Capitulo 32

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ALESSANDRA.

Cierro los ojos tratando de conciliar el sueño, han pasado un par de semanas desde que me deshice  de la estúpida de Kate, e estado encargándome de Aiden, lo dejo y recogo de la escuela, por ningún motivo dejare que alguien vuelva a acercarcele, a excepcion de algunos miembros de mi manada, que tienen orden de que ninguna mujer se le acerque. E tratado de explicarle sobre lo que sucederá en muy poco tiempo, pero no entiendo porque me dan nervios, nunca había sentido estos nervios, nose que reacción podría tener al enterarse de que muy pronto sera al igual que yo, o al menos una parte de el, por otra parte esta lo de su transformación como brujo, siento que va a ser mucho para el, pero es lo mejor. 


Al día siguiente.... 

Frunzo el ceño al sentir el sol golpear mi rostro, joder, no me quiero levantar. - Buenos días... - instintivamente sonrió al escuchar su voz, me remuevo aun con los ojos cerrados y me acerco a él.

- Muy buenos días. - habló sintiendo su brazo enrollar mi cintura. Abro mis ojos un poco desorientada por la luz que golpea mi rostro, cuando consigo enfocar mi vista sonrió al verlo. - Hoy amaneciste muy guapo. - susurro juntandome mas a el, escuchar su tímida risa me hace sonreír alegré.

- Tu amaneciste igual de hermosa que siempre. - inesperadamente siento mis mejillas teñirse de un color carmesí. - ¡¡Oh por dios!!, te has sonrojado. - escondo mi cabeza en su cuello al escucharlo, nunca había sentido esto, mas bien, nunca me había sonrojado. - Shh. - hago un raro sonido con la boca tratando de callarlo, obviamente bromeando.

- La gran Alfa Alessandra Haynes Lawrence se a sonrojado!, no lo puedo creer, te vez hermosa. - dice tomando  mi rostro alejándome de su adictivo olor. La yema de sus dedos hacen pequeños masajes en mis mejillas. - No le digas a nadie. - murmuró mordiendo mi labio, toma una pose pensativo. - Que podría obtener a cambio? - habla sonriendo acercando su rostro al mío, mis ojos recorren cada centímetro de él, admirando su piel blanca, su pelo negro, sus pobladas cejas, sus largas y gruesas pestañas, sus magníficos ojos azules, joder, esos ojos son mi perdición.

 - Que podría obtener a cambio? - habla sonriendo acercando su rostro al mío, mis ojos recorren cada centímetro de él, admirando su piel blanca, su pelo negro, sus pobladas cejas, sus largas y gruesas pestañas, sus magníficos ojos azules, joder, e...

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- Mmm... Quizás no contarle a nadie tu problema para hablar. - digo conteniendo la carcajada que tengo en mi garganta atorada. - Porque ya sabes, "Lo ultimo para el final". - inmediatamente me agarro a reír fuertemente, un día estábamos hablando sobre una película que estábamos viendo, y empezamos a criticarla, cuando de repente lo escuche decir eso, dure como media hora riendo.

Mi panza empieza a doler después de unos minutos, por la fuerza en la que río. - Si para escuchar esa hermosa risa debo de decir una estupidez, lo haré mas seguido. - mi risa cesa al escucharlo, tomo una profunda respiración tratando de calmarme, sonrió cuando sus brazos toman mi cintura y mi cuerpo se pega al de él.

- Tendrás que trabajar duro. - hablo mirando sus ojos con diversión, se encoje de hombros y notó como sus labios van formando una bella sonrisa. - Vale la pena. - corto la distancia que hay entre nosotros y en segundos siento mis labios al compás con los de él, es un beso lento disfrutando del momento, sus labios juguetean con los mios, jadeo de placer cuando da una leve mordida a mi labio inferior.

- Que te parece si vamos de compras y aprovechamos y compramos trajes de baño, para meternos un rato a la piscina? - beso sus labios y el asiente desorientado, concentrado en el beso.

Subo arriba de él, colocando mis piernas a sus costados, me toma de la cadera haciendo masajes en ella, paso mi lengua por sus labios separándolos, pero no la meto. - Vamos se nos hará tarde. - bajo de él sonriendo al ver la expresión de confusión en su rostro.

- Ponte algo cómodo que compraremos muchas cosas. - espero que le guste la sorpresa que le tengo preparada.

(...)

Bajamos las grandes escaleras de nuestra casa en silencio. - Te vez muy sexy. - susurro en su oído y noto en sonrojo que se empieza a hacer presente en sus mejillas. - Tu no te quedas atrás. - beso su mejilla y lo detengo antes de abrir la puerta.

- Aiden... Te tengo una sorpresa. - hablo tomando sus manos, el frunce el ceño y me acerca a el. - Dios que no sea un payaso. - río cuando lo escuchó. - ¿Porque tendría que ser un payaso?. - pregunto. -  Ya sabes, películas que me hacen ver en contra de mi voluntad. - ahora entiendo, vimos una película de terror y venia algo similar a esto.

- Tranquilo, te encantará. - sonrió y sin que se lo espere, tapó sus ojos con un listón que ordene que dejaran ahí. - Vamos. - con la mano que tengo libre abro la puerta y lo guió a unos metros ya fuera de la casa.

- Abre esos bellos ojos. - susurro en su oído atrás de el, lo hace y abre sus ojos sorprendido. - E-es una brom-ma?. - pregunta nervioso, niego divertida al ver como sus ojos miran con sorpresa el auto que se encuentra enfrente de nosotros. - Ten las llaves de tu hermoso Lamborghini Huracán. - tomo una de sus manos y dejo las llaves del deportivo en ella.

- Anda ve a echarle un vistazo. - habló sonriendo por su expresión. - Gracias por todo amor. - dice acercándose a mi y dándome un pequeño beso.

30  minutos después...

Entramos al centro comercial captando algunas miradas de los dos sexos, en todo el camino Aiden venía agradeciendo me por el río regalo que le hice.

Entramos a varias tiendas comprando la ropa que nos gusta, no soy muy fan de venir de compras, pero Aiden ya la nesecitaba, por él hago lo que sea.

Llevamos un par de horas aquí, eligiendo y probandonos ropa, no e pasado por alto como algunas mujeres se comen con la mirada a mi Aiden.

- Se te ve muy bien. - lo observo por el espejo y lo encuentro con la vista en mi cuerpo. - Tu crees?. - me volteo quedando de frente, cuelgo los brazos alrededor de su cuello y sonrió cuando pasa saliva.

- Todo se te ve bien.

Aiden.

Sentir su nariz dando leves rozones en mi perfil me hacen pasar saliva, bajo nervioso mis manos a sus anchas caderas y las masajeo. - Creo que si me llevare este vestido. - dice susurrando en mis labios, yo asiento de acuerdo, le queda muy bien. Toma mis manos y las baja a su trasero.

- Quizás así obtenga mas miradas. - notó la diversión en sus ojos y por alguna extraña razón, siento un poco de celos. - ¿No hay otro? - preguntó ladeando mi rostro, ella ríe, pero niega. - Creo que este esta perfecto. - yo asiento juntando mis labios sin decir nada. - No te preocupes que tu me lo quitarás.

Casi me ahogo con mi propia saliva al escucharla, me toma de la nuca y choca nuestros labios en un apasionado beso, tardo en seguir celo pero lo consigo, mis manos se pasean por su trasero tímidamente y apretándolo un poco.

- Joder. - murmura y vuelve a chocar nuestros labios, esta vez metiendo su lengua en mi cavidad bucal explorándola. Mi lengua se enrrolla con la suya y mis labios la apricionan un poco.

(...)

Apago el coche al estar frente a la mansión de Alessandra y bajamos observando a los chicos que están fuera de la casa siempre. - Dylan, suban las bolsas a mi recámara.

Habla Alessandra con ese aire de superioridad que la caracteriza, el trata de decirle algo pero por lo visto ella no lo observa. - Vamos Aiden. - trato de decirle que el le habla pero me callo cuando alguien sale de la casa y besa a MI Alessandra.

Oh no.

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Lo siento por no subir, estoy un poco triste, y e tenido exámenes

Mi Mate, Solo MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora