Capítulo 17

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―...en la noche decidí dejar de insistir en llamarle hasta hoy en la mañana pero sigue sin contestar. No entiendo porque tiene un teléfono si no contesta en una emergencia. -Termina de decir Jess evidentemente molesta.

―Tranquila. Le debió de surgir una emergencia en la empresa. -Dije encogiéndome de hombros.

―¿Emergencia?. Ni la empresa es más importante que su novia en el hospital. - Reí levemente al verla frustrada. No era normal ver a Jess de esa manera, era más que raro pero, el hecho de que Demián no contestara el celular tampoco era normal.

Entonces una duda surgió en mi. ¿Quien era aquella pelirroja que estaba con Demián?. ¿Era alguien del trabajo?

―¿Jessica?.

―¿Mmm?. -Hizo un ademán de que continuara mientras insistía en llamar a Demián. Antes de poder preguntar un suave golpe sonó en la puerta, Jess aún con el celular pegado en la oreja abrió la puerta. Por ella entró la señora Martha.

―¡Oh dios mio!. ¿Astrid estas bien?. ¿Te encuentras un poco mejor?. -La señora Martha me preguntaba nerviosamente de mi estado.

―Tranquila señora Martha, estoy bien, solo un leve dolor en la cabeza y costillas. -Después de pensarlo unos segundos sintió soltando un suspiro. -¿Jess les llamó?. -Ella asintió.

―Si, nos lo dijo apenas esta mañana, cuando salga regañaré a esa jovencita, ¡mira que avisarnos hasta el día siguiente!. - La señora Martha levantó  dramáticamente los brazos y yo solo reí.

Ambas estuvimos hablando por un buen rato, incluso me pregunto por Demián y no me quedó de otra más que decirle la verdad, pegó (literalmente) el grito en el cielo puesto que no aparecía y no contestaba las llamadas.

―¿Seño.....Martha?. -Corregí rápidamente ya que antes me había dicho que le hablara de tu puesto que ahora somos.....familia.

―Dime querida... -Comencé a dudar un momento, no sabría si me respondería con la verdad o me hiciera caso ante lo que le iba a pedir. Respire sonoramente que hasta me dolió la costilla, de nuevo respiré pero sin hacer tanto esfuerzo antes de hablar.

―Yo....Usted....Espero que no la incomode pero, ¿usted tendrá una foto de Dalia?. -Evidentemente no la incomodó pero si la sorprendió. En cuanto reaccionó saco su celular con una lentitud que me desesperó pero lo oculte. 

Deslizó su dedo por la pantalla del celular, arriba, abajo, derecha y solo falta izquierda....

En fin, en unos segundos dejó de deslizar su dedo y miró la pantalla por unos segundos con expresión nostálgica. Una vez apartó la mirada del aparato, me lo entrego, estiré mi brazo para alcanzarlo y un leve dolor me hizo hacer una mueca pero, no se comparaba a  lo que sentí al ver la foto.

Era ella..... La chica que estaba con Demián era la misma de la foto.....

Las lagrimas no se hicieron esperar, bañaron mi rostro en cuestión de segundos, no solo lloraba por el hecho de que Dalia hubiera regresado si no de que en aquella foto, estaban Dalia y Demián en una fiesta, pero no en cualquier fiesta, era una gran reunión que en la parte de atrás se alcazaba a ver una pantalla con las palabras "Dalia, dueña de mi cuerpo y de mi corazón, ¿Quieres casarte con este hombre que te ama y te amara hasta el fin de sus días?.

Obviamente era la fiesta de compromiso de Dalia y Demián, ellos lucían felices, el tenía un cierto brillo en sus ojos mientras la miraba, un brillo, que no tenía cuando me veía.

Martha se levantó de golpe al ver mi estado, me quito el celular y comenzó a hablarme pero, yo no quería escuchar, no quería hablar, ¡No quería saber nada!.

          

El dolor en mi pecho y nudo en mi garganta era mucho más grande que el dolor de un brazo o costilla rota. 

Entonces fue cuando me dí cuenta que comenzaba a lo que llaman, ataque de ansiedad. Mis manos y mitad de mis piernas entumecidas, un dolor horrible de cabeza junto con mareas mucho peores que el dolor de cabeza. 

Sentí un pinchazo en mi cuello, un poco doloroso pero que en cuestión de segundos, me hizo sentir mucho sueño y cansancio. Mis ojos observaron a una llorosa Martha ser abrazada por Robert quien tenía sus ojos vidriosos.

🔗🔗🔗🔗

Una punzada en mi cabeza me hizo despertar poco a poco. Los momentos  que viví antes de dormir de golpe llegaron a mi.

Demián....

Dalia regreso....

Un sollozo salió desde el fondo de mi garganta, aún intentando no llorar no podía evitarlo.

―¿Hermanita?. ¿Qué tienes, te sientes mal?. 

―So...solo....abrázame. -Extendí mis brazos hacia el quien no dudó en responderme, sentir la calidez de su cuerpo, sentía la tranquilidad que no tenía mas que con Demián. 

Después de un rato de estar abrazados, el se separó de mi y me miro con preocupación reflejada en su mirada.

―Qu.....

―¿Vino Demián?. - No deje que Edgar me preguntará algo, que al punto, quería hablar inmediatamente con Demián tenía que arreglar cierto asunto y si era necesario, terminar con ello de una vez. El preocupado y curioso ante mi cambio de humor, solo asintió. -¿Puedes decirle que pase?.

El asintió aún extrañado asintió y me dijo que vendría de nueva en un rato, no le respondí trataba de hablar lo menos que pudiera, si lo hacía, lloraría. Casi, segundos después de que mi hermano saliera un preocupado y angustiado Demián entró a la habitación. Corrió hacia mi abrazándome y cuando me quiso dar un beso voltee mi rostro haciendo que me besara en la mejilla. El se separó al ver mi comportamiento.

―¿Qué sucede?. -Dio un paso atrás y me miro con el seño fruncido. No sabía como empezar, de hecho, no quería decir nada, quería que el supiera lo que sucedía por medio de mis ojos pero, era imposible.

―¿Donde estabas?. -No quería que por mi tono de voz se diera cuenta de que pasaba algo así que hable de forma neutral. En cuestión de segundos la expresión extrañada pasó a segundo plano y dejo a plena luz a un angustiado y nervioso Demián.

―Eh....yo....la....Hubo una emergencia en.....en con....con la empresa, si eso, hubo un problema con la empresa y no podía contestarte porque estaba reunión tras reunión. -El me miro a los ojos para que le creyera. Y lo haría, si no fuera porque un día antes lo vi con una chica que desconocía hasta ahora, que se que es Dalia.

―Por lo poco que he sabido de los noviazgos, es que la base es la con... -Hice una mueca al tratar de sentarme, Demián se acerco pero puse una mano enfrente para que no se acercara, su expresión dolida hizo que un leve remordimiento me invadiera pero lo deje pasar. Una vez que me senté bien en la cama, proseguí. -....es la confianza pero, creo que tu no confías en mi como yo en ti. Se que estuviste con ella Demián, solo porque vengo de la calle no significa que sea una estúpida como para no darme cuenta que estuviste con Dalia. -Sin aguantar más mis lagrimas salieron nuevamente. Demián palideció ante mi confesión.

―Amor yo.... -Negué frenéticamente al ver sus intenciones de acercarse. El me miro dolido y hable antes de que prosiguiera.

―No....No me llames así....Demián....Duele, no sabes cuanto duele al saber o incluso el pensar que estuviste con ella, no solo en la cafetería y ver como la besas de la misma forma qué a mí. No es lo que en verdad duele, lo que más me duele, es que no me lo hubieras dicho. -Hice un pausa. -¿Hace cuanto regreso?. -El dudó si decirme o no hasta que finalmente habló.

―Un mes....

Y entonces mi pecho dolió más. Mi corazón o lo que queda de el, latía con rapidez y en ese entonces odiaba estar en un hospital ya que estaba conectada a la maquina esa y se escuchaba el ritmo de mi corazón aumentando. No era de emoción, felicidad o alegría, era de dolor, angustia y decepción.

―Me mentiste....durante un mes. -Dije con voz llorosa. Demián tenía la mirada baja y cuando la levanto para verme, el estaba llorando.

―Yo....

―Me iré a vivir con mi hermano. -Interrumpí de nuevo. - Te agradezco de corazón lo mucho que me ayudaste a mi junto con Abel y Kira. No te odio o tengo algún sentimiento negativo hacia ti. -Sonreí con tristeza. -No podría sentir eso hacia la persona que.....amo. Aunque ese amor no sea correpondido. -Sonreía con tristeza mientras más lágrimas bajaban por mis mejillas.

―No Astrid yo.... -El comenzó a negar angustiado aún con lágrimas en sus mejillas.

―Mi hermano irá por las pocas cosas que tengo. No impidas que se las lleve.

―Astrid nena por favor déjame explicarte esto..... -Entonces se acercó a mi y puso sus manos sobre las mías, le sonreí con tristeza.

―No hay nada que explicar Demián. Se que aún amas a Dalia, y no es malo amar a la persona con la que ibas a compartir tu vida, de hecho. -Puse mis manos en sus mejillas y limpie poco a poco sus lagrimas. -Ella se marcho de la manera incorrecta pero, regreso para salvar lo que ustedes tenían. Ella te ama a ti, y...tu la amas a ella. -El dolor en mi pecho crecía al igual que el nudo en mi garganta con cada palabra que fluía. -No tienes porque dudar de lo que tu corazón diga. Eres un gran chico, creo que por eso me enamore perdidamente de ti. Te amo, no tienes idea de cuanto lo hago y lo feliz que sería poder ser la razón por la que tus ojos brillan de felicidad pero, es obvio que ese papel no me corresponde a mi, antes que mi felicidad, esta la tuya. Siempre será así.... -Tiré con suavidad de su rostro y beso su nariz como cada mañana lo hacía.

Mi pecho dolía tanto que me costaba respirar, dejaba ir a la única persona que había provocado sentimientos tan puros y fuertes en mi. La felicidad no estaba destinada para todos pero, si podía dar la mía para que el pudiera ser feliz, aunque sea con alguien más, lo haría una y mil veces más.

―...mi amor.... -Dije por último al ver el rostro de Demián bañado en lagrimas. El no decía nada pero su expresión dolida hablaba por el. La puerta se vio abierta por mi hermano quien nos vio preocupado y extrañado.

Demián no dijo nada, solo me miro, y se marcho.

Entonces yo me solté a llorar en los brazos de mi hermano como nunca lo había hecho, llore y llore. Era incluso más doloroso con los segundos. Me había enamorado profundamente de Demián, el pensar que estuviera con otra chica hacía más doloroso todo pero, el saber que pude dejar que el sea feliz, me quitaba por micro segundos el dolor.

Seguí llorando hasta que caí dormida aún sintiendo esa horrible sensación de soledad.

De nuevo.

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Holiiii!

Aquí esta el caítulo, y largo para justificar toda la semana que pase sin actualizar.

Gracias a las pocas personas que leen mi honesta historia. :D

No se olviden de votar y comentar ;) 

Saludos desde el Estado de México :3

Inefable © | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora