XLIII. Obsesión.Thea
En cuanto se aleja bajo del escritorio recogiendo mi ropa lo más rápido posible, cuando estoy por ponerme las bragas me detengo recordando que estas están rotas.
Escucho la risa ronca del príncipe a mis espaldas.
-No voy a decir que lo siento, pero si te diré que las repondré. -Dice pero yo no me giro para verlo, procedo sin más a colocarme el resto de mi ropa. -Aunque pensándolo bien es una mala idea, encuentro con más entusiasmo la idea de saber que vas por ahí sin ropa interior.
Mis mejillas arden y el heredero me toma del brazo haciendo que me gire hacia él, tiene una sonrisa burlona plasmada en su rostro, su traje luce arrugado y su cabello es un desastre, sus labios parecen estar ligeramente hinchados y su piel tiene un ligero color rojizo.
La imagen que da ahora es completamente diferente a la que tenía cuando entré hace unos minutos.
Sus manos se dirigen a mi blusa y miro con detenimiento como abrocha un botón que se me había pasado con la prisa que tenía de vestirme.
-Sigues siendo igual de torpe, me sorprende que te las ingenies para mantener ese uniforme limpio. -Habla culminando la acción.
Da un paso hacia atrás manteniendo una distancia prudente entre nosotros, la sonrisa que antes tenía ha comenzado a desvanecerse.
-¿Aproximadamente en cuanto tiempo tendrás tu periodo? -Cuestiona totalmente serio.
-Como en una semana, su majestad. -Respondo haciendo mentalmente mis cuentas.
-¿Eres regular? -Continua con su cuestionario y contesto en afirmación. -Bien, creo que está de más decirlo, pero si llegas a tener un retraso de más de una semana o quince días necesito que me lo digas.
-Está bien, su alteza, ¿algo más? -El niega.
-Ya puedes retirarte.
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Los días continuaron pasando sin que el heredero y yo tuviésemos algún tipo de contacto sexual, lo cual se debía mayormente a que había tenido mi periodo y a qué últimamente lucía muy ocupado representando a su padre, pues la situación de el rey se había agravado.
Y eso era mi culpa.
Agosto había llegado, y con este un rubio irlandés.
El Duque Nolan había aparecido la mañana de un martes siendo el día primero del mes, saludó a los empleados brevemente antes de pedir su desayuno.
-En un momento se lo llevamos a su recámara. -Mi nana dice y el rubio sonríe agradecido.
-En realidad Sean y yo desayunaremos en el jardín. -Avisa y mi nana asiente.
-Nos vemos luego, Té. -Se despide pasando a un lado de mi, frunzo mi ceño ante la manera que me ha llamado, pero decido no darle importancia.
Cuando el desayuno se encuentra listo me mandan junto a otra empleada a llevárselos.
En cuanto doy un paso fuera del castillo el sol me pega de lleno, entrecierro los ojos tratando de acostumbrarme a la luz, continuó avanzando distinguiendo con rapidez la figura del príncipe y del duque.
Rose llega antes que yo entregándole el desayuno al duque de Irlanda, cuando yo llego a su lado ella se regresa dejándome ahí con ambos miembros de la realeza.
-Hola de nuevo, Té. -Nolan saluda con una enorme sonrisa.
-Duque Nolan. -Contesto a su saludo por educación, observando así mismo como el príncipe se tensa en su lugar. -Su desayuno, su alteza. -Digo poniendo la comida frente a él, este solo se dedica a mirar mal al duque el cual parece estar más interesado en las fresas con crema.
-¿Podrías pasarme por favor el café, Té?
-Deja de decirle así, su nombre es Thea. -El heredero escupe con seriedad.
El irlandés lo mira raro antes de hablar. -Relájate, que en lugar de parecer el futuro rey de Dinamarca, pareces la reina del drama.
Muerdo mi labio inferior tratando de no reírme, no sólo por las palabras del duque, sino por la cara épica del príncipe.
-Además Nash le dice cariño y no veo que le digas algo, yo voy a continuar diciéndole así porque pienso que suena bien y me vale tu opinión. -Agrega antes de beber un trago del café que le había pasado.
-Eres un idiota. -El heredero le dice a lo que el irlandés se encoge de hombros mostrándole que no le importa.
-Idiota y todo pero no puedes vivir sin mi. -El príncipe Sean lo mira con los ojos entrecerrados antes de ponerse de pie y marcharse.
Cuando se encuentra a unos pasos de distancia el Duque Nolan suelta una carcajada, su risa es tan peculiar, hace que yo también me quiera reír.
Observo cómo el rubio limpia unas cuantas lagrimas mientras se recompone, sus ojos azules se posan en mi.
-Creo que te acabo de meter en problemas. -Dice apenado. -Lo siento.
¿Qué sabía exactamente él?
-¿Se le ofrece algo más? -Le pregunto queriendo escapar de la situación que se había creado.
-Siéntate, que yo necesito que alguien me explique qué es lo que está pasando aquí. -Lo miro en silencio. -Ni Sean o Nash se dignan a decirme algo, y yo necesito material para atacarlos.
-No está pasando nada. -Miento en vano y el rubio rueda los ojos.
-¿Sabes por qué te estoy llamando "Té"? -Cuestiona y yo niego sin entender su pregunta. -Porque Sean está obsesionado con el té.
-¿Y eso qué quiere decir? -Digo continuando mostrándome despistada, no era que no lo entendiera, era que no quería hacerlo.
-Tómalo como quieras, pero recuerda que ninguna obsesión es buena. -Sus palabras solo me dejan más confundida que antes. -Puedes retirarte, Té.
-Con su permiso. -Digo sin más huyendo de él.
Entro al castillo y en cuanto doblo en uno de los pasillos que dan para la cocina siento como me toman del brazo jalándome dentro de un reducido espacio semejante a un closet de limpieza, mi espalda pega contra la pared y seguido un cuerpo se pega al mío.
Está completamente oscuro, pero sé perfectamente que se trata del príncipe Sean, con tanto tiempo en el castillo ya había aprendido a reconocer su colonia.
Su aliento pesado choca contra mi rostro y deduzco que está molesto, sus manos atrapan mis muñecas guiando las mías hasta que se posan sobre sus hombros para después soltarlas y tomar con fuerza mis caderas.
-No te quiero cerca de Nolan, ¿entiendes? -Demanda y yo asiento aunque probablemente no me puede ver.
-Entiendo, su alteza. -Respondo a la vez que sus labios comienzan a rozar los míos.
-Bien, porque de lo contrario me veré obligado a castigarte.
Hola, hola. Mis pequeñas criaturas del señor. No sé ustedes, pero yo amo a Niall, ya le hacía falta a esta historia volver a tener su carisma. Los amo. ⚡️
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K I N G #1
Fanfiction"Tu peor error sería dejarte engañar por esa carita de ángel, el futuro rey no es más que la pura maldad andante. Dios tenga piedad de nosotros, los simples mortales." |PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "KING"| |Disponible en Físico.|