Perdidos

Ep. 4 - La vida es cruel

¿No les a pasado que se llegan a sentir confundidos, pensando que su vida es la peor?. Sin razón para seguir aquí. Perdidos, en pocas palabras.

En esos momentos que no sabes ya que sentir, que piensas que has vivido todo para ya no sentir nada, que ya no conoces la felicidad, el amor, el miedo, el dolor. Pero de repente, alguien te abre los ojos, ahí es cuando despiertas del hechizo con el que has vivido toda tu vida, y te pones a pensar, que todo este tiempo tenias en mente que tu vida era la peor de todas, y llegaste a pensar en métodos para dejarla. Y ahí es donde te das cuenta de que nunca tuviste una razón para hacerlo. 

Donde alguien te puede enseñar lo dolorosa que llega a ser la vida para algunas personas. Donde te pones a pensar que esa persona daría todo por tener una vida como la tuya. Esa persona a vivido lo peor de todo, el si conoce el verdadero dolor de la vida. 

Y todo este tiempo has vivido engañado en tu propia mentira, con todo, la excusa de la perdida de un familiar. Pero.. y Jack?

El a tenido que soportar casi toda su vida el maltrato de un persona solo por algo material. La vida es cruel, ¿sabían?, la gente es cruel. La sociedad se a perdido con el paso del tiempo, ya no es como antes. Ahora solo ves niños encarcelados bajo su propio celular, gente corrupta, mas muertes y asesinatos, robos, maltratos.Mientras que la gente se va perdiendo poco a poco bajo las manos de la mentira y el vicio. Aveces te preguntas.. ¿hasta donde llegará la gente? ¿Cómo terminará la sociedad?.

La respuesta llegó en poco tiempo. Chicago fue el primero en conocerla. Tras "la falla", todo se aclaro. No tenía otra pregunta, no necesitaba otra respuesta.

-Gracias Sky.. - dijo Jack con la voz entrecortada, lográndome sacar de mis pensamientos, no respondí nada.

Lo único que se me vino a la mente fue, los chicos. Jack se separo de mi rompiendo el abrazo. Le propuse que se viniera conmigo, que se quedase a vivir con nosotros. Pero rechazo la propuesta. No tenía que insistir, pues si el no quería, tenía que respetar su respuesta.

Tome mis cosas, Jack me acompaño hasta la puerta, recargándose sobre el marco de la puerta, me di media vuelta quedando frente a el. Le di un abrazo, me alcé sobre mis puntillas para después darle un ligero beso sobre su mejilla. Su altura era mayor que la mía, así que era necesario elevarme un poco mas de lo normal para poder igualar un poco su altura a la mía.

Seguí el pequeño camino que había recorrido hace un par de horas. No evite ver el cielo, ya había amanecido, el sol brillaba fuertemente, mientras que lo árboles cubrían lo que podían la entrada de este. Llegando hasta el pequeño lago ,viendo donde se encontraba la cabaña, y los chicos junto a ella un poco desesperados.

Baje el camino rocoso de piedras y Emilly volteó a verme rápidamente, lanzándose sobre mi dándome un fuerte abrazó, casi asfixiándome. Seguido de esto Alex hizo lo mismo.

-Nos tenias preocupados, ¿dónde estabas?! - pregunto realmente preocupada Emilly

-Me encontré a Jack, y me quiso llevar a su pequeña "casa" - al decir esto, note la mueca realizada por Alex. A decir verdad, ellos dos no se llevaban muy bien, tal vez por eso Jack no quiso venir..

-¿¡Que!? ¿¡Cómo que a su casa!? Dime que no te hizo nada por favor! - dijo casi incándose esperando una respuesta mientras ella se encontraba muy preocupada. Algo que sabía de Emilly, es que es muy sobre protectora. En especial conmigo.

- No tranquila! El no me hizo nada malo! Todo esta bien. - después de esto Emilly dió un leve suspiro 

-Espero que no te haya echo nada ese maldito. - reclamaba un poco molesto Alex.

-No a pasado nada entre el y yo, tranquilos. - Alex aún no estaba seguro, se notaba fácilmente en su cara. Sus expresiones eran fáciles de notar, el no era un chico cerrado.

...

Después de un largo rato pescando, logramos sacar varios peces, y a decir verdad, un poco de basura.

Decidimos realizar una pequeña fogata, donde colocamos alrededor tronco de árboles cortados. Tomamos los pescados y los incrustamos sobre un grueso palo de madera y la pusimos sobre la fogata, mientras esta se recargaba sobre otros palos que se encontraba a lado de la fogata, enterrados sobre el suelo.

Al esperar un largo rato, los pescados ya estaban cocidos. No dude en tomar uno y comerlo, tenía tanta hambre, pues este día fue uno de los mas agotadores.

Llego la noche, y decidimos esta vez dormir fuera, como un pequeño día de campamento. Lo que para nosotros ya era algo normal.

Me recosté sobre el banco, cerré los ojos y después de un rato logre quedarme dormida.