Salir aquella mañana por esa puerta fue una de las cosas más difíciles que había que tenido que hacer en toda mi vida. Dejar atrás a esa persona.
Allí con su mirada fija en tu espalda, recordando todas las luchas por las que habíamos pasado. Por todos los procesos y peleas. Discusiones, miradas cómplices, retos. Las verdades y las mentiras.
Miedos y amores.
Todo atrás .
A veces pensaba que la vida daba vueltas demasiado locas. Jamás pensé que en una de mis misiones conocería a la persona que me haría cambiar el rumbo de mi vida.
Y la verdad es que debí de haberlo considerado. Debí ser consciente de las posibilidades que hay; no importa donde vayas te encontrarás con personas que harán cambiar el rumbo de tu vida , ya sea para mal o para bien. Lo harán cambiar y dependerá únicamente de ti el enfrentarlo y entenderlo. Dejarte absorber o utilizarlo a tu ventaja.
Es algo que nunca deberíamos obviar, el tenerlo presente y recordarlo cada vez que veamos el rostro de alguien nuevo, para preguntarnos:
¿En que cambiará mi vida este sujeto ?
Amigos , maestros , amores y envidias. Todo siempre estará ahí en tu camino.
Y ahora era mi turno de ver lo que toda ésta manada y su alfa había cambiado en mi. Por primera vez me sentía en un verdadero hogar ,como el que me soñaba cuando era niño. Grandes campos en los cuales correr. Olor a bosque y tierra húmeda. Un hogar tibio al cual regresar y unos brazos cálidos que me recibieran al entrar por la puerta de mi casa.
Era un deseo interno que guarde por años. Pues no podía quejarme. Tuve una madre que me adoptó y amo como suyo. Podía no tener una familia normal ni una casa como tal. Crecí entre grandes muros y trampas. Con miles de personas, soldados , en una vida militar. Una vida un poco distinta a la mayoría pero no por ello menos divertida. Viví bien en el castillo y tuve el rango y el valor que siempre desee. Estuve bien allí.
Pero ahora era el momento de un cambio y de ir por ese sueño que creí perdido. Y aquella manada alejada del mundo , era mi oportunidad.
Cristofer lo era.
Sonreí , siguiendo mi camino de regreso. En ningún momento voltee mi mirada al alfa. Sabía que sí lo hacía tendría miedo. Miedo de perderlo y no poder regresar. Miedo al no saber sí lo que hacía era lo correcto , miedo de no volver a estar a su lado, de perder mi oportunidad.
Así que por todo eso , no gire. Seguí de largo sintiendo su presencia allí.Sentía una molestia en mi interior. En mi instinto , incluso mi débil lobo ,estaba triste . Sabía bien lo que estaba sucediendo ,mi naturaleza sabía que locura peligrosa estaba a punto de hacer y las consecuencias de ello.
Y aún así lo ignore y seguí.
Era necesario.Un fuerte aullido resonó fuerte entre las montañas del bosque. Llegando con imponencia a mis oídos. Allí en aquella manada había quedado un alfa disgustado y triste , pues acababa de dejar ir a su pareja por su voluntad.
Lejos de él, de su tierra , de su cuidado. Así se sentía su lobo. Y su humano sabía que tenía que hacerlo para que algún día pudiera tenerlo sin el lío de las responsabilidades que pesaban en nuestras cabezas.
- lo siento Cristofer - susurré a la nada .
Pues no había forma de resarcir el daño hecho.
Cinco años estaría lejos de él.
Ese era el trato , había uno de los ancianos del consejo que había pedido retirarse por su edad. V concedió el permiso. Pero alguien debía ocupar ese puesto. Así que el anciano Will dejo su cargo para tomar éste. V nombró el reemplazo del consejo que tomaría el cargo de Will, es decir , quien estaría a cargo del sector que cubría a la manada de Cristofer.
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Silencio
WerewolfLas apariencias engañan, juzgar a primera vista es uno de los peores errores que cometemos a diario. Y aún así caemos en ello. Cristofer es un joven alfa , muy dedicado a su manada y familia. Muy distinto al prototipo ideal. Delgado y atlético . Per...