- ¿Qué tal las navidades?

- No es asunto tuyo – Respondió Ronald Weasley.

Percibió como Hermione le daba un codazo mientras Harry lo fulminaba con la mirada y Ginny Parecía que quería tener unas palabras con su hermano; en lugar de eso, fue ella quien respondió a su pregunta.

- Fue bastante bien, Harry habló con estos dos idiotas ante todos los adultos sobre su pensamiento de que les pertenece como amigo y "llegaron" a la conclusión de que deben darle su espacio a Harry y esas cosas.

- Oh.

- A parte de eso, no estuvieron mal; de hecho el "perro" se lo pasó muy bien, al menos hasta año nuevo – Agregó Harry, hablando con cautela.

Luna ignoraba lo que les había pasado en navidades, parecía que habían tenido una discusión importante y no sabía si quería conocer los términos de esa conversación. Pensó que lo mejor era comentar lo del castillo, aunque era probable que ya lo supieran.

- Umbridge se las apañó para prohibir las navidades en el castillo; no hubo ninguna celebración.

- Eso te pasa por no irte a tu casa – Mencionó Hermione en tono neutro, podía notar que seguía sin caerle bien, pero al mismo tiempo se esforzaba por ser medianamente agradable.

Cogió un pedazo de carne y realizo una ofrenda en el fuego, para Atenea, su progenitora divina; y se disponía a hacer una ofrenda también a Hades y a Deméter cuando notó las mismas miradas de extrañeza que le lanzaban sus compañeros de casa. Algunos en esa mesa también se la lanzaban, sobre todo los amigos de Harry, a excepción de Ginny; tampoco Dean lo hacía. Ellos dos la miraban con curiosidad.

- ¿Por qué haces eso, Luna? – Preguntó Ginny.

- Es una ofrenda a los dioses, mi padre y yo creemos en los antiguos dioses.

- ¿Los griegos? – Preguntó Dean.

- Si, los griegos.

- Esto es una locura – Intervino Hermione poniendo un mal gesto – Los dioses no existen, no hay fuerzas divinas que controlen la naturaleza.

- Es cuestión de creer o no creer – Habló Harry – Y yo creo que hay algo por encima de la magia.

- Harry, pero eso no es posible – Hemione estaba adoptando la actitud paternalista de "yo soy la que lo sabe todo"; una actitud que a Luna no le gustaba, pues era como si lo que pensara, opinara o supiesen los demás valiese mucho menos que lo que ella tuviera que aportar – no tienen ningún sentido ni ninguna base, se sale fuera de las normas; solo son mitos, la gente ignorante lo explicaba todo con ellos, pero no son reales – Hablaba con contundencia, hasta el punto de llamar la atención de los compañeros de Gryffindor más cercanos a donde estaban – La ciencia lo explica todo, y la magia también, por supuesto que hay cosas que no pueden implicarse, pero por favor, ¿dioses?; eso es simplemente de ignorantes, de críos...

- Bueno si existiesen y no les hago una ofrenda se ofenderían – Le cortó Harry para disfrute de Luna y de muchos más en esa mesa – Y en el caso de que no existan ¿Qué importa hacerles una ofrenda?, total la mitad de toda esta comida va a terminar en la basura, así que... ¿Por qué no quemar unos trocitos? – Agregó con una sonrisa sarcástica que la propia Luna le había visto a Hades.

Luna miró de reojo a Harry, como este terminaba de servirse en su plato y como después de esto, cogía de su propio plato y ponía en dos más pequeños algo de comida. En uno de ellos puso parte de su pollo y en el otro parte de su ensalada, una ensalada con maíz y frutos secos. Luego sacaba su varita.

- Harry amigo, no tienes por qué seguir con esta locura...

- No es una locura, Ron. Esto no es más locura que admirar a unos jugadores de Quidditch como si el mundo dependiese de ellos o creer que los libros son la única verdad existente en el mundo – Objeto Harry en un tono muy serio, sin dejar de apuntar a la comida que iba a ofrendar – Incendio – Primero, prendió el pollo y después la ensalada – Hades y Deméter, ruego que aceptéis mi ofrenda.

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