POV CRISTIAN
Siento unos labios, suaves y tibios caminar por mi cuello desnudo. El bello de mi cuerpo, se eriza y jadeo. Unas manos muy suaves, comienzan a recorrer mi abdomen. Musculo por musculo, es recorrido mi pecho con tanta ternura, que ahogo un jadeo. ¿Quién será?
Si bien, la tonalidad de mi esposa es de color clara. La de esta persona es casi blanca. Suave y tierna. Me da la sensación de que he visto antes, esa piel. Por culpa de la oscuridad de la habitación, no puedo ver su rostro y tampoco me ha hablado.
Quiero saber quién es, esta mujer. Sus curvas son preciosas. Se puede ver desde aquí. Lleva un vestido de encaje, del mismo color que su piel. Es como si tuviera una mujer desnuda delante de mí. Es preciosa y delicada. Cada movimiento que hace, es tan sutil y elegante que me hace jadea sin querer. Hay un olor dulce mesclado con algo más que me parece conocido. Es como si fuera su olor y de nadie más.
-eres preciosa pero, ¿Quién eres?- pregunto intrigado. Ella me sonríe pero no me responde. Ella simplemente se acerca a mí y me besa castamente los labios. Sus suaves labios me llevan a querer más de lo que tengo. Quiero sentirla y sentir más de su cuerpo. Ella es una tentación para mí.
-¿No me dirás quién eres?- ella niega con la cabeza. Su aroma lleva cada parte de esta habitación y luego sus labios recorren mi mejilla. Al principio son unos besos pequeños y simples roces de piel con piel hasta que esos besos comienzan a sonar. La vibración hace que mi cuerpo reaccione y algo que ha estado dormido por varios meses, vuelva a la vida.
-¿Que harás conmigo?- ella sonríe maliciosamente. Sus dedos van al cinturón de mis pantalones. Ella juega un poco con el cierre de mi pantalón y luego comienza a bajarlo. Saca una erección grande de mis pantalones. Desde que falleció mi esposa no había habido una mujer que me hiciera sentir de esa manera.
Entre su pulgar y el dedo índice acaricia suavemente mi erección. Cierro los ojos al sentir su piel, en mi piel. Su cuerpo es precioso y llamativo pero no sé quién es.
Juega con mi erección por varios minutos. El movimiento es constante y me esta comenzando a enloquecer. Quiero que esto no acabe, que lo que estoy sintiendo dure para siempre.
-atrévete a amar. Solo tú eres quien está colocando las barreras para que nadie pueda entrar en tu corazón. Deberías mirar a tu alrededor y sé que encontraras la indicada- dice la mujer cuando llego a mi orgasmo.
Abro los ojos y me doy cuenta que estoy en mi habitación. Sudando como un cerdo y húmedo. Levanto la tapa de la cama y me encuentro que tengo una semi erección y que hay restos de semen en mi pierna. Nunca antes había tenido un sueño erótico y a mi edad parecía estúpido pero lo acabo de tener. ¿Qué mierda fue lo que ocurrió?
Veo en mi velador que son casi las 5 de la mañana y no tengo sueño. Se fue bastante lejos, después de ese sueño erótico. Maldición. Ni con mi mujer tenía estos sueños y lo tengo con una desconocida.
Bajo de la cama de mala gana y enojado. No entiendo a mi subconsciente. ¿Por qué ahora tengo estos sueños? Niego con la cabeza y entro a la ducha. Debo borrar estos recuerdos. Tengo una familia y tengo que arreglar las cosas con Ana. Últimamente me estoy desquitando con ella por todo. Incluso, cuando no tenía nada que ver con eso.
Bajo al despacho a las 6:30 de la mañana. Aún tengo trabajo pendiente y quiero avanzar lo más que puedo, si quiero salir temprano de la casa para estar con mis hijos. Ana me dejo muy claro que también los tengo que ayudar. Aunque de cierta manera, no aparenta saber más que lo básico y hay materias un poco avanzadas que les están pasando a mis hijos.
Son las 7:15 cuando me doy cuenta de la hora. Quito la vista de los papeles y me estiro. Siempre me ha gustado que los huesos de mi cuerpo crujan cuando quiero un relajo, por su lado, mi madre lo odiaba y creo que lo hacía para llevarle la contraria.
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NO RENUNCIES AL AMOR
FanfictionCristian Grey un hombre maduro que ha perdido a su compañera por una enfermedad que hasta el día de hoy no existe una cura. Con el corazón roto, se refugia en el trabajo dejando de lado a sus siete hijos. Al no tener la atención de su padre, sus hi...