Uno

355 57 23
                                    

—Soy homosexual.

La casa entera quedó en silencio ante la confesión de Chanyeol. No es como si la familia Madness hiciera mucho ruido a la hora de sus alimentos a menos que el tío Jongin y su hijo Jongdae, que vivían en el piso de abajo, hicieran aparición, pero parecía incluso que habían dejado de respirar. Todos lo veían, hasta el gato negro de Minseok. Baekhyun lo veía con los ojos muy abiertos.

—¿Qué dices?— Preguntó la abuela Sojin. Chanyeol pasó saliva, respiró profundo y dijo más fuerte y firme que antes:

—Que soy homosexual. Gay. Me gustan los hombres.

Desde el otro lado de la mesa, su padre le vio con los ojos muy abiertos y el ceño fruncido, causando que sus muy pobladas cejas se juntaran y parecieran una sola. Le vio tensarse por completo y apretar entre su mano derecha el tenedor con el que estaba comiendo su pasta.

—Kyungsoo...— Dijo su madre intentando tomar suavemente la mano libre de su marido. Sin embargo, él se apartó bruscamente, se levantó de la mesa azotando las manos en esta, y se dirigió a su habitación. Ella se levantó también, con un poco de torpeza, y le siguió.— ¡Kyungsoo, espera!

—¡Sohyun!— Exclamó la abuela extendiendo una mano en dirección a donde se había ido su nuera, como si quisiera alcanzarla. Luego tomó su servilleta, se limpió las comisuras de los labios mientras musitaba un par de palabras que nadie logró entender. Se levantó aventando su servilleta a la mesa y soltó un golpe con la palma abierta a Chanyeol en la nuca.

—Así que tú eres el que le está metiendo ideas raras a Baekhyun.

El tío Sehun, tan sólo un par de años mayor que Chanyeol, se levantó también, limpiándose los labios con su servilleta, para luego dejarla suavemente sobre la mesa. Volteó a ver a su sobrino, y negó con la cabeza en signo de decepción. Luego dio la vuelta y siguió el camino que Sojin, su hermano y su cuñada habían seguido. Chanyeol apretó fuertemente los puños mientras se mordía el labio inferior con fuerza. Quería llorar y las lágrimas se arremoliban en sus ojos al borde de salir. Baekhyun, sentado en las sillas de en medio con Minseok comiendo cereal frente a él, se levantó presuroso limpiándose los labios con la lengua y se arrodilló al lado de su hermano mayor.

—Oye. Sabes que lo que dicen no es cierto. Tú no me metes ideas raras. Y está bien llorar—. Dijo acariciándole la espalda baja a Chanyeol con la derecha y volteando su rostro hacia él con la izquierda. Le acarició una de sus enormes orejas a su hermano y Chanyeol rió, derramando las lágrimas que había estado conteniendo, y posó una mano en el cuello de Baekhyun, acercándolo para juntar sus frentes. Minseok se coló entre la mesa y su cuerpo, y le abrazó el torso y Chanyeol rió más.

Su vida no era perfecta. Siempre había sido despreciado por su padre. Kyungsoo, alguna vez estando ebrio, le había recriminado porque gracias a él, había tenido que dejar la universidad y conseguir un trabajo para mantener los gastos del recién llegado. Su abuela, sin ningún tapujo, le había confesado a la edad de cinco años que ella creía que no era hijo de Kyungsoo, porque no llevaban mucho tiempo saliendo cuando Sohyun se había embarazado. Sin embargo, su madre le había acariciado las orejas en ese entonces, y le había dicho que no había duda alguna de que Kyungsoo era su padre. Baekhyun había nacido dos años después que Chanyeol, y Minseok ocho años más tarde. El mayor también había dejado la universidad, aunque no por el motivo de su padre. A Chanyeol lo habían corrido de la carrera y a Kyungsoo no le parecía. En su momento, el de orejas grandes había mencionado que no era bueno en lo que se suponía que estudiaba y que era algo tonto querer obligar a un pianista a que tocara el chelo. Kyungsoo le había pegado.

—¿Vas a comerte tu fruta, Chanyeollie? Últimamente tengo más hambre que nunca—. Dijo Minseok sentándose en su regazo. El mayor le abrazó por atrás recargando su barbilla en su hombro. Maldita sea, Minseok y Baekhyun lo eran todo para él.

—Adelante, Minseokie.

—Deberíamos cantarle una canción a Min, ¿te parece?— Dijo Baekhyun, que se había parado en la entrada del pasillo que llevaba a las habitaciones. Chanyeol le vio y frunció el seño.

—¿Están comiendo maní?

—Pepitas.

—No me gustan las pepitas.— Dijo Minseok masticando un pedacito de sandía.— Saben raro, no entiendo cómo nuestros padres pueden comerlas.

—Nosotros tampoco—. Respondió Baekhyun acercándose para jugar con el cabello de su hermanito. Miró a Chanyeol y este le miró a él. Se sonriéron con ternura. Hasta que un maullido se escuchó y todos voltearon a la entrada.

—¿Solari?— Preguntó Minseok viendo a su gato negro rascar la puerta de entrada. En respuesta, el gato volteó a ver a los hermanos Madness y maulló.

—¡Va a temblar! ¡Baekhyun, ve a avisarles!— Chanyeol se levantó apurado, con Minseok entre brazos mientras Baekhyun se dirigía a las habitaciones para aporrear las puertas y que sus familiares salieran.

Chanyeol dejó a Minseok en el suelo cuando llegó a la puerta de entrada. Se colgó rápidamente la mochila con los documentos importantes que tenían en el perchero al lado de la puerta. Ahí se encontraban todas las actas de nacimiento, cartillas de vacunación, credenciales escolares, un poco de comida enlatada y dinero. Volvió a cargar, en su brazo izquierdo, a Minseok, quien nunca soltó el pedazo de sandía y le rodeó el cuello con una mano pegajosa. Con el brazo derecho cargó a Solari antes de salir y correr por el pasillo para buscar las escaleras que daban hacia abajo. Todos en el edificio habían salido de vacaciones de verano, menos los Madness y los Kim, su tío y primo. Chanyeol pateó su puerta cuando llegó ante ella.

—¡Tío Jongin! ¡Tienen que salir!

La puerta se abrió, pero no era su tío, sino su primo Jongdae, con los ojos muy abiertos. Cuando vio a Chanyeol, cargando al gato, a su hermano, y la mochila, supo que tenía que evacuar.

—Mi padre no está—. Dijo mientras tomaba su propia mochila de supervivencia y se ponía los zapatos. Salió cuando los demás Madness bajaban las escaleras.

La familia entera salió del edificio donde habían recidido toda la vida en el distrito ocho, justo a tiempo. Se pararon a 100 metros del complejo de apartamentos. Y se agacharon justo cuando empezaba a temblar. El cielo siempre gris parecía crujir y las olas del mar chocaban contra el acantilado sobre el que se encontraba su edificio con fuerza, causando un sonido abrumador. Jongdae sudaba mientras se tapaba los oídos, intentando calmarse en vano con el recuerdo de su madre muriendo en un temblor. Baekhyun miraba el pequeño dispositivo de alerta en forma de disco de hockey que el gobierno le había proporcionado a la familia Madness. El dispositivo aún no sonaba, pero el sismo ya estaba terminando.

El suelo crujió, sacudiéndose bajo ellos. Sohyun chilló y Jongdae se abrazó a Sehun, llorando. Poco a poco, la tierra alrededor del edificio empezó a quebrarse y con una sacudida el edificio entero cayó al mar. El dispositivo de alerta sonó finalmente. Jongdae se desmayó.

MADNESS [EXO; CHANYEOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora