiene por novio se relaje un poco más, pero no puede, Izaya se queja en voz baja por el dolor de cabeza y Shizuo le da algunos besos en el cuello mientras intenta decir que pronto todo estará bien, pero en realidad no sabe qué debe hacer, comprar analgesicos tomará algún tiempo, porque no sabe en donde los guarda Izaya y en lo que ha buscado no ha encontrado nada. Shizuo no conoce nada, tampoco quiere llamar a Shinra por indicaciones sobre qué debe hacer, porque no quiere perder su orgullo contra esa persona a la que le confesó recientemente que no quiere continuar con su actual relación, pero que en respuesta lo único que hizo Shinra fue reírse despreocupadamente diciendo cosas insensibles sobre él y su forma apresurada de pensar.
—Iré por analgesicos, quedate aquí, por favor— Izaya no responde, nada más lo mira, no cree en realidad poder escapar de alguien como Shizuo, alguien que sabe tanto de él, mientras que por su parte él a duras penas reconoce brevemente Shinjuku y esperar por Shizuo no es tan malo como parece, pese a que es insensible con las palabras suele demostrar otras cosas con acciones y eso le lleva a pensar que él es alguien demasiado amable pero tal vez ha estado pasando por un mal día.
La espera no es corta y no sabe porqué Shizuo tarda tanto, pero después de más o menos media hora de esperar bajo una manta delgada que ha puesto el rubio antes de salir, justo cuando está por quedarse dormido el hombre rubio regresa con una taza de té y algunas pastillas para él, deja todo en la mesa de noche que hay justo al lado de la cama, toma la toalla que hay sobre la frente de Izaya, la sumerge sobre el agua y posteriormente vuelve a ponerla sobre su cabeza, Shizuo ha forzado la venda que hay sobre su cabeza y la ha roto intencionalmente porque ha quedado emparamada después de haber puesto aquella toalla después de tanto tiempo.
Él le da unos cuantos besos y a su vez le pide amablemente que debe comer algo y tomar lo que ha traído, honestamente él no quiere, pero no puede evitar sonreír y taparse la cara con las manos porque siente pena de que ese sujeto éste siendo tan amable con él, para Shizuo esa expresión es adorable y no puede evitar devolverle la sonrisa.
Aclaraciones:
Según lo que ya varias personas con las que he hablado que han estado en cuidados intensivos no es conveniente que te levantes o hagas mucho esfuerzo y en algunos lugares incluso no te dejan levantar de la cama.
El restaurante que quise describir en el capítulo, existe en realidad, se llama Kozue.
Notas: Me he tardado un montón en escribir algo tan romántico pero que ha sido nada más el resultado de lastima y remordimiento, espero que haya sido de su agrado leer esto.
ESTÁS LEYENDO
Should I remember you?
Fanfiction¿Todo seguirá yendo de mal en peor? Después de una serie de eventos desafortunados con la supuesta persona con la que mantenía una relación de solo apariencia y sexo ¿Logrará realmente aclarar su mente y su relación? O simplemente tomarán por disti...