Garrison Days + First

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Siempre se acercaban a ese muchacho nuevo para molestarlo. La mayoría de las veces, sí pasaba seguido, sólo decía un par de comentarios mordaces y se iba con pose encorvada manos en los bolsillos. Shiro sabía que en algún momento llegarían a los golpes, esa era la vibra que le daba aquel chico.

Siempre lo mantenía vigilado, había algo en el que lo llamaba pero no prestaba atención.

La primera vez que se vieron fue cuando esos típicos muchachos lo acosaban, esta vez comenzaron a arrinconarlo y con uno que otro empujón hasta que uno de ellos lo golpeó en el rostro. Shiro vió como se acomodó y con sus ojos en llamas devolvió el golpe. Se acercó con velocidad para separar a los muchachos que casi comenzaban a caerle encima.

—Es suficiente.

Los muchachos voltearon a verle en pánico, se disculparon en un murmullo sin sentido y salieron caminando a prisa.

—Señor... —Keith desvío la mirada de Shiro. Un moretón rojizo comenzó a formarse en su pómulo.

—No debiste devolver el golpe.

—... ellos empezaron.

—Pero fue una buena defensa.— Shiro sonrió.

Shiro siempre había sido una persona táctil, ya sea con Matt o con sus amigos cercanos. No le importaba tocar a otras personas, mientras estás quisieran claro. Con un poco de duda levantó su mano para tocar el color rojo de la mejilla del otro. Movió su mano hacia su barbilla y la levantó con suavidad hasta quedar a la vista la mancha roja que pronto comenzaría a tornarse violeta.

—¿Puedo tocar?

—... Ya lo está haciendo.

Tocó suavemente con la yema de los dedos, un toque fantasma en el que se inclinó el otro chico. Esto sorprendió a Shiro y se alejó avergonzado tapando con su mano su boca para ocultar su rubor.

—Lo siento. Ni me he presentado, Takashi Shirogane... Um tú debes ser Keith, he oído de ti, bien. Si quieres vamos a a... Curarte eso antes de lo noten.

Keith lo miró con una ceja alzada, sabía que se inclinaría en cualquier toque amable, siempre había sido así pero nunca tan amable y cuidadoso como el de su superior.

—Siestabien.— pegó todo lo que dijo al darse cuenta de la situación.— Señor...

—No estoy tan viejo. Llámame Shiro todos lo hacen. — sonrió.

—Bien Shiro.

~•~

Desde ese momento Keith lo seguía como si fuera su sombra silenciosa. Una sombra muy adorable a la vista de Shiro.

Siempre hacia comentarios sarcásticos con Matt que era igual o peor que Keith, eran el protection squad de Shiro en cualquier situación.

Ellos empezaron a compartir desde las comidas en el comedor, hasta sesiones de estudios en la habitación de Shiro.

De su primer encuentro había pasado alrededor de cuatro meses y Shiro desde el primer momento probó sus límites refiriéndose a tocar a Keith.

Notó que este era más perecido a un gato de lo que quisiera admitir, cuando se inclinaba un poco hacia Keith, el hacia lo mismo y se apoyaba en Shiro como una almohada.

Shiro se decía que debía dejar de disfrutar tanto eso pero no pudo ayudarse a sí mismo.

~•~

Cuando se enteró de que sería enviado a exploración fue una gran emoción que siguió con un vacío al darse cuenta de que debía dejar a Keith en Garrison.

Cuando le contó a Keith se emocionó con él y el menor le invitó a Shiro y Matt a una pizzería durante el fin de semana.

Al fin cuando estuvieron solos después de despedirse de Matt, fueron a la azotea de la base a ver las  estrellas como solían hacerlo en sus noches libres. Shiro abrazó con fuerza al menor.

—Se que te alegras por mí, pero no te ocultes. —susurró Shiro en su oído.— Sé que puedes Keith.

A diferencia de Shiro Keith era más impulsivo y se dejaba guiar fuertemente por sus emociones. Abrazó con todas sus fuerzas al mayor casi como si quisiera fusionarse con el. Su cabeza quedaba en el hueco entre su cuello y clavícula, y obligó a Shiro a agacharse a su altura y pasó su cabeza para apoyarla en su hombro y que no le viera contener las lágrimas y la cara roja.

—Eres un idiota. Estoy feliz por ti. —sorbió sus mocos.

Se soltó de su abrazo un poco y le dió un cabezazo con poca fuerza a Shiro juntando sus frentes. Lo vió directo a los ojos con los suyos llorosos. Shiro lo miró y sonrió como el sol para acariciar sus narices juntas, para pasar a su mejilla y hacer el mismo proceso.

—Te lo compensaré. Volveré para hacerte sonreír como siempre, Keith.

~•~

No volvió...

"Shiro loves you baby"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora