Capítulo 22

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Otro feliz mes pasó. Mi Erik se convirtió en un Erik fácil y feliz, así de fantástico y maravillosa iba nuestra relación. Hemos estado juntos durante ocho meses ya, ¿puedes creerlo? Sí, estoy contando desde el primer beso diagonal follada. Y él todavía no conoce a mis padres. Sé que dijo que los podríamos visitar cuando yo quisiera, pero todavía tiene ataques de pánico cuando tenemos que reunirnos con mi hermana. Bueno, ella es bastante aterradora. La primera vez que los presenté parecían estar a punto de matarse el uno a otro. Pero ella fue lo suficientemente amable como para no darle demasiados problemas, porque sabía lo feliz que me hacía.

Él acaba de llegar a casa del trabajo. Veamos cómo lo toma.

—Hola cariño, ¿cómo estuvo el trabajo? —Le pregunté dulcemente.

—Te extrañé, así es como fue —Aw, mi dulce hombre. Se quitó el abrigo y se acercó a donde yo estaba sentado en el sofá para darme un beso.

Me miré las manos, buscando las palabras correctas, entonces escuché su voz temblar. —¿Qué ocurre?

—¿Cómo supiste que algo ocurría? —Mira a mi amor, leyéndome tan bien.

—Tus ojos... brillan de esa forma sólo cuando estás nervioso o cuando estás emocionado por alguna gran compra, y no veo ninguna bolsa, entonces ¿qué es?

Empecé a sentirme realmente inseguro.

—Bebé... tenemos que hablar... —Hice una mueca al ver que sus ojos se abrían y se le cortaba el aliento.

—Espera, relájate —murmuré, apretando su mano con fuerza y llevándola a mi regazo. Parecía que estaba a punto de tener un ataque al corazón, ¿qué estaba pensando al entregarle la información de esta manera? —Sólo escuchame-

—¿Es por mi locura? —preguntó rápidamente con la mirada precupada, tragando con ansiedad. —¿Es porque no puedo normalizarme más rápidamente?

—¡No, no, bebé! ¡No pasa nada malo contigo! ¡Eres perfecto y te amo! —Le confesé, pero él no estuvo más tranquilo. Cayó de rodillas ante mí y dejó caer su cabeza sobre mi regazo, sus manos se aferraron a mis caderas. Estoy bastante seguro de haber escuchado un sollozo. —Lo estoy intentando, Charles... estoy tratando de ser bueno para ti, —murmuró impotente entre suspiros, aferrándose a mis piernas con fuerza.

—No, Erik. Ponte de pie. No voy a romper contigo, cariño. ¿Me escucharás? —No, él no lo hará.

"Voy a intentar más duro. Simplemente no... no me abandones. Te necesito. Estaba muerto antes de conocerte y si me dejas estaré muerto de nuevo. Te amo muchísimo... —Estaba llorando ahora, y mi corazón se estaba rompiendo, no sabía qué hacer, no estaba escuchando lo que le estaba diciendo. —Por favor, por favor no me dejes...

—Erik, por favor deja de llorar. No voy a romper contigo. No te voy a dejar. Te amo y quiero que conozcas a mis padres —Finalmente me miró, sus ojos azules estaban llenos de lágrimas e impotencia, ambas comenzaron a desvanecerse una vez que procesó la información. —Si estás listo, bebé. No tienes que sentirte obligado, es una sugerencia, ya has hecho mucho por mí.

—Lo haré.

—¿Qué?

—Quiero conocer a tus padres —afirmó con calma, limpié sus lágrimas.

—¿Sí? No estás haciendo esto sólo porque te lo pedí, ¿verdad? Quiero que te sientas cómodo...

Me interrumpió rápidamente —Yo quiero. Estoy jodidamente aterrorizado, por supuesto, pero quiero hacerlo. Podemos ir mañana, si quieres. ¿Quedarnos durante el fin de semana?

—Eso sería genial, cariño. ¡Gracias! —Lo abracé fuertemente y él me llenó de besos.

—¡Nunca me vuelvas a asustar así!

Solté una risita y le besé las mejillas. —¿Cómo podría dejar a mi osito?


***


Me sentía muy emocionado por la idea de tener sexo en su jet privado, quiero decir, ese es el sueño, ¿verdad? Pero luego él me sugirió que lleváramos a mi hermana y a su novio también. Probablemente porque necesitaba a Hank para no ser el único recibiendo toda la atención esta noche. Así que sí, unirse al High Mile Club será pospuesto hasta la próxima vez.

Cuando finalmente llegamos, Erik comenzó a entrar en pánico.

—Relájate, bebé. Yo te amo, así ellos también te amarán.

Mi madre abrió la puerta y chilló de alegría al vernos a mí y a Raven. Todos comenzamos a abrazarnos y Erik y Hank se quedaron incómodos en la entrada.

—Mami, quiero que conozcas al amor de mi vida, Erik. —Él extendió su mano para tomar la de ella, pero ella parecía escéptica. Después de todos esos meses que he estado balbuceando por teléfono sobre lo felices que estábamos, ¿todavía estaba enojada con él? —Mamá, este es el hombre al que amo... —Ella finalmente le sonrió. Una sonrisa de pura alegría y, en lugar de tomar su mano, lo abrazó con fuerza.

—Bienvenido a nuestra casa, muchacho. Ahora también eres mi hijo.

Beautiful Disaster  //  Cherik AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora