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- Debido a que estás mintiendo. - dijo Ruggero.
- Cállate de una puta vez, monstruo. - gritó Male.
- ¡Silencio! - gritó la Sra. Benson. - Cálmense. Ahora, es la última vez que te lo pido antes de que llame a la policía. Dime la verdad.
Me miró.
- Yo no sé nada. - me encogí de hombros. - Estaba con Ruggero.
Miró a Ruggero.
- La verdad es que no pasó nada. - gruñó.
Male se burló. - ¿Y cómo ibas a saberlo? Estabas demasiado ocupado controlando a Karol para ver lo que está sucediendo delante de tu cara.
- Lo que está sucediendo delante de mi cara es que te has convertido en una puta.
- No digas eso, Ruggero.
- ¿Por qué...?
- Todo es irrelevante. - sonó molesta. - Sólo pido la verdad.
- Me quedo con lo que dije antes. Ese pervertido trató de violarme.
- ¿Segura?
- Sí. - dije Male, exasperada.
- Muy bien. - y descolgó el teléfono. - Voy a llamar a la policía. El culpable pagará por sus acciones.
- No lo hagas. Por favor, Sra. Benson. - rogué.
- Lo siento, Karol pero no tengo otra opción. Esto es un asunto muy serio y la policía, tanto como los padres, deben ser informados.
- ¿Nuestros padres? - manifestó Male
- Por supuesto. - asintió. - Tienen derecho a saber qué está pasando con sus hijos. ¿Hay algo que quieran decir antes de que llame?
Negué. Ruggero gruñó.
-Male.
La Sra. Benson marcó el número nueve. Me sentí enferma. Mi estómago se revolvió. Levantó otro dedo y presionó otro botón. Dragones volaban por mi estómago y podía sentir el inicio de un dolor de cabeza. Sólo otro botón, otro botón más, y luego estaríamos metidos en un lío. Levantó el dedo, iba a marcar el último número.
- ¡Espera!
Todos nos volvimos hacia Male, parecia asustada.
- ¿Sí? - preguntó.
- Mentí, no llame a la policía. - confesó.
Di un grito ahogado y Ruggero dio un puñetazo en la mesa.
- ¡Eres patética! - empujó la silla hacia atrás y se fue.
Male era patética, tenía que estar de acuerdo, mintió sobre algo muy grave. ¿Cómo podía?
- Déjanos,Male ,Karol y yo tenemos que hablar. - colgó el teléfono, con una mirada profunda.
Miré la cara de Male.
- No puedo creerlo, Male.
Cuando estaba a punto de abrir la puerta, la Sra. Benson me llamó. - Ah, y dile al Sr. Staples que vuelva a su clase, hablaré con él más tarde.
Asentí y salí. En el pasillo, vi a Ruggero con el Sr. Staples.
- Gracias. - murmuró el Sr. Staples.
- No me de las gracias. - dijo Ruggero.
- ¿Señor? - lo llamé, caminando hacia ellos. - La Sra. Benson dijo que puede volver a su clase y que hablara con usted más tarde.
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Asintió y sonrió. - V-vale. - dio media vuelta y se alejó.
Me acerqué a Ruggero - ¿Qué paso?
- Le estaba diciendo que lo sentía, él es un buen hombre que fue acusado sin ninguna razón.
- Lo sé. - hice una pausa. - ¿Por qué crees que Male hizo eso?
- No lo sé, la maldita puta sólo quería llamar la atención.
- ¡Ruggero! No digas eso. ¡Es tu hermana!
- ¿Por qué no? Ella fue la que te dio la idea de romper conmigo, ¿no?
- ¿Por qué no puedes dejarlo?
- Porque no quiero. Rompiste conmigo por ella. - escupió. - Es la perra más astuta que he visto nunca.
- No hables así de ella. - espeté.
Male podía haber mentido, habernos metido en problemas, pero seguía siendo mi mejor amiga.
- Es tu hermana, no tu enemiga.
- No es mi hermana. Está muerta para mí.
- Bueno, entonces, si está muerta para ti, entonces estoy muerta para ti. - grité.
Hubo un silencio conmocionado en el que ambos nos miramos. Un tornado de emociones se apoderó de la cara de Male y de repente deseé poder recuperar mis palabras. Di un paso atrás inconscientemente, no me gustaba la mirada en los ojos de Male. Él dio un paso hacia delante.
- Sabes decir las palabras exactas en el momento adecuado, Karol.
Mi espalda chocó contra la pared, y mi hombro chocó con algo, me volví para mirar y vi que era la alarma de incendios. Cuando miré hacia delante, Rugero estaba cerrando la distancia entre nosotros. Electricidad crepitaba en el aire junto a nosotros. Nuestros cuerpos estaban tan cerca que casi se tocaban, pero no del todo.
Suspiró profundamente, dejando que la de aire pasara por encima de mí.
- ¿Por qué me torturas, Karol? - su aliento hacía cosquillas en mi nariz.
Moví la cabeza a un lado cuando su nariz se acercó a mi cara. Una sensación de déjà vu se apoderó de mi cuando me atrapó en sus brazos, con las manos a cada lado de mi cabeza.
- ¿Qué harías si te besara? - susurró, su mejilla contra la mía mientras me hablaba al oído.
Te lo devolvería. Tragué saliva con fuerza y abrí la boca para hablar, pero Ruggero se adelantó.
- Lucharías y me rechazarías. Me dirías, déjame en paz. - entrecerré los ojos, pero no hablé. - Me dices que me odias. Te alejas y coqueteas con otros chicos. Les preguntas si te pueden llevar a la escuela. Te defiendes. - inclinó la cabeza, y sentí su lengua en mi cuello, mordisqueándolo.
Empujó mi pelo, su lengua causaba sensaciones en mí inexplicables. Sus brazos me agarraron con fuerza, empujándome contra su acalorado pecho, su lengua lamía mi cuello, me besaba, bajando cada vez más. Sentí sus dientes rozar mi piel, gemí, mordió más fuerte y luché.
- Ruggero. - di un grito ahogado. No me hizo caso y siguió mordiendo y chupando. - No lo hagas. - me empujó contra la pared, su cuerpo entonces golpeó el mío.
- Estás actuando como la puta de mi hermana. - escupió. - Vistiéndote de esa forma, bailando como una puta en las fiestas, coqueteando con los chicos.
Vi sus labios acercarse al decir cada cosa. Me estaba advirtiendo. Actuaba tan distinto. Al igual que sus labios los cuales estaban a punto de estrellarse con los míos, volví la cabeza para que sus labios se encontraran con mi mejilla. Fue un error.
Gruñó, agarrando mi barbilla, y sonrió cínicamente.
- No voy a dejarte,Karol No vas a convertirte en una puta como ella. Sea cual sea la idea que se te pasó por la cabeza, es mejor que la olvides. Lo dijo en serio.
- No sé de qué estás hablando. - dije con los dientes apretados, estaba asustada.
Asustada de lo que Ruggero estaba diciendo, asustada de lo que pudiera hacer.
- No sé de qué estás hablando. - me imitó, su rostro estaba tan cerca del mío. - Sabes muy bien de lo que hablo. - pasó un brazo alrededor de mi cintura, para atraparme.
Traté de empujarlo, no me gustaba la forma en la que estaba actuando.
- Deja de hacer eso. Me haces enfadar. - su tono era frío y duro, envió escalofríos por mi espalda. - A partir de ahora, vas a escucharme. Vas a hacer lo que yo te digo. Eres mi novia y nada que alguien diga o haga cambiará eso. Si te resistes... Bueno, digamos que, no te gustaría lo que tengo en mente.
No discutí, me quedé sin palabras. Ruggero había perdido la cabeza. Esto no era como las otras veces, esto era mil veces peor. Había una promesa escondida en sus oscuras palabras que no me gustaba nada.
Por alguna razón, no quería saber lo que me pasaría si me resistía. No valía la pena. Tal vez, más tarde, cuando estuviera rodeada de gente. Preferiblemente mi padre. O alguien que pudiera protegerme.
Ruggero sonrió sombríamente. - ¿Qué, te comió la lengua el gato?
Respiré profundamente, su voz era burlona. Se había convertido en un monstruo.
- Ahora ve a clase y compórtate y actúa como una buena chica. No coquetees con ningún chico o hagas cualquier cosa que no me guste, ¿entendido?
Apretó los brazos alrededor de mí, me sentí como si fuera un limón y él estuviera tratando de sacar mi jugo.
- Sí. - mi voz salió como un susurro.
- Bien. - comenzó a caminar, hacia nuestras clases, sosteniéndome con fuerza, no me opuse. Porque tenía miedo.
- Ah, es cierto. - se volvió hacia mí. - Ya que somos novios...
Sus labios se aplastaron contra los míos en un beso cruel, lleno de dolor.
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Perdón por no actualizar es que empecé el colegio y es uno de los mejores del país y es super exigente
Chicas si alguien sabe de una página donde pueda ver soy luna me la pueden dar lo que pasa es que soy luna empieza a las 5:00 y yo llegó a las 6:30 a mi casa porfa
Las quiero no se olviden de votar comentar y seguirme las quiero besos😙 ~fefa~
